Diario de Nathaniel Evans

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Fecha: 17 de enero

8:00 pm

Oliver tenía mi diario, ¿Estoy sorprendido? Un poco, ¿Molesto? No demasiado, en parte porque estoy seguro de que no lo leyó. Lo que me molesta es que estoy seguro de que le sabe cosas, puede ser que incluso en este momento tenga más información de mí mismo de lo que yo sé.

Desde la última vez que fui al hospital, mi memoria ha estado fallando más de lo esperado. Mi madre siempre me mira con temor, como si fuera a olvidarla por completo en una noche y no fuera recordarla más.

Pero lo que más me preocupa es esta extraña sensación de que estoy perdiendo algo en mi vida, algo que seguramente no recuerdo que tenía.

Pero estoy completamente seguro de que Oliver, Danielle, el viejo y ahora esa extraña chica Annabeth saben algo.En especial porque ahora mismo estoy siendo arrastrado por todo Vera por Oliver y mi hermana, quien pidió el día libre solo para ese lio.

"¿Qué estamos buscando?"

"A tu chica de converse rojas" responde Oliver con alegría.

"En serio, ni siquiera recuerdo si sus zapatos realmente eran converse rojas"

"Lo son" interrumpió Danielle "hablábamos mucho sobre eso"

"Se que ustedes saben quién es"

Ellos dos me ignoraron y comenzaron a decir que decirme quién es solo arruinaría la diversión, además de que el doctor dijo que no debían darme información impactante.

¿Información impactante de que rayos hablan? Acaso esa chica es una sirena, una vampira o una bruja.

Llegamos a la antigua universidad de Danielle, la chica se quedó en silencio observando con sus ojos llenos de lágrimas, Oliver tomó su mano en apoyo haciéndome fruncir el ceño.

"¿Su universidad? ¡Jamás he venido aquí!"

"Pero ella si" Dijo Oliver.

"¿Y qué esperan? ¿Qué la encuentre y seamos pareja?"

"No, sólo queremos darle pistas a tu memoria" dijo Danielle sonriendo "Harías bien en anotar las cosas que te interesen"

Suspiro con resignación entrando a la universidad detrás de ellos. Oliver saluda a muchas personas, pero ninguna de ellas con converse rojas, o algo que llamara mi atención. La verdad el lugar me parecía bastante aburrido, incluso estresante. Había demasiado personas, demasiados salones, muchos lugares en los cuales perderse.

Estaba a punto de rendirme cuando algo en un pasillo llamó mi atención, era una pintura del espacio, pero los planetas y estrellas estaban pintando en los colores más brillantes que había visto, uno de ellos tan rojo como la misma sangre, y rodeado de pintura blanca que lo hacía brillar.

En este momento no recuerdo nada más de la pintura, solo ese pequeño planeta rojo rodeado de luz interestelar y pequeñas estrellas doradas pintadas a su alrededor.

"¿Te gusta?" pregunta voz haciéndome brincar del susto.

Annabeth, la chica extraña de mi clase de pintura, la chica que había convertido el desastre que hicimos Oliver y yo en arte. La chica con la que tenía clases de pintura cada viernes en la noche.

"Es extraño."

"Aún no hablas mucho, eh"

Le sonrió un poco con timidez, centrándome en el planeta color rojo, pasó mis dedos por la pintura delineando con suavidad su contorno.

"Ese te gusta, no me sorprende"

Sonrío, hasta que noto que el planeta tiene una pequeña "H" grabada de forma muy sutil en un borde, si no pones atención no se notaría, pero ahí estaba.

Le pregunté a Annabeth si sabía de qué se trataba, y ella me reveló que había sido ella quien pinto la gran obra que estaba mirando en ese momento.

"Cada uno de estos planetas es una persona en mi universo, son pocas pero tan importantes para mi"

"Este parece ser el centro" dije señalando un enorme planeta verde, que estaba lleno de manchas marrones y negras, de una forma tan divertida pero hermosa al mismo tiempo.

"Es mi madre" sonríe con tristeza "Murió hace un tiempo de cáncer"

"Lo lamento"

"Está bien" ella me sonrío "Mi madre siempre será el centro de mi universo, el celeste representa a Oliver"

Mi vista se movió hacia un pequeño planeta lleno de pequeños aros envolviéndolo, era de un celeste muy brillante con pequeñas sobras en azul. Tenía toda la esencia de Oliver.

Le señale un pequeño planeta algo alejado de los demás, era un poco más opaco que los demás, y tenía sobras en negro y gris. Tenía una pequeña "D" grabada en un borde, era la más perceptible de todas.

"Ese planeta es un misterio, un peligro. Orbita cerca de mí galaxia, pero no forma parte de mí, no tengo ni idea de porqué sigue ahí" dijo mirándolo fijamente.

"Los misterios a veces son buenos"

"No cuando pueden destrozarte el corazón y herirte"

Le pedí a la chica si podía posar junto a la pintura y ella aceptó con gusto. Tomé una foto, y la guardé en este diario.

En especial, porque esa "H" sigue rondando por mi cabeza.

En especial, porque esa "H" sigue rondando por mi cabeza

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Les recuerdo que a esta historia aún le faltan capítulos ❤️🍁

La chica de las converse rojas [Amores inefables#1]Where stories live. Discover now