Veneno en el paraíso.

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Craig no solía mentirle a Tweek. En primer lugar, porque el rubio ya de por sí era un mar de nervios para todavía darle esa inseguridad de que le estaba mintiendo, no obstante, cuando se sentía cansado de cuidarlo o necesitaba un momento para desahogarse golpeando a alguien, él solía decir: hoy ayudaré a mi padre. Lo cual Tweek aceptaba sin rechistar, porque el padre de Craig solía molestarse de tener al novio de su hijo ayudándolo con los trabajos impuestos para Craig. El señor Tucker caía en los estereotipos de las personas homosexuales, donde uno tenía que ser la mujer. Si bien Craig odiaba eso, lo comenzó a aprovechar para poderse escapar un momento de esa relación.

Justo como ahora, que la curiosidad le ganó y decidió encontrar a Kyle.

Después del beso que el chico tuvo con Stanley ya habían pasado dos días. Stan tuvo suerte, porque en ese segundo donde el puño de Kyle le iba a romper su nariz, la campana sonó y los alumnos comenzaron a voltear a ellos cuando Cartman gritó: ¡pelea!

Broflovski molesto se levantó, escupiéndole en la cara a su antiguo mejor amigo que, aunque Kyle no lo vio, formó una sonrisa bastante perturbadora en su rostro.

La escuela estaba semi vacía debido a que las clases terminaron media hora atrás. Según lo que investigó cautelosamente en esos días que estuvo observando a Kyle, fue que el chico se quedaba junto con Kenny, ayudando en la cafetería, donde le pagaban veinticinco dólares a la semana por ayudar todos los días.

Así que lo primero que hizo fue asomarse para ver cuantas personas se encontraban dentro, al parecer solo Kenny y él, que terminaban de limpiar las mesas. El suelo estaba casi reluciente, al igual que las bandejas y la barra de comida por lo que podría deducir que estaban por terminar.

—Sacaré la basura. —bostezó Kenny. Sus ojos azules estaban algo opacos debido al cansancio, y al igual que Kyle, tenía ojeras por debajo de los ojos.

Esa era su oportunidad.

Kyle volteó al momento en que la puerta principal hizo un chirrido, indicando un visitante. Alzó una ceja al ver a Craig ahí, ¿acaso venía a chantajearlo por lo que había visto en el laboratorio de biología? Que supiera que estaba dispuesto a romperle la cara de ser así, no podía gastar ni un solo centavo en algo como callar bocas. No se quitaría los chillidos de Cartman por un mes si eso pasaba, preferiría ahorrarse el trabajo de contentarlo haciéndose pasar de nuevo por un esclavo.

— ¿Qué hay, perdedor? —saludó, alzando una mano.

— ¿Qué jodidos quieres, Fucker? —preguntó Kyle, yendo hacía la cocina. Craig lo siguió. —Si vienes a mendigar comida, no hay.

—Que idea tan más estúpida. —se burló. —Me preguntaba acerca del otro día.

—Metete en tus asuntos. —cortó Kyle, dejando de tallar los trapos que estaba lavando. No volteó a mirarlo, pero sí que hizo una pausa larga antes de seguir lavando.

—Es mi asunto. —se encogió de hombros, con una sonrisa burlona. —Después de todo soy gay, ya sabes.

—Vete a la mierda, cualquiera con una mínima pizca de cerebro sabe que no eres gay. —rechistó, sacudiendo el trapo a un lado, salpicándole toda la cara al chico de gorro azul. Este se limpió una gota de la mejilla, con una expresión peligrosa en su rostro. —Estás con Tweek porque esos imbéciles del pueblo no tenían a alguien más a quién joder. Les tocó a ustedes.

—Yo no diría eso. —dijo con un tono pícaro. Kyle volteó a mirarlo, cruzándose de brazos, lo observó cauteloso, aunque no le tomó suficiente importancia, era Craig después de todo.

¿Por qué lo llaman amor cuando se llama sexo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora