Capítulo 12

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—Alex... —susurró Lena entrando en su habitación nada más la pelirroja abrió la puerta y, sin dudar, se abalanzó a sus brazos al ver sus lágrimas en los ojos—. ¿Qué demonios está pasando?

—Sam... Sam se ha ido. Me ha dejado y se ha mudado, Lena —se separó para limpiarse las lágrimas.

—Pero ¿por qué? Si estaba loca por ti y a mi no me ha comentado nada de nada —musitó sin poder creérselo todavía y la pelirroja se dio la vuelta para buscar el sobre.

—Mira... —le extendió la carta de San Valentín que le había hecho Sam. Lena tensó la mandíbula nada más cogerla porque nada tenía sentido; había acompañado a su mejor amiga a comprar esa misma tarjeta y la veía con entusiasmo de que celebraría una fecha especial con alguien.

—¿Qué demonios...? —se preguntó en voz baja nada más empezó a leer.

Su mejor amiga realmente se había ido pidiendo perdón a todos y sobre todo a Alex por hacerlo de esta manera tan inesperada, pero tenía que hacerlo. Su padre había fallecido y tuvo que tomar su puesto. Explicó con sinceridad de que ella no creía en relaciones a distancia y tampoco podía pedirle a Alex que se mudara con ella por diversas razones: no quería ser egoísta y quitarle la vida que había hecho en National City.

Lena miró a Alex atónita y se sintió verdaderamente mal. Ella tampoco es que lo estuviera pasando bien después de dejar su apartamento nada más vio a Kara y Andrea salir juntas. Pero el enfado era mayor de que Sam hiciera esto sin despedirse, aunque también estaba muy confundida porque ella nunca fue así.

Era su mejor amiga, su confidente. Quizá eso es lo que más le dolió porque no le había mencionado nada. Quiso encontrar una razón, pero había tantas piezas sueltas que terminó creyéndose de que Sam se hubiese ido sin más. Le dolió tanto de que no lo hiciera porque ella habría hecho cualquier cosa por ayudarla, por buscar una solución y decidió marcharse sin mirar atrás.

Lo peor no fue solo eso, sino que pidió específicamente que no la buscasen, que se olvidaran de ella como si no hubiera existido. Eso sí que era raro, pero nuevamente, por mucho que le diese vueltas, no encontraba respuestas y se dijo que a lo mejor no la conocían del todo, que escondía su lado oscuro y que de verdad se marchó sin más.

Dejó la carta y volvió a abrazar a Alex que se hundió con ella. Susurró que todo estaría bien, que ella estaría ahí mientras acariciaba su espalda hasta que calmó su sollozo. Ella iba a buscar una explicación, aunque eso lo omitió cuando la pelirroja le pidió que no hablase más del tema, pero ella iba hacerlo porque lo que sí sabía claro es que Sam hubiese dado la vida por Alex.

—¿Desde cuándo...?

—No dije nada porque no quería estropear ninguna velada. Todos se están divirtiendo y Kara tenía su cita especial —explicó encogiéndose de hombros mientras se sentaba y Lena se tensó al escuchar eso. No por la palabra cita, sino porque sí que se lo había contado a su hermana y a ella se le olvidó comentárselo. Sin embargo, eso era lo que menos iba a pensar porque ahora quería ayudar a Alex.

—Podrías haberme llamado a mí. Podrías haber venido a buscarme ya que sabes que yo no tenía planes —habló sentándose a su lado y vio su ceja alzada—. Venga, Alex... Ya ha pasado tiempo, es agua pasada —soltó una sonrisa genuina haciendo que la pelirroja abriese la boca sorprendida—. Sé que ahora me incluyes después de pedirme perdón y me tratas bien, pero siempre me has tratado como la mejor amiga de tu hermana. Lo que quiero decir es que dejes de sentirte culpable por lo que pasó; por el tema de mi familia y por el instituto. Me refiero a que yo también soy tu amiga —le aseguró de manera reconfortante y Alex asintió con la cabeza, dándole la razón—. Entonces, ¿quieres que hablemos de ello?

We could be happy | Supercorp AU UniversityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora