XIV

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𝑪𝒂𝒑í𝒕𝒖𝒍𝒐 14: 𝑩𝒍𝒂𝒏𝒄𝒐

El comandante, Shadis, entró a la habitación por completo ofreciéndole una sonrisa:— Siempre sonreía pero portaba una mirada triste y melancólica, no es la mejor forma de recordarlo pero a la cadete le gusta ese retrato de él, creo que algo la cal...

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El comandante, Shadis, entró a la habitación por completo ofreciéndole una sonrisa:— Siempre sonreía pero portaba una mirada triste y melancólica, no es la mejor forma de recordarlo pero a la cadete le gusta ese retrato de él, creo que algo la calma en esa mirada.

— ¿Por qué me está diciendo eso? —interrumpió antes de algún comentario más, lo invadía la pena.

— Por algo estás viendo el retrato, solamente conteste lo que probablemente tienes dudas. Somos pocos los que aún conservamos la imagen de Gilbert, su voluntad la tiene alguien más —se sentó en aquella silla de castigo de Levi— yo fui el causante de la muerte del mayor. —desvió la mirada apenado y derrotado— Al igual que yo cause la de Magnolia y Church.

— Las muertes de ellos no tienen nada que ver con usted, sucedió por algo.

— Tan parecido a Evergarden pero tan distinto a la vez. Ella me pidió un favor —tomo una pequeña bolsa de su gabardina y se la aventó, eran monedas— La capitana ha ordenado que te compres un buen traje y disfrutes del baile, ella está ocupada junto con Mike en algunos asuntos y no podrá verte hasta el día del evento de invierno. —Shadis se levantó y abrió la puerta.

— ¿Ella está bien? —dio un paso enfrente deteniendo su partida.

— Lo está, volverá pronto.

Cerró la puerta tras de sí, miró aquella bolsa repleta de monedas... él jamás había usado un traje. Solamente le quedaba una opción y no muy grata, salió del despacho con prisa caminando por aquellos pasillos angostos y se detuvo enfrente de la persona que siempre estaba fastidiándole con su mera presencia.

— Erwin.

— ¿Ah? —bajo la mirada— Levi, que afortunado soy en qué me dirijas la palabra.

Necesito tu ayuda —comentó sin verle directamente, no contestó indicando que prosiguiese. — ¿Dónde consigo un traje?

— Acompáñame.

Salieron a paso tranquilo de la sede la legión, caminando hacia la ciudad que empezaba a encender velas a pesar de que apenas caería el atardecer.
—Hará uno a tu medida, es una gran persona —el que rompió el silencio fue Erwin— ¿Cómo deseas tú traje?

— Yo nunca he usado un traje.

— ¿Lo usas por alguien en especial? —No respondió algo que realmente era esperado— Siempre usa algo cómodo para ti pero si quieres sorprenderle... —se detuvieron en un local— Imagina su mirada al verte.

Empujó la puerta demostrando el local de un viejo sastre, una pareja de ancianos saludó a Erwin con alegría. — Él es un gran compañero de la legión, su nombre es Levi y desea un traje a medida.

—Oh cielo —la anciana se acercó a él con una pequeña cinta, la pasó por su cuello— Aquí hacemos trajes únicos... irrepetibles. ¿Cómo desea su atuendo?

Y se detuvo a pensar. Nunca conoció todos los colores del mundo, todos eran grises y negros en su vida pero cuando ____ le ofreció calidad todo se volvió tan colorido, tan... blanco. Siempre tenía una pizca de su tristeza pero era nula a lado de lo que sentía ahora.

Blanco, quiero un traje blanco.

— Excelente elección.

Cuando comenzaron a tomar medidas, Erwin se encontraba mirándole con una sonrisa. "No me mires así, me das miedo". Y finalmente rio —La ultima vez que use un traje fue cuando me despedí de la mujer que amaba —le comento con una sonrisa melancólica— que tiempos.

¿Smith amaba algo más que a él mismo? Se sorprendió por ello y más por la forma en la que hablaba con tranquilidad.

— ¿Ella?

— Oh, se casó con un gran hombre, amigo mío. Ella es más feliz de lo que pudo ser conmigo, ahora solo uso trajes en caso de funerales.

— No te vi presente en el de mis amigos.

Porque no tuvo que haber un funeral. Era muy peligroso salir con todo lo qué pasó pero Evergarden gritó y me levanto en la madrugada con la promesa de que me aventaría de la muralla. Ella fue sola por sus cuerpos y ella hizo las tumbas con sus propias manos, ella es muy... testaruda.

Levi se giró rápidamente apartando a la anciana por tal comentario, tenía ganas de llorar. Ella había hecho lo mismo con su pañuelo y ahora con sus amigos.

Se llevó la mano al pecho, una sensación de opresión nació tanto que tuvo que respirar por la boca.

— Se llama atracción, te gusta la capitana ____.

— A mí nunca me ha interesado alguien.

No sintió cuando llego a él, pero palmeó su espalda con delicadeza.

— Cuando la mires nuevamente di todo lo que te parezca bello en ella, lo desagradable y lo fascinante, plantéate la pregunta. ¿Es ella?

Quizá Erwin no era tan malo, quizá... tan solo quizá no le desagradaba.

— ¿Puedo pedirle un favor más?

— Claro.

Enséñeme a bailar...

リヴァイユ |  𝑅𝒾𝓋𝒶𝒾𝓁𝓁𝑒, 𝐿𝑒𝓋𝒾 𝒜𝒸𝓀𝑒𝓇𝓂𝒶𝓃Where stories live. Discover now