Esas eran los principales sentimientos y sensaciones que tenían todos en ese instante.
Mortífagos habían atacado la boda donde se encontraban todos, incluido Harry quién era el que buscaban.
Corrían y otros se defendían. El trío de oro consiguió escapar a tiempo, sin embargo los que se quedaron en el escenario del horror, sufrieron mucho.
Las mesas y sillas rotas, toda la comida y el pastel de bodas en el suelo, caras de horror y terror.
Era horrible de ver.
-Keira cuidado!- dijo Ginny atrayéndola a ella y escondiéndose.- Te encuentras bien? -Si, pero tenemos que ayudar a los otros!- dijo mirando a los que se encontraban heridos.
Los mortífagos al ver que Harry Potter no estaba con ellos se empezaron a ir, dejando los escombros y todo el lugar destrozado.
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-Estamos seguros de que queremos enviarlas a Hogwarts?- dijo la voz de Remus desde el piso de abajo. -Ahora es el lugar más seguro...deben ir.- dijo la voz de Molly. -Y que hay de Keira? He oído cosas sobre sus padres. Quieren llevársela, estoy seguro de ello.
Las dos chicas que escuchaban la conversación desde el piso de arriba, se miraron. -Ginny...- la pelirroja no lo pensó y la abrazó.- Tengo miedo...
-Lo sé, pero estoy aquí recuerdas? Todos los estamos. Te vamos a proteger y no te va a pasar nada. Te lo prometo.
-No. No lo hagas...no prometas algo que no podrás cumplir.- dijo de repente Keira. -Pero puedo intentarlo, y créeme cuando te digo que no te llevarán con nadie.- dijo Ginny.
Las chicas se encontraban en la estación, listas para regresar a Hogwarts, su sexto año.
Entraron y se sentaron junto Neville quién estaba solo. -Sabéis algo de ellos?- preguntó el chico con la cabeza baja.
-No Neville, lo sentimos.- respondió Keira.- Pero seguro que están bien...tienen a Hermione.
El tren seguía su rumbo, entonces se abrieron las puertas encontrándose con tres hombres vestidos de negro.
Keira hizo que se ataba la zapatilla disimuladamente pues estos hombres eran mortífagos.
Cormac quien se encontraba ahí los miró. -Mi padre se enterará de esto.- les soltó.
Los hombres pasaron de el. -Donde está?- preguntaron mirando a todos.
Neville se levantó decidido y los miró con frialdad. -No está aquí perdedores.- los hombres analizaron el compartimento y pararon su vista en Keira que seguía agachada.
Después de unos segundos se fueron dejando a todos sin palabras. Sabían que buscaban a Harry pero nadie de allí sabía donde se encontraba junto con Ron y Hermione.
Al llegar, todos se preguntaban quién substituiría a Dumbledore...
McGonagall decían muchos, ella sería la candidata perfecta sin embargo tanto Gryffindors como Huffelpuff o Ravenclaws hasta Slytherins se sorprendieron ver a una persona en particular.
-Creo que debemos cambiar un poco la...decoración.- dijo Snape.
Y con una palmada, el gran comedor ahora estaba oscuro, solo iluminándose con velas con una luz tenue. -Como sabéis, el ex director, Dumbledore, ya no está con nosotros. En su puesto estaré yo.- dijo con tranquilidad Snape.
Tanto chicos como chicas empezaron a cuchichear. Nadie se creía que Snape, el hombre que odia a los niños y sobretodo a los Gryffindor sería el nuevo director.
-Empezaremos por algo tan simple como la disciplina.- las puertas se abrieron y dejaron ver a un grupo de hombres dirigidos por una mujer al frente. Todos vestidos de negro.
Keira miró a Ginny desde su mesa. Estaba asustada, demasiado para ser concretos. -Aprenderéis a tener respeto, a comportaros y a hacer caso...
La chica no escuchaba nada de lo que Snape decía, estaba pendiente de los hombres que iban sentando bien a los chicos y chicas que no estaban en la posición correcta. -No permitiré ningún tipo de contacto entre chicos y chicas.- Ginny sonrió al escuchar eso.
Que tonto pensó. -Y tampoco entre el mismo sexo, queda totalmente prohibido.- ahora, la pelirroja bufó.
Después de la gran charla y el discurso, primero se levantaron los Ravenclaws para ir a sus sal común, seguidos de los Slytherin. -Todos los Huffelpuff, conmigo.- dijo un hombre.- AHORA!
Keira dedico una débil sonrisa a Ginny quién se la devolvió. Las dos chicas supusieron que no podrían dormir juntas más. -Mañana debéis estar a las siete y media en el gran comedor vestidos. Entendido?- dijo el hombre.- Ahora dormir.
Keira entró en su cuarto y suspiró de cansancio al pensar que tendría que aguantar otro año así.
Mientras, Ginny se encontraba en su cuarto estirada en su cama mientras miraba el techo.
No le daba confianza ni una a Snape como director. Pensaba que las cosas seguirían empeorando más y más.
Bufó al recordar que la copa de quidditch se cancelaba por que según el nuevo director pensaba que era un deporte bárbaro.
De lo único que estaba emocionada era de ver a Keira por la mañana. Que estaría haciendo? Se preguntó.
Les esperaba un curso de lo más difícil a todos los alumnos de Hogwarts.
