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Acomodó aquella piedra de un verde precioso en su cuello, perfectamente alineada en todo su traje de expedición, apretó sus labios y se encaminó hacia la salida de su habitación. En el fondo del pasillo escucho la voz emocionada de Hanji gritar eufórica de emoción por ver a los titanes, abrió la puerta, la cerró detrás de sí y caminó hacia ella con una sonrisa. —¿Más que emocionada Zöe? —preguntó viendo que Moblit trataba de calmarla— No le des más trabajo a nuestro caballero, le sacaras canas un día de estos.
— ¡No importa capitana, debemos correr a la entrada de la muralla! —y así lo hizo, dejando atrás a ambas personas.
— Es difícil cuidarla —expresó derrotado.
— Moblit, todos sabemos qué haces un excelente trabajo con acompañar y ayudar a Hanji, todos sabemos que morirías por ella —le tomó del hombro y le dio una sonrisa sincera que consoló al chico de cabellos cafés— todo saldrá bien con su entusiasmo.
— Gracias capitana.
Ambos comenzaron a caminar fuera de la sede, donde Levi empujaba a Zöe para que esta no le tocara. "¡No te bañaste!" expresó con fastidio, Moblit corrió hacia ellos para así separar a la mujer de lentes.
— No debes ser duro con mi subordinada, ella solo quiere darte un abrazo —la rubia llego a lado del azabache, saco una de sus manos de aquella capa para llevarla a su cabello y despeinarlo con gracia ganándose una sonrisa por parte del hombre de baja estatura— ¿Por qué estás de mal humor?
— ¿Por qué debo estar a orden de Smith? Entiendo la situación de antes pero yo soy de tu escuadrón y no voy contigo. —comenzaron a caminar, claro que la rubia inclinaba un poco la cabeza para verle.
— Cierto, quizá puedas venir conmigo la próxima expedición aunque siendo sincera... tienes talento para otro escuadrón.
— ¿De qué habla? Yo soy de este escuadrón... de este extraño escuadrón —expresó ofendido. Evergarden río y antes de poder decirle algo más habían llegado a la formación, la gente les mira con terror— merezco ir en su formación.
— Lo que digas Levi —le tomó de los hombros— cuídate, no seas estúpido ahí a fuera ¿De acuerdo?
— Sí.
— ¡Formación!
El grito de Shadis hizo que el mundo callara por un segundo, Levi miró como ____ daba un paso hacia atrás y por primera vez prestó atención en su rostro, sus ojos azules como un cielo apunto de oscurecer, su cabello de un rubio pálido, sus labios pequeños y de un color cereza natural, su piel porcelana fría, ¿Le gustaba por su físico? Definitivamente no, le gusto desde el momento en que aprecio la tela de su madre sin necesidad de decirle ni una palabra y curó sus heridas como si fueran suyas, cuido de sus amigos como si hubieran sido suyos y le defendió como si lo conociera de toda la vida. Claramente estaba enamorado de ella por todo lo que era, y su físico era precioso, hermoso, muchos matarían por qué _____ los mirara como en la forma que lo está mirando ahora pero era afortunado de que lo eligiera a él para conocerla de esa manera. Evergarden llevo dos dedos a sus labios para después colocarlos en su frente. — Nos vemos, Levi. — le sonrió para después girarse.
Se encaminó a su caballo para después subirse en él, hizo lo mismo detrás de Smith y Mike, nuevamente su corazón golpeó en su pecho al ver su cabello enfrente de todas esas personas. La puerta de la muralla se abrió dejando el exterior a su vista y hubo un galope sonoro.
El cielo tan interminable, el paisaje tan enorme y las aves volando arriba de ellos, los animales corrían a su par, sonrió a tal ambiente.
— Capitana... —la castaña llegó a su lado, la miro en respuesta— hay dos de 15 metros siguiéndonos.
— No hay problema, somos más rápidos que ellos solamente hay que mantener el pas- ... —una bengala color rojo adornó el cielo y un disparo atrás de Evergarden sonó. Se giraron asustadas.
— ¡Hanji!
Los ojos de la rubia se abrieron con sorpresa cuando Moblit saltó de su cabello y abrazó a la castaña tirándola del semental evitando que recibiera un disparo — ¡Chicos! —gritó viendo cómo rodaban en el suelo y los perdía en la distancia, su vista se posó en el hombre que jalo del gatillo, su pupila se hizo pequeña... — Leonard...
Aquel hombre que salvó aquella vez, había jalado del gatillo y cinco personas más disparaban a los demás reclutados. Un cañón apuntó hacia la espalda de la capitana, golpeo las riendas con más prisa esquivando con éxito aquel disparo. — Te matare —juro entre dientes.
— No creo que estes en disposición de decir eso.
Otro dedo fue colocado en el gatillo sin que ella se percatara de ello.
