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Narrador omnisciente: Keira se encontraba en fuera del despacho de Umbridge. Al parecer la profesora le había cogido manía, y no la dejaba en paz.
Por mínimo que fuera el error de la chica, Dolores la citaba a su despacho para castigarla.
Keira había estado diferente desde que pasó lo de Jerry. No solo con Ginny sino con todos.
No hablaba con nadie y ya no tenía la sonrisa de todos los días. -Y como he dicho...- empezó Umbridge.
-Los niños malos deben ser castigados.- respondió la chica mientras escribía con la pluma mágica.
Esta, no necesitaba tinta pues todo lo que se escribiera, aparecería inmediatamente como una marca en la mano. -Bien. Es todo por hoy.
Keira salió con la cabeza baja, seguramente iría a su cuarto para pasarse lo que quedaba de día ahí. Pasaba de cenar, no había tenido mucha hambre últimamente.
Se dio cuenta de que estaban los gemelos sentados, consolando a un Gryffindor de primer año que había pasado antes que ella por un castigo.
El niño lloraba y era normal. Lo habían torturado.
George se dio cuenta de la presencia de la chica y la miró preocupado. -Te ha hecho algo?- preguntó.
-No, solo tomar el té.- respondió sarcásticamente pero se dio cuenta de que su amigo solo quería ayudarla...que le estaba pasando?- Lo siento por eso.
-Por qué nos evitas?- preguntó Fred bastante serio.- Ha pasado algo?
Keira negó. -Solo estoy cansada...- dijo intentando regalarles una sonrisa.- Nos vemos...
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Ahora se encontraba en clase de transformaciones con McGonagall.
La profesora iba explicando cuando se escuchó un golpe. Un golpe que provocó que las copas que estaban usando de ejemplo cayeran al suelo. -Por las barbas de Merlín...- dijo Minerva yendo a la puerta para ver de qué se trataba.
Keira en ese instante se encontraba volviendo del servicio cuando escuchó el ruido.
Vio claramente cómo Fred y George salían volando en su escoba y todos los de quinto año los seguían gritando y saltando de alegría.
La chica corrió para ver de qué se trataba y vaya...si que se habían lucido esta vez.
Una enorme W se encontraba dibujada en el cielo por fuegos artificiales, dejando claro quiénes eran los reyes de las bromas. -Y RECORDAR! SORTILEGIOS WEASLEY MUY PRONTO ABRIRÁ!
Dicho esto, los gemelos salieron volando, dejando Hogwarts y dejando historia en el colegio.
La chica aplaudía junto con todos, entonces sintió como alguien la arrastraba fuera de todo el ruido. -SOY YO!- dijo Ginny.
-Qué eres qué? No te escucho!- dijo Keira intentando entenderla. -Que soy yo la ..... .. ... ......!
Keira no entendía absolutamente nada de lo que le decía. Solo reaccionó cuando la pelirroja la abrazó y se fue corriendo.
Que acababa de suceder? -Ginny! ESPERA MALDICIÓN!- dijo la chica siguiéndola pero no tenía ni idea de donde podía haberse marchado su amiga.
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Ahora?
Keira se encontraba en el tren de vuelta a casa. No había vuelto a hablar con Ginny desde que le dijo eso que no entendió.
No la había visto desde entonces.
Ella junto el trío de oro, Neville y Luna habían salido en busca de Sirius, el padrino de Harry, según lo que había oído de Hermione.
Al llegar a su destino, no vio a ninguno de sus padres. Raro pensó.
Igualmente fue a su casa. Al llegar los llamó pero tampoco estaban en ninguna parte. -Pero qué?- dijo recogiendo un periódico del suelo.
Lucius Malfoy junto la pareja Rymer encarcelados el la prisión de Azkaban...
No le hizo falta leer más, se paró y analizó esa palabra...esa dichosa palabra que hacía que temblara.
mortífagos...
Joder, pensó. Que iba a hacer ahora? Seguir con la vida como si nada? Que iban a pensar todos ahora? Por que sus padres...
No le sorprendía tanto el hecho de que eran unos malditos mortífagos, sin embargo...se sentía rara.
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-Oh! Mi pobre niña!- decía Molly.
Mamá, hay algún problema?- preguntó la pelirroja saliendo de su cuarto.- No puede ser cierto.- dijo al ver el periódico.
Realmente estaban ahí los padres de Keira? Ginny no recordaba casi nada de la batalla que tuvieron en el ministerio, donde se enfrentaron a Voldemort y sus mortífagos.
Yo soy la chica de las cartas...esas fueron las últimas palabras que le dedicó antes de irse y no verla más.
No sabía muy bien por qué lo había hecho...supuso que era la emoción y el nerviosismo...pero realmente Keira había escuchado bien? -Entonces...donde está ahora?- preguntó Ginny al ver que su madre no decía nada.
-No lo sé cielo...no lo sé. Esperemos que esté sana y salva.- dijo con tristeza.
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El verano seguía su curso y nada fue fuera de lo normal...excepto que ahora todos sabían que el gran mago tenebroso estaba vivo y cada vez habían más mortífagos sueltos.
Al parecer, todos se olvidaron de la chica, Keira se pasó todo el verano en su casa, sola.
Por una parte lo agradecía...no quería ser molestada, pero por otra le dolía mucho.
Eso quería decir que no era importante para nadie...
Su quinto curso estaba por empezar y debía comprar los materiales necesarios. Fueran o no sus padres seguidores de Voldemort, quería seguir asistiendo a Hogwarts.
Así que preparó sus cosas y se dirigió al callejón Diagon.
Lo que no se esperaba era que cierta pelirroja también se encontraba allí junto a sus amigos.
