capitulo 3

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                  País del hierro 3

Gaara no sabe que es lo que los demás perciben de este nombrado Daimyo, pero mientras está parado en ese cobertizo con sus ojos inspeccionando a todas las sombras y sus guardaespaldas en el jardín detrás de cada Hashira asignado sin una pizca de la ligera dureza que dio antes de su presentación... el pelirrojo siente un extraño vació de presencia.

No hay intención.

No hay malicia.

Ni siquiera curiosidad o precaución.

Rengoku-san le mostró una pizca de lo que pueden ser los samurái en actitud, pero mirando alrededor y comparando con los otros guías... son tan diverso y excéntricos como lo son los shinobis... pero enfrente de este montón de personas abiertas y leales, hay lo que se puede comparar con el sol (Y no solo porque se presentó como el hashira solar).

Cálido, presente y tranquilo.

Este hombre no tiene una presencia y eso en términos shinobi no es bueno.

No se puede medir que nivel de peligro es.

Solo la espada en su cadera, su postura disciplinada y su ligera musculatura es un delator que este daimyo no es como sus daimyo... este no es solo una posición de poder... probablemente, asumiendo y recordando las palabras de Rengoku... fuerte a un nivel que no pueden todavía comparar con sus homólogos shinobis.

Es un hashira... se recuerda el antes jinchuriki, no debe olvidarlo porque es la pista más fuerte de su jerarquía.

Parece ha llegado a una conclusión al parpadear, el daimyo los mira sin indicativo de darles el pase a la residencia donde se iniciara el esperado evento -Antes de pasar a la reunión- su tono sigue sereno, sin emoción mientras mira al cielo nublado con una expresión ajena sin preocupaciones.

Como si tuviera el tiempo entero del mundo.

Gaara no evita fruncir el ceño al igual de Mei, pero eran los más pacientes y comprensivos... Danzo, Onoki y A de formas diferentes son más descontentos con esta aparente interrupción de algo importante para las aldeas shinobi pero para todos es un tanto desesperante que dispongan... otra vez... de su tiempo.

Alguien se aclara la garganta, con los brazos cruzados Tsugikuni-sama enfoca de nuevo la tierra y a ellos, inclinando la cabeza curiosamente parece volver al asunto -Hay algunas situaciones que mis Hashira han reportado que considero importante mencionarles-

-¿No puede esperar?- A cuestiona exasperado levantando la nariz y enviando oleadas de disgustado al entorno.

-Más respeto, Raikage-sama- el niño entre los Hashira espeta desde su posición, dándole una mirada de disgusto al Kage que guio a través de los bosques helados.

Gaara se pregunta cuál fue la impresión de A para que se le quede mirando al chico con obvia sorpresa.

-Muichirou-kun, está bien- añade amablemente el daimyo calmando al chico con una facilidad regresándose a su posición de servicio -Prometo ser lo más breve posible, Raikage-sama- expone volviendo al tema enfocando a las sombras -Es solo para asegurar nuestra posición neutral sobre sus asuntos, informarlos ya que puede ser tomado personal...- explica con suavidad -como sabrán, se aprobó traer a dos guardaespaldas para cada aldea... su propia seguridad... sin embargo- hace una pausa -más intentaron cruzar al territorio-

Todas las sombras sin excepciones se miraron de reojo con desconfianza sembrada por generaciones, no era extraño que los otros desearan infiltrar a más de su gente para asegurar su victoria en el peor de los casos... pero ninguno levanto la mano para tomar la iniciativa de evidenciarse, solo se quedaron parados esperando.

Un País Entre La Nieve/Kimetsu No Yaiba X Naruto ShippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora