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— Gilbert — El hombre de cabellos negros azulados alzó la mirada cuando ____ le llamó — Has trabajado 10 horas seguidas, debes descansar.
— Cuando muera podré descansar —le sonrió tratando de calmarla— Hay mucho trabajo que hacer, digamos que mi antiguo colega no hizo un gran trabajo con esta división.
— Por eso nadie nos reconoce, creen que solo somos un gasto innecesario de impuestos.
— ¿Sabes por qué la gente nos rechaza? —se levantó de aquella silla, camino hacia enfrente del escritorio y se recargó en él— Tienen miedo de lo que no conocen, toda nuestra vida nos enseñaron sobre los titanes pero ¿Por qué? ¿Qué hay más allá de lo que nadie conoce? Las murallas para ellos son tan grandes y su vida se resume en eso, suena a que somos ganado pero ellos no se dan cuenta. Nosotros queremos más y las murallas nos resultan pequeñas, verás que algún día este trabajo que hacemos valdrá la pena, un día nos aplaudirán y rezarán por nuestro regreso, espero que... —la piedra en su cuello brilló gracias a la luz de la vela— esa persona porte esto, será un gran recorrido para esta perla.
— ¿Has pensado qué hay más allá de lo que conocemos?
— Me gustaría imaginar... qué hay tierras sin conocer, lagos sin pisar y sin beber, que se siente el calor y la lluvia, donde puedes correr y no haya un fin. ¿Tú que piensas qué hay?
— Cielo infinito. La tierra me queda corta.
Ambos rieron.
— Toda una ave —extendió su brazo hasta llegar a su cabeza— no te das cuenta que ya estás volando sin necesidad de alas.
Evergarden estampó contra él suelo ganándose un nuevo dolor en la parte baja de sus costillas, aún en el suelo quito aquel equipo de su cuerpo arrojándolo con fuerza hacia la carreta. Llevaba apenas 24 de los equipos con 10 saboteados y faltaban más, muchos más, toda una bodega guardaba más los tanques de gas.
— Esto de caer... es fastidioso —expresó dejando descansar por un momento su frente en el frío pasto.
— ¡Capitana!
— ¡Evergarden! —se presentó saludando con respeto a Gilbert. Él insistía que no debía hacerlo pero ella era bastante testaruda en respetar a sus superiores, llevo su áspera mano en la femenina y quitó su saludo.
— No tienes que hacer eso —río nerviosamente mientras rascaba su nuca— Pero a lo que venía... ¿Has visto a los nuevos? ¡Se unieron más comparando aquel año que nos unimos! —expresó con emoción como si de un niño pequeño se tratase, río un poco sonoramente— ¡Vamos por buen camino!
— Dos personas más, comandante —su voz neutral hizo que Gilbert riera más.
Tan ella, pensó con ternura.
— Que pesimista eres —le empujó un poco, bromeando— Hay muchas personas para mí, me dedicaré a cuidar de ellas.
— ¿Cuidar? —esa palabra llamó su atención.
— Cuidar —repitió comenzando a caminar dejándole atrás. Vio como se alejaba, viendo su ancha espalda y dio un paso hacia adelante siguiéndole.
— ¿Por qué cuidarías a alguien que no conoces?
— ¿Y por qué no?
La voz de Hanji llegó a sus oídos sacándola de su recuerdos. — ¿Está bien? Esa fue una gran caída, capitana —le ayudó a ponerse nuevamente de pie.
— ¿Has encontrado más cosas dañadas? —asintió apenada— ¿Algún sospechoso? —negó con la cabeza.
— He estado observando pero no he visto ningún movimiento extraño, sospecho que al menos una persona estuvo desde que llegó Levi, las demás se unieron después pero probablemente ellos no han dañado nada, solamente observan y esperan.
— Buena observación —le sonrió tratando de ponerse de caminar por sí sola, falló en el intento pero la castaña estuvo para detener su caída— Debo descansar... —asintió la de cabellos cafés comenzando a caminar con todo el peso del cuerpo de la rubia, cerró un poco sus ojos.
El comandante estaba realmente cansado.
— ¿Has visto al chico Shadis? Es mayor que tú pero recién se une, es interesante. Cree que somos especiales por estar aquí —ambos estaban entrenado, ella frunció el ceño al mismo tiempo que detuvo el golpe del mayor.
— ¿Especiales? Me siento muy normal he de decir, ¿Por qué seríamos especiales? —lanzo un golpe.
— Cree que tenemos que tener algo para poder salir a luchar de esa forma.
— Yo le llamo estupidez.
Gilbert esquivó nuevamente el golpe pero claramente no escapó de una patada en su abdomen empujándole hacia atrás.
— ¿De que otra forma lo describirías?
— Valentía.
Le sonrió borrando su mirada melancolía.
— No todo mundo la tiene.
— Eso no los hace menos especiales.
Quitaron su guardia.
— Yo creo... en ese caso. Todos somos especiales por vivir —continuó.
Una corriente de aire llegó.
— Tienes razón, _____ Evergarden.
El corazón de Gilbert se enterneció por tal respuesta.
— Moriría por ti, ____ —continuo.
— ¿Por qué?
— Descúbrelo.
n/a: espero que entendieran cuando es un recuerdo y qué pasa en el presente. ❤️
