Perdiendo la cabeza.

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[Este capitulo contiene una escena con diálogos que podrían afectar a personas muy sensibles, por favor, léelo bajo tu responsabilidad. Y si es que necesitas alguien que te escuche, siempre tendrás a una persona aquí que puede hacerlo.]

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La risa que producía Stan se escuchaba casi enloquecida. Kenny observó a Kyle, él no parecía alterarse por eso, no le interesaba lo que estuviera mal con el que alguna vez llamó mejor amigo. Más bien lucía interesado en todo lo que abarcaba Craig, pudo verlo relamiéndose los labios un segundo, con una mirada que estaba desnudando un poco más todo lo que le había dado a probar.

—Tendremos problemas si alguien los ve acá. —dijo Kenny. Craig seguía aplastando la cabeza de Stan, aunque debió de poner mucha más presión porque los primeros quejidos se dejaron escapar.

—Esta es tu advertencia, pendejo. —le escupió Craig, soltándolo. Luego volvió a tomar los cincuenta dólares de su mano. Le habían jodido las ganas con la interrupción. —Si quieres el dinero, sabes donde encontrarme. —rechistó, dirigiéndose a Kyle.

Él alzó el dedo del medio, al tiempo que le sacaba la lengua y con la otra mano tiraba su pulgar hacía abajo.

—Chúpame el pene, cabrón. —rezongó.

Craig soltó una pequeña risa, antes de hundir las manos en las bolsas de su abrigo. Al parecer ya iba entendiendo el mensaje.

Stanley se levantó de apoco, limpiándose los restos de pelusa que pudiera tener por estar en el suelo. Kenny apretó los labios, incomodo. ¿Debería irse a casa primero? No obstante, Kyle no parecía querer estar ni un solo segundo con Stan. Además, no recordaba a su viejo amigo tan... mal.

—Dije que te mantuvieras alejado. —refunfuñó Kyle. ¿Por qué esos malditos imbéciles no le dejaban en paz? Sobre todo, ese.

—Nunca acepté ese trato. —se encogió de hombros. Tanto Kenny como Kyle podían escuchar la música a través de sus audífonos, entre tanto grito y ruido no estaban seguros de como no había roto sus tímpanos. —De hecho, vine a proponerte algo similar a lo de Fucker... —luego miró a Kenny—a ambos.

—No me vas a dar cincuenta dólares para que te abra el culo. —sentenció Kenny, cruzándose de brazos. —Aunque te vendo el de Kyle por mil dólares.

— ¡Hijo de puta!

—Aprovecha la oferta porque entre tú, Craig y Cartman...

— ¡Cierra la boca! —replicó Kyle, golpeándolo con el trapo mojado justo en el rostro.

—Ustedes solo tienen que trabajar en la granja. —siguió Stan, guardándose el rencor que le produjo esa escena. Ese lugar que estaba usurpando Kenny, era el de él. —Les pagaré cien dólares a la semana, a cada uno.

Ambos se quedaron callados. Cien dólares era muchísimo dinero, seguro que el negocio de Randy Marsh iba viento en popa. No obstante, Kyle observó a Stan, él tenía una sonrisa burlona en el rostro; "¿de verdad puedes negarte a esta oferta?" Era lo que le estaba transmitiendo con ella. Reverendo hijo de puta. Tanto él como Craig sabían que no podía negarse al dinero. Los dos estuvieron investigando su situación, y la estaban aprovechando para su propio beneficio.

Quería matarlos ahí mismo.

—Kenny.

El de ropa naranja suspiró. Bueno, no es como si ellos no se lo hubieran provocado. Lastima que Stan recibiría la parte de Craig también.

—Lo siento, exbro. —murmuró, atrapando en un rápido movimiento a Stan por el cueco de los brazos.

— ¿Qué haces?

¿Por qué lo llaman amor cuando se llama sexo?Where stories live. Discover now