22. De vuelta a la pesadilla

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Silencio, era lo único que se podía escuchar, la azabache poco a poco comenzó a abrir sus ojos, miró a su al rededor desorbitada.

Fijándose en que yacía en el suelo en lo que parecía ser una habitación abandonada.

Temerosa y con una sensación familiar, comenzó a fallarle la respiración.
Buscó con la mirada a quién sea, pero nada, estaba ella sola en aquel lugar.

Sin saber cómo, se deshizo de los plásticos que retenía sus muñecas, miró la puerta, no muy segura de qué hacer mientras que su instinto de súper vivencia era activado.

Miró arriba, dándose cuenta de que había una ventana a unos dos metros y medio del suelo.

Sinceramente esa altura no era nada para Greta, esta comenzó a procesar del como había llegado ahí, recordando como al subir a un coche con el supuesto chófer junto a Hiroto y Froy fue cuando perdieron la consciencia.

Pensaba saltar del edificio y directamente huir, como sería normal, pero en cambio algo le gritaba que solo se escondiese fuera de la ventana y que fuese a buscar a los otros dos chicos.






—¡Esa perra se ha escapado! —se escuchó en la habitación





Con los nervios más que presentes y con el ardor en la garganta, Greta se fue moviendo entre las paredes, buscó entre sus ropas su teléfono, nada, seguramente que ya estaría destrozado o en manos de esos.

Lo único en lo que podía pensar la chica, era suplicar internamente que sus padres sí que hayan realizado la precipitada decisión de implantarle un GPS o lo que sea encima.


—Bueno... da igual, aún nos quedan esos dos —dijo con cierto cansancio— y yo que creía que serían ellos los que nos darían más problemas

—Ciertamente si que los están dando, sobretodo el Kira, es bastante violento —dijo mientras le recorría un leve escalofrío

—¿Ya os pusisteis en contacto con la familia de esos dos?

—Lo intentamos, pero no cogen el teléfono

—Tks... ricos...



La azabache, aún fuera y al borde del edificio miró de reojo la ventana, sintiendo rabia e impotencia, ¿de verdad que debían pasar esto solo por ser "importantes"?

Con el corazón en la mano comenzó a trepar y moverse con cuidado entre las paredes de la estructura, que viéndolo mejor pudo apreciar que se trataba de una fábrica abandonada en mitad de la nada.

Lo único que podía hacer de momento era agradecer que tuviese un oído tan agudo, porque de aquella manera pudo situar el cuarto en donde se encontraban Froy y Hiroto.

—¡DEMONIOS! ¡Abrid la puerta de una maldita vez si no queréis que os destroce la cara! —gritaba con cierto desespero el chico a la vez que embestia la puerta 

—No esperaba que reaccionas es de esto modo en un secuestro —dijo con cierta sorpresa Froy

—¿¡CÓMO MIERDA QUIERES QUE REACCIONE?! ¡Nos han puesto en una habitación aparte a la de Greta! ¡Esta sola Froy!

—Lo sé, también estoy preocupado, pero te estás haciendo daño Hiroto, solo esperemos a que su mente no se colapse y le pase más facturas —dijo Froy mientras temblaba ligeramente


¿Acaso Hiroto se creía que el no tenía miedo? Claramente que no, lo estaba pasando mal, pero si se ponía a llorar o a actuar como él, la situación realmente se saldría de control y no era del todo bueno.

Pero los dos, salieron de sus pensamientos al escuchar un golpe seco tras ellos, viendo como la azabache se tiró sin previo aviso sobre ellos.


—¿C-cómo lograste escapar? —le preguntó con sorpresa Hiroto, aunque luego al ver las muñecas maltratadas se supo hacer una idea— ¡Tonta! ¡Debiste haber escapado! —exclamó de repente Hiroto



Greta no dijo nada, solo se quedó callada mientras se aferraba más al cuerpo del chico y soltaba leves lágrimas que hicieron reaccionar a Hiroto mientras que este se calmaba.

Y Froy, sinceramente no sabía como reaccionar, ¿feliz al verla bien? ¿o sentir angustia al ver que ahora estaban los tres atrapados juntos?







—Tenemos que escapar de algún modo... —musitó Hiroto— Greta, ¿puedes arrancar uno de esos cristales de la ventana y cortar la mierda esta? —preguntó refiriéndose a los plásticos


Ella con dificultad se separó de él mientras se acercaba a dicha ventana y arrancaba uno de los cristales que sobresalían con cuidado de no cortarse.

Se acercó a Froy, el cual era el más cercano, mientras comenzaba a cortar el plástico y seguir con Hiroto.





—Bien... ¿ahora simplemente saltamos por la ventana y nos vamos? —preguntó dudoso Froy

Avancemos juntos_ (Kira Hiroto)_ Inazuma eleven ares/orionWhere stories live. Discover now