<46>

4.3K 483 98
                                    

Narrador omnisciente:-Tienes todo listo?- le preguntó Auguste

Oops! Bu görüntü içerik kurallarımıza uymuyor. Yayımlamaya devam etmek için görüntüyü kaldırmayı ya da başka bir görüntü yüklemeyi deneyin.

Narrador omnisciente:
-Tienes todo listo?- le preguntó Auguste.

Keira revisó su mochila otra vez. Llevaba todo con ella, comida, la varita de su abuela que su abuelo guardaba de recuerdo, agua y una chaqueta para el frío.
-Creo que si...- respondió la chica.- Pero donde iré?

-Se me olvidaba, toma.- dijo entregándole una bolsa llena de dinero.
-No puedo aceptarlo...es demasiado.- Auguste la miró con una sonrisa.

-Te pareces tanto a tu abuela, tanto de carácter como de apariencia...
-Y si no puedo hacerlo? Y si digo mal el nombre?- preguntó la chica con algo de miedo pues los polvos Flu pueden provocarte heridas graves si no tienes cuidado.

-Creo que deberías preocuparte por que no te pillen tus padres...- dijo el señor.- Ahora se encuentran dormidos, supongo que no tendrás ningún problema.

Keira asintió, miró a su abuelo y lo abrazó con fuerza.
-Te voy a extrañar mucho. Siento no haber podido estar más tiempo a tu lado.
-Siempre puedes escribirme.- le recordó con una sonrisa.

Keira caminaba hacia la puerta pero escuchó un "Kei" y se giró encontrándose con Auguste aguantando una magdalena con una vela.
-Feliz cumpleaños.- dijo a lo que la chica se acercó y sopló con cuidado.- Ya eres mayor...y se que te hubiera gustado un pastel pero no he podido comprarlo...

-Esto es más que suficiente, muchas gracias.-dijo la chica tomando la magdalena.- Me la comeré en el camino.

Salió con sigilo del cuarto de su abuelo ya con los polvos Flu en la mano.

Se dirigió hacia la chimenea del salón que se encontraba completamente en silencio.
-Allá vamos.- dijo tirando los polvos provocando que el fuego se volviera un color verde esmeralda.

Entró y cuando estaba lista pronunció "callejón Diagon", entonces de un momento a otro ya no se encontraba ahí.

Había sido de lo más fácil pensó. Había conseguido escapar y ahora se encontraba en Londres, estaba en el callejón, su hogar...

De repente le entraron náuseas, así que se acercó a una basura y vomitó todo lo que había comido por la mañana.

-Donde crees que vas niñata?- la chica se giró para encontrarse con sus padres.
-Vuelve ahora mismo Keira.- le pidió su madre.- Vuelve a casa.

-A casa? A casa!? Todo lugar que no sea con vosotros es mi casa.- sus padres se acercaban a ella mientras ella caminaba hacia atrás.

-Como puedes decir eso? Somos tus padres...- empezó a decir su madre.
-No te atrevas a decir nada! A vosotros no os ha importado en ningún momento ser buenos padres, no os ha importado lo que pienso o lo que me gusta o si estaba conforme con vuestras decisiones.

-Todo lo que hemos hecho ha sido por tu bien! Si hemos sido duros es por que queremos que seas alguien de provecho.- Keira los miró con frialdad.

-No uséis esa excusa para justificar vuestros actos. Reconocer al menos que no os ha importado mi felicidad.

-Keira, ven ahora mismo.- dijo su padre acercándose más a ella.
-No. No quiero. Dejarme en paz.

-Estoy harta, nos vamos ahora!- dijo su madre desesperada tomándola de la mano. Keira intentó soltarse pero fue cuando su madre le dio una bofetada, alertando a todos los que se encontraban mirando la escena. Intentó tirar de ella pero era demasiado tarde.

Ya los habían visto.

-ALTO AHÍ! ATRAPARLOS!- dijeron los aurores corriendo donde se encontraban ellos.
-SON LOS RYMER! ATRÁPENLOS!

Keira estaba confundida, toda la gente miraba la escena y se acercaban a ver que pasaba.

Entre la gente que había ahí dos pelirrojos no podían creer lo que estaban viendo.
-Keira...mierda KEIRA!- decía Fred intentando llamar la atención de la chica mientras caminaba hacia ella seguida de George.

-Por favor señor! No está autorizado a pasar.- le decían los aurores.
-No, no, KEIRA! AQUÍ! ES DE LA FAMILA POR FAVOR DÉJENOS PASAR!

Keira no entendía nada de todo lo que ocurría. Por qué se llevaban a sus padres presos?
-Keira Rymer?- la chica asintió.- Tranquila, te llevaremos a San Mungo para que te revisen y todo esté en orden.- le dijo una mujer con tono amable.

-Que ha pasado? Por qué se los llevan?- preguntó.
-No hay tiempo, acompáñame por favor.- dijo la mujer.

Era todo un caos, los periódicos y periodistas no tardaron en hacer su trabajo. Los Rymers eran de las ultimas familias que eran buscadas por haber formado parte de los mortífagos y haber ido en contra del ministerio.

Por lo tanto, los padres de Keira no solo deberán pasar un juicio sino dos, ya que muchos testigos han denunciado maltrato hacia la chica, su propia hija.

✿✿✿✿✿✿✿✿✿✿

-Bien cielo, todo está en orden.- le dijo la enfermera con una sonrisa.- Por cierto, tienes visita, los dejo pasar?

Keira iba a responder pero la puerta se abrió dejando ver a Fred y George.
-Chicos...- empezó a decir pero las palabras no salían.

El primero en reaccionar fue George que abrazó a la chica como si no se hubieran visto en cien años.
-C-como?- preguntó entre sollozos.

Fred quién lloraba se acercó a ella y también la envolvió en un abrazo.
-Por qué has hecho esto? Por qué te fuiste?- preguntó.

-No quería enserio.- dijo la chica llorando también.- Me obligaron...y y-yo no sabía...
-Pensábamos que estabas muerta!- siguió diciendo Fred.

-Lo lamento.- respondió la chica.- Perdón por haberos hecho sufrir, enserio lo lamento.- dijo secándose las lágrimas y los mocos.- Entiendo que estéis enfadados...

Los gemelos observaron a la chica y sonrieron.
-Aunque nos hayas hecho creer que estabas muerta...- empezó George.- No podríamos enfadarnos contigo. Eres nuestra pequeña recuerdas?

Los tres chicos rieron a la vez que las lágrimas salían. Sin embargo Fred recordó algo muy importante.
-A la que le tendrás que dar una buena explicación es a Ginny.

Keira dejo de reír. Era cierto...
-Ginny...oh mierda.

I found you (Ginny Weasley)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin