Virgen a los 25 [jjk;kth]

Catorce

―Y bueno, le conté mis desconfianzas y él me dijo que sentía absolutamente lo mismo por mí, pero no pude decirle que yo si me había acostado con alguien en nuestro pequeño pase libre ―siguió contando Joy.

Ella estaba feliz porque estaba mejor con ChanYeol y las cosas iban mejorando poco a poco. Aunque Joy le había mentido y sé que él también, ambos se quieren y yo, como buen amigo lo único que puedo hacer, es escucharla atentamente.

A veces, mis celos aparecían cuando ella me contaba lo bien que se llevaban ellos tanto sexualmente como pareja. No porque a mí me gustará ChanYeol, no, claro que no. Él era algo así como mi hermano mayor, bueno, hermanastro, quizá primo... Bueno, alguien a quién no podía ver más como el-novio-de-mi-mejor-amiga. Si no, porque él era un encanto y muy caballero con Joy, la quería realmente.

―¿Has escuchado alguna cosa de lo que he dicho? ―preguntó divertida con toques de ofendida. Volví mi atención a ella cuando vi sus labios mover.

―¿Qué? ―pregunté al no tener idea de que me había dicho.

―Eso me contesta que no ―rió―. Es en serio, TaeHyung, ¿te pasa algo? ¿Quieres hablar de lo que sucedió ayer?

―No ―respondí inmediatamente―. No quiero hablar, ni siquiera recordar palabra alguna de lo que el psicólogo dijo ayer. Así que estaría encantado de que habláramos de otra cosa.

―Pero, ¿qué sucederá el lunes? JungKook es el que te pidió que hicieras la visita, él es el que quiere saber. Tendrás que decírselo.

Bueno, aquello era algo que había olvidado por completo. El hecho de que JungKook no sabía nada, dado que él era quien me había obligado a ir.

―¿Se lo dirás tú? ―dije, pero sonó más como una pregunta. Joy sonrió sin mostrar los dientes y se acercó a mi.

―Pues, si no te sientes preparado para hacerlo aún, puedo hacerlo yo.

―Gracias ―susurré abrazándola.

El resto de la tarde nos la pasamos como dos adolescentes cuando sus padres se iban fuera de la ciudad. Desordenamos completamente el departamento, con nuestras inacabables palomitas de maíz y dos películas románticas para llorar. Había olvidado todo lo que me acomplejaba y pude por un momento, vivir tranquilo y ser feliz. Aunque sabía que eso no sería por mucho tiempo.

Bueno, esto era raro. JungKook me miraba realmente diferente y eso me hacía poner nervioso. La parte baja de su espalda estaba apoyada en el borde del escritorio y sus brazos estaban cruzados sobre su pecho. Caminé lento sin quitar la mirada de sus ojos hasta el sillón más cercano.

Los mareos habían seguido todo el fin de semana y lo último que quería hacer, era preocupar más a Joy. La cual había entrado para contarle todo a JungKook diez minutos antes. Quizá ese era el motivo de su mirada, me miraba como si fuera alguien extraño e indefenso y eso no me gustaba para nada.