Las brujas del mar

En başından başla
                                    

Harriet se rió detrás mío, ya no dijo nada. Observé el mar a lo lejos, tan pacifico, tan azul, tan imprevisible. Este viaje será insólito. Cerré los ojos para adentrarme a las profundidades del inmenso océano, mi conexión es mucho más fuerte ahora que soy libre, que estoy despierta. Los movimientos de la superficie del agua me llenan de paz, los lejanos aleteos de los peces varios kilómetros abajo del barco, las ondas de sonido expandiéndose en todas direcciones, el suave movimiento de las algas y plantas en lo profundo, los rayos del sol refractándose en el agua... todos los seres respirando, alimentándose, viviendo. El océano vive a través de todos los seres que lo habitan, y a través de él vivimos todos nosotros. 

—¿Qué tanto piensas?

Sentí una mirada sobre mí, al abrir los ojos tardé un segundo en acostumbrarme a la vista, busqué en la dirección de la mirada, abajo, en la cubierta, los tripulantes comenzaban a limpiar todo y regresaban a sus puestos, cerca del mástil estaba Harry, observándome con esa estúpida sonrisa ladina. No aparté la vista, él tampoco lo hizo, me erguí y recargué mi mejilla en mi puño sin dejar de apoyarme en el barandal.

—No estoy pensando —le respondí a Harriet, no giré para verla, sé que sigue en el timón, Harry ensanchó su sonrisa mostrándome un poco de sus blanquecinos dientes, se burla de algo y no me agrada— estoy sintiendo.

Harriet me preguntó que sentía, no sé como explicarlo con palabras, es algo indescriptible, se lo tengo que mostrar. Le hice una mueca de apatía a Harry y me aparté para llegar junto a Harriet, le pedí que soltara el timón un momento y lo bloqueé con la espada, le di indicaciones para que  cerrara los ojos y se relajara, le transmití cuanto pude de mi conexión con el mar, en su rostro pude ver la felicidad y la serenidad que sentí apenas unos instantes, comenzó a lagrimear, creí que algo malo sucedía pero cuando se rió supe que eran lagrimas de felicidad. Está llorando de alegría. Vi a Harry llegar arriba por las escaleras, sentí su confusión como si fuese mía al vernos así, se acercó intentando descifrar lo que pasaba.

—Es hermoso.

—¿De que habla? —preguntó Harry, Harriet me soltó para limpiarse las mejillas y sonreír como tonta enamorada, así que así es como me veía y por eso Harry se burlaba de mí.

—Muéstrale —Harry se asustó cuando estiré las manos en su dirección y ambas nos burlamos de su reacción—. No seas cobarde, hermanito, déjate llevar.

—No confío en ella —aseguró señalándome, Harriet lo empujó hacía mí y le dijo que hiciera exactamente lo que le pedí que hiciera, Harry aceptó a regañadientes pero no estiró los brazos. Le tomé las manos y las llevó detrás de su espalda sin soltarme, como si yo lo abrazara y me susurró al oído—: pude sentirlo al mismo tiempo que tú.

Harry me soltó y me alejé conmocionada porqué no entiendo como pudo sentirlo, vi a Harriet con los ojos entrecerrados juzgando lo que acaba de pasar, me asusté de que comenzara a sospechar de algo y me puse a la defensiva de inmediato. Le reclamé por lo que hizo y lo empujé del pecho, donde sentí algo duro bajo su camiseta, Harry se quejó de que lo lastimara y comenzamos a insultarnos como niños pequeños. Me llamó agresiva y desquiciada, le dije que estaba en las mismas que yo y que además era un idiota, Harriet tuvo que meterse entre ambos y evitar que la pelea pasara a violencia física. Harry sacó lo que le había lastimado, tenía colgado en un hilo negro un anillo, y no cualquier anillo, sino el que le había dado yo.

—¿Por qué llevas eso del cuello?

Harriet siguió mi dedo y vio lo que su hermano tenía en la mano. Sin decir nada se acercó hasta él y lo tomó, sé que discutieron algo con la mirada pero no supe qué, solo podía ver a Harry negar con la cabeza y hacerle advertencias con los ojos, al final se rindió y bufó cruzándose de brazos. Harriet le sacó el collar improvisado por sobre la cabeza y se giró para mostrármelo.

—Tenemos que hacerte una pregunta sobre el origen de este anillo.

—Ya les dije todo lo que sé.

—Pero yo no —Harriet miró a su hermano por sobre el hombro, Harry soltó los brazos e hizo una mueca como diciendo pues ya qué—. Nosotros no conocimos a nuestra madre, murió después de qué Harry naciera.

Esa información me sorprendió bastante, miré a Harry pero él esquivó mi mirada.

—No tenía idea.

—Por supuesto que no —respondió Harry.

—Prácticamente no sabemos nada de ella, además de su nombre y  un par de cosas.

Los entiendo, pasé por lo mismo cuando descubrí que Angélica no es mi madre, no biológica al menos, la diferencia es que yo estaba molesta y no me interesaba saber nada de ella o de Marina ni sus malditas razones por lo que hicieron lo que hicieron, a ellos no los engañaron, no los abandonó con la nueva mujer de su padre, su madre murió. No sé que es lo que espera que haga pero puedo ayudarlos de otro modo.

—He escuchado de una bruja que puede hacer cualquier cosa —a cambio de un pacto de sangre, estoy segura que querrá la del desaparecido James Hook, o la de una sirena en el peor de los casos—. La llaman la mejor bruja del mar por los siete mares.

Les conté sobre ella un poco, el problema es que en realidad no se puede acceder a su santuario tan fácilmente, ni llegar allí, eso desviaría el curso trazado por Harriet.



—Ya ha pasado demasiado tiempo —Maddy siguió andando en círculos molesta, hastiada de permanecer escondida, se detuvo frente a los hermanos— ¿Cuándo atacaremos de nuevo?

—Paciencia, niña, la paciencia es una virtud, no la pierdas.

—No entiendo porqué los asusta tanto, es sólo una bruja —Maddy bufó y se acercó al marco de la ventana, mirando la Isla.

—No es sólo una bruja, ni siquiera es bruja, es una cola azul.

Cyril miró a su hermano y se levantó dejando de lado su libro. Se detuvo justo donde comenzaba la luz del sol, dos pasos detrás de ella, lo miró por el reflejo del cristal, alto y delgado, casi cadavérico.

—Sé que aún no lo comprendes todo, y hay cosas que es mejor no saber —Maddy se mofó a sus adentros por eso, desde el ataque a Mal la han obligado a mantenerse escondida y no le han dicho por qué—. Ese clan o como se llamen, tiene un don muy poderoso, es magia más antigua que la magia ancestral. Y esa chica, Melissa, es capaz de crear fuego inverso.

—Primero, se llama Medusa no Melissa, igual que la Gorgona de tu pueblo. Segundo, no tengo idea de que o quienes son las cola azul, y tercero, ¿Qué demonios es el fuego inverso?

Maddy giró sobre sus talones para verlo de frente, levantó las cejas y se cruzó de brazos.

—Se llama Angela —dice Erasmus detrás de ambos, Cyril asiente dándole la razón, quiere preguntarles como lo saben, pero ya conoce la respuesta; ya entenderás todo—. No sé porque se hace llamar Medusa, conocí a la verdadera y no era alguien digno de admirar.

—¿Que importa? Quiero terminar con esto pronto —estaba ansiosa, ya quería volver a intentarlo, ya quería dejar de ser la simple y patética Maddy— ¿Cuándo atacaremos?

—Cuando esa sirenita esté lo suficiente lejos para que no vuelva a intervenir.

—¿Y eso cuando será?

—Pronto —prometió Cyril, a Maddy aún le sorprendía que él fuera quien haya maquinado todo, que sea la mente malévola detrás de todo, especialmente por su serenidad que nunca flagea—. Estará lejos en poco tiempo.

El destino de Medusa || Harry Hook  #PGP2020Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin