※ Para Jeon JungKook no es difícil conseguir novio.
Solo que el quiere un novio rico, no importa si es excesivamente mayor que él.
Pero... en el barrio donde vive, solo hay pobres como él. ※
✧ Pareja principal Vkook
✧ Alto contenido sexual
✧ No...
Lo prometido es deuda, en instagram comuniqué que iba a actualizar hoy a las 18:00 y aqui estoy. Que disfruten el capítulo.
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El hilo de pensamientos atemorizados colisiona al escuchar su respuesta.
No.
Una sola sílaba que entra por la intravenosa y no disputa por intentar salir, puesto que se esparce por cada nervio conectado a mi cerebro y ese centro en el que rige la vida.
Dejo de pensar, hasta de actuar. La nebulosa me abruma y siento desfallecer. Es un impacto que nunca creí sentir. Mas el frío se pierde cuando él ovaciona repetidas veces en una sonrisa risueña.
— No... no lo puedo creer Kim. Claro que acepto ser tu novio.
¡Oh, por Dios!
Efímero estatus desosegado. Pero heme, veme, aquí rompiendo en felicidad debido a su aceptación. Mis brazos envuelven su cinturilla y besuqueo sus labios gozosos. La vorágine de emociones no espabila aun cuando la yema de sus índices corre a posarse en el entrecejo de mi saco.
Cincelo más su curva entre mis manos, mientras nuestros labios se besan en apuros y con pinceladas grabadas en un retrato primaveral. El paraíso besando la cúspide con dos intrépidos que creían burlarse ante la circunstancia, cuando el destino los tinturaba en el libro.
— Te amo mi amor.
Acaricio su mandíbula capturando la perfecta imagen de un alífero.
Jeon Jungkook.
Su respuesta es dada con la misma desmesura pasional con la que siempre me corresponde. Sus manos desatan la hebilla de mi cinturón y no escatima en rosar la punta de mi glande con esos índices atrevidos.
— Oh-
Su diestra se apoya en el centro de mi abdomen bajo y sus orbes lujuriosos escrutan mi rostro de la manera más hipnotizante posible. Él mirándome desde abajo, arrodillado, y yo como si fuera su Dios, el apogeo de sus gemidos. Mi pantalón cae al piso de mármol y su lengua juega con la cabeza de mi pene.
— S-Siempre tan...
Succiona mi glande en un santiamén.
Dios.
Mis manos acarician las hebras de su cabellera azabache y cogen un puñado. Al tanto Jungkook ahueca profundamente sus mejillas, intentando meter todo mi pene en su angosta boca que aprieta tan bellamente.
Glorioso.
Su mirada no suelta la mía, aun con su mamada que me imposibilita retorcerme. Esta boquita me lleva al edén.
Querubín en la calle, Eros en mi polla.
Sacudo mis caderas en delicioso vaivén, alentándolo a empalarme más en esa deliciosa boquita. El ruego del extasiado bombardeo se manifiesta en lo gutural de sus jadeos cuando succiona y succiona amagando un pronto desfogue. Pero, no ahora.
