Capítulo 8

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De vuelta en la cárcel para niños y adolescentes era una nueva semana, todos acostumbrándose poco a poco al ambiente de lápices y cuadernos.

Lili caminaba confiada por los pasillos de la escuela. Saludaba cómo de costumbre con un asentimiento y una sonrisa a los que conociera, más no deteniéndose a saludar ahora pues quería llegar a su destino rápido.

- Tom.

- ¡Lili!

Tom sacaba sus libros del casillero cuando Lili llegó, una sensación reconfortante le recorrió el cuerpo, haciendo inevitable que la emoción se viera reflejada en él.

- Me preguntaba si podías pasarme tus apuntes de la planta, se me fueron varios detalles.

- Claro ya te los paso.

- Oh bonita libreta ¿tu la decoraste?

Lili tomó esta del casillero abierto de Tom. El sintió como el alma se le iba, y se la quito de las manos volviendola a poner en su lugar. No se atrevió girarse para mirarla luego de eso.

- Losiento no sabía que era personal.

- No-no es eso.

Lili se apoyo del casillero de a lado suspirando.

Observó su rostro con detenimiento, sus mejillas tenían un suave tono rosado al igual que su labios apresados por sus dientes.

- ¿Hice algo malo Tom?

- ¡No! ¿Por qué dices eso? Estamos bien.

- ¿De verdad? No quería tomar tu libreta así, pensé que estaba bien.

- No te preocupes por eso.

-Tom, lo siento pero tengo que preguntar. ¿Qué tiene esa libreta?

- No, no es nada.

- Si no hubiera nada no estaríamos teniendo esta conversación. Vamos Tom confía en mi.

Tom la miró, su sonrisa calmada hizo que arrugara la frente pero finalmente le entregó la libreta.

Lilian la tomó victoriosa, y abrió esta con millones de ideas de que podría ser pasando por su mente. Mas al abrirla, flores de varios tipos estaban entre las hojas, tenían escritas fechas y algo parecido a una descripción y datos de estas.

Tom observó cómo Lili alzaba las cejas pasando las páginas, sus manos comenzaron a sudar al notar como las personas pasaban pero no parecían mirarlos raro.

- Tom, esto es asombroso, ¡Eres increíble! No sabia que esto se podía hacer.

- No-no es la gran cosa.

- Claro que sí, ahora quiero uno así. Son hermosos.

Tom sonrió sonrojadose.

- Basta, lo guardaré.

- Si, hazlo antes de que no quiera soltarlo.

Tom rió.

- Aunque. No entiendo porque no querías mostrarlo.

- Tal vez como no eres de esta ciuedad no te sorprende pero, se supone que aquí los chicos no guardan flores...

- ¿Pensaste que me burlaría?

Tom se quedó callado dándole así la respuesta a Lili.

- Tom, no soy esa clase de persona. Yo nunca te haría algo así. Yo en realidad... creo que es algo lindo.

Tom bajo la mirada con una sonrisa en sus labios, se sentía halagado y no podía evitar tener esa sensación agradable dentro suyo.

La campana sonó indicando el inicio de la primera clase.

« Cuando llega el otoño » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora