Monstruo y niño habían dejado de temerse mutuamente. Habían descubierto que hay cosas mucho más inquietantes que las risas de un pequeño, o las garras de una bestia.
Cada noche, justo cuando el reloj marcaba las doce, el monstruo se introducía cuidadosamente por la ventana a la habitación de su niño, y se acurrucaba en sus brazos, temblando. Solía quedarse allí hasta que sentía que el peligro había pasado.
El niño ignoraba que era lo que podía asustar a su monstruo de aquella manera, pero tampoco preguntaba; simplemente lo abrazaba con fuerza y le repetía que todo estaba bien, hasta que él mismo se quedaba dormido.
Entonces el monstruo lloraba amargamente y en silencio, porque temía el día en que, al colarse en su habitación, encontrara que su pequeño, desgarrado por la vida, hubiese dejado de creer en él.
![](https://img.wattpad.com/cover/260043562-288-k883607.jpg)
ESTÁS LEYENDO
De lo que susurran las paredes
Historia CortaSueños que se marchitaron, pensamientos que se desvanecieron en el aire, danzantes del olvido y susurros de almas perdidas. En fin, mis micros e historias cortas.