Diario de Nathaniel Evans

1.4K 217 69
                                    

Noviembre 20
12:00

"¿Vas a ir a ayudar al viejo?" pregunto Danielle en el desayuno.

Le pregunté de qué hablaba, y me recordó que ayudaba a un anciano en una pequeña librería cerca de la escuela. Mi madre me dijo que no fuera, pero descubrí que en mi teléfono estaba anotado todo, además de que estaba marcado en Google maps como "Trabajo".

Subí a mi habitación para cambiarme de ropa a algo más abrigado, ya que estaba comenzando a nevar.

"No quiero que vaya Elle". Susurro mi madre pensando que yo no la escuchaba.

"Mamá, no es un niño, no puedes tenerlo aquí siempre"

"Ahí fue donde lo hicieron daño"

¿Daño? No recuerdo nada de eso.

"Mamá, fue por defender a Harriet, hubiera hecho lo mismo en cualquier otro sitio. Déjalo que se distraiga un poco"

¿Defender a Harriet? Definitivamente debo preguntarle a la chica por eso.

RECORDATORIO
"HABLAR CON HARRIET SOBRE EL DAÑO"

8:00 pm

Llegue la librería casi a medio día, el anciano que estaba al otro lado del mostrador me sonrió con elegancia y me preguntó que hacía ahí, lo mire con confusión y el solo se soltó a reír. Me explico que Harriet, su nieta, le había explicado lo que había ocurrido, pensó que ya no llegaría más a trabajar.

"¿Trabajar?" pregunté confundido

El viejo O'Connor sonrió explicándome el trato que habíamos hecho, y como mi familia no sabía que trabaja. En eso tiene sentido, mi madre se volvería loco.

"¿Y cómo ha estado todo? Señor O'Connor"

"¿Señor O'Connor? ¿Ya me llamas viejo?" preguntó con una sonrisa.

"¡Viejo! ¡Qué maleducado soy!"

El río de nuevo y me mando a hacer mis deberes, dijo que comenzaría lento para que aprendiera de nuevo, me disculpe por el incidente y dijo que no era molestia enseñarme las veces que fueran necesarias.

Por ahí de la una Harriet llegó corriendo con un paraguas rojo, cubriéndose apenas de la suave nieve que caía. Entró riendo a la tienda mientras sacudía su ropa, temblaba un poco, pero eso no la hacía enojar.

"¡Abuelo! ¡Este helado afuera!"

El viejo le grito que no tenía por qué haber venido.

"¡Siempre dices eso! ¡Te dije que me gusta venir! ¡No voy a dejarte solo!"

Cuando me miro su sonrisa se hizo más grande, de ser eso posible, y jugueteo un rato con su paraguas mientras me examinaba con la mirada.

"Deja de mirarme" susurre nervioso escondiéndome detrás de una de las estanterías.

Ella río acercándose a mí, alegando que nuestra relación había mejorado ya que ahora le decía más de dos palabras. Me sorprendió diciendo que tenía un cuaderno cuando anotaba las veces que me hacía reír, o sonreír, o hablar un poco más con ella. Me sonroje, mientras ella continuaba hablando sobre lo frío que estaba el día y lo mucho que amaba la nieve.

Acordamos que yo ordenará la sección de misterio y terror, y ella la de romance y novela juvenil. Ya que habían llegado nuevos libros, y estábamos algo apretados con el formulario.

A veces se reía a carcajadas mientras leía algunos párrafos de libros. Y en serio, me estoy acostumbrando a su risa, tan melodiosa como una tonada musical y tan contagiosa.

Y me sentía, en paz.




***

¡Hey!

Les traigo un poco de amor. 

Por cierto, vayan a seguirme a mi Twitter lunaescritora16 que ahí les comparto datos curiosos, adelantos, y escenas extras del libro.

¿A quien quieren conocer un poco mas a Oliver o Danielle?

Nos leemos el miércoles.

Con amor, Luna

La chica de las converse rojas [Amores inefables#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora