Prólogo

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Era una tarde tranquila en lo que parecía ser un palacio de proporciones absurdas, pues era del tamaño de una montaña como tal, pero no había nada raro a simple vista, ya que lo extraño era la conversación que se estaba llevando a cabo en lo que parecía ser la sala del trono entre dos personas; un joven de apariencia adolescente con cabello negro y ojos de un tono rubí con una clara expresión de aburrimiento sentado en el aparente trono, y de pie a su lado un hombre joven de cabello azul grisáceo y ojos rojos con anteojos con un aspecto serio.

Era una tarde tranquila en lo que parecía ser un palacio de proporciones absurdas, pues era del tamaño de una montaña como tal, pero no había nada raro a simple vista, ya que lo extraño era la conversación que se estaba llevando a cabo en lo que p...

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- ¿Sucede algo, majestad? –pregunto el joven con gafas.

- Mmmm... ¿Hace cuánto que soy emperador? –cuestiono la persona que se encontraba sentada en el trono.

- Si mi memoria no me falla, alrededor de unos doscientos años, majestad... doscientos tres para ser exactos.

- Ya veo...no sé qué es más aburrido, si estar aquí sentado todo el día o llevar vagando cuatrocientos años por el mundo –declaro el pelinegro con claro cansancio en su voz.

- Podríamos organizar algún evento si le parece bien.

- No lo sé. Lo más emocionante que suele pasar en el imperio son los enfrentamientos entre los Spriggan para subir de puesto, pero incluso eso se ha vuelto aburrido para mí. Ya ni mencionar los entrenamientos.

- Ciertamente se han volvieron muy repetitivos, pero han pasado varios años en los que ninguno de nosotros ha cambiado de posición. Aunque los tres escudos superiores se han mantenido en sus lugares desde que se unieron –comento el peli azul en una pase más pensativa.

- ¿Y si dejo de ser emperador? – pregunto el pelinegro de la nada.

- ¡¿Qué?! – cuestiono el de lentes desconcertado y con cierto tono de reproche.

- Lo que escuchaste.

- Pero majestad, usted lleva mucho tiempo en el trono, y desde que fundo el imperio la mayor parte del continente se ha mantenido estable y sin conflictos. Antes todo era una batalla campal entre todos los gremios de la nación, solo había caos, destrucción y muerte; usted nos unifico y creo un periodo de paz ininterrumpido.

- ...

- Además, también está el hecho que usted no tiene descendencia o familia alguna en el continente a la que heredarle el puesto. Y le aseguro que ninguno de los doce escudos nos consideramos aptos para el cargo.

- ¿Estas tomando en cuenta a God Serena, Wahl Icht y Ajeel? – pregunto el emperador con un leve tono de burla.

- Hay excepciones. Dejando de lado a esos tres le aseguro que ninguno de nosotros aceptara el cargo. Inclusive si es una orden suya.

- Tienes la razón como siempre, Invel.

- No es necesaria la modestia.

- No tengo familia en Álvarez. No tengo familia en Alakitasia. No tengo familia en este continente, Invel –afirmó con astucia el joven emperador.

- ¿Qué insinúa, majestad?

- ¿Recuerdas mi historia? ¿La historia que le conté a los doce escudos sobre mi pasado y mi origen en Ishgar?

- Así es. La historia sobre como el dios Ankhseram lo maldijo con inmortalidad y la propia maldición de la contradicción tras romper los tabúes de la vida por intentar revivir a su hermano menor, ¿me equivoco?

- Esa misma, ¿y recuerdas que paso con mi hermano?

- Usted logro revivirlo con éxito como E.N...

- Exacto!

- ¿Perdón?

- Mi hermano menor está con vida, y vive en Ishgar. El simple hecho de que sea mi hermano ya lo convierte en el príncipe del Impero Álvarez.

- ¿Está sugiriendo heredarle el puesto a su hermano?

- Así es. Tal vez sea idiota e impulsivo, pero cuando se propone algo su mente se convierte en una trampa de acero.

- Ya veo.

- Reúne a los demás Spriggan, hablare con todos respecto al tema y darles mi decisión sobre ello.

- Enseguida, majestad.

Y tras ese último dialogo, el peli azul de nombre Invel, salió de la sala del trono dejando solo al emperador mirando hacia el techo con una sonrisa de nostalgia. Ciertamente ninguno de ellos estaría preparado para el anuncio que daría el emperador en la reunión, pero esto solo planteaba el inicio de una nueva era para el llamado Imperio Alvarez.

- Nos veremos pronto, Natsu.

Etherias Natsu Dragneel: El Nuevo EmperadorWhere stories live. Discover now