No le temo a los pasos que resuenan por la noche en esta casa vacía.
Le temo a lo que pasaría si alguna vez dejara de oírlos.
No le temo al chirrido de la puerta, ni a las diminutas garras que la empujan.
Le temo a que la puerta no vuelva a abrirse nunca más.
No le temo a su mirada de fuego emeralda.
Le temo a que ese mismo fuego se apague sin que yo me entere.
No le temo a él.
Le temo a que él me abandone.
Después de todo, se trata sólo de un niño que me visita cada noche, con la intención de ayudarme a escapar de mi cautiverio.
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De lo que susurran las paredes
Short StorySueños que se marchitaron, pensamientos que se desvanecieron en el aire, danzantes del olvido y susurros de almas perdidas. En fin, mis micros e historias cortas.