El club del beso [TK] ✔

🐸Cap 5: Cara de sapo🐸

Mientras Jungkook caminaba se preguntaba cuántas personas serían en el club del beso y qué rayos harían ahí aparte de, claramente, instruirse en besar.

¿Acaso compartían una pipa como los gringos de las películas y bailarían en calzones hasta reventar de la idiotez?

¿Era un club clandestino o algo ilegal? Jungkook no sabía en lo que se estaba metiendo.

Él pensó, acercándose a las puertas del gimnasio, y muy a su pesar, que tuvo que haber revisado los otros clubes. Quizás se hubiera encontrado con un club de lectura o un club de anime.

No tenía ganas de ir a un club, él solo quería encerrarse en su casa a estudiar, repasar y hacer sus tareas para tener más tiempo libre para leer y publicar en la plataforma Wattpad. Sus lectores lo esperaban con ansias, él era muy famoso, pues tenía más de veinte mil seguidores y más de tres novelas exitosas publicadas: todas de fantasía con afición a los príncipes y batallas sangrientas y amores prohibidos. Una de sus historias estaba por llegar al millón de lecturas, era un sueño.

¡Y esa escuela lo obligaba a estar en un maldito club para su mejor desarrollo académico! Él tenía las mejores notas del mundo...

Excepto en inglés. Eso sí que le fallaba olímpicamente.

Jungkook atravesó el gimnasio y se dirigió directamente a los vestidores. Golpeó la puerta por cortesía y le dijeron que pasara. Adentro había un griterío de risas enorme.

Había seis personas, tres chicas y tres chicos. Él era el séptimo.

Bueno el número 7 es de buena suerte ¿verdad?

—Hola...— susurró Jungkook sin querer llamar la atención.

Una chica con pelo castaño se giró a verlo y lo saludó con la mano amablemente y le dijo que se sentara frente a ellos.

Taehyung estaba sentado en una silla que él mismo había traído de su clase. Jungkook no conocía a nadie de allí.

— Él es el miembro nuevo del club. Se llama Jeon Jungkook — dijo una chica pelirroja recién teñida — ¿Todo bien?

Él asintió con la cabeza.

—Soy Jihyo — le dijo la pelirroja con sonrisa de oreja a oreja.

Jungkook le devolvió la sonrisa. Ya quería irse.

Miró a los demás.

—Yo soy Lisa y ella es Rose, hoy no puede hablar mucho porque le duele la garganta — explicó su amiga.

— Félix — le dijo un chico con el cabello negro y ojos del mismo color. Jungkook le devolvió el apretón de manos.

—Ya me conoces, cuatro ojos.

No hacía falta decir quién le había dicho eso.

El chico a la derecha de Jungkook se mantuvo con la cabeza baja.

Él supuso que era Hyunjin.

—Hola Hyunjin. — lo saludó Jungkook amablemente. — mi amigo me habló de ti, supongo que eres tú porque ya no hay más nadie aquí.

Hyunjin le asintió con la cabeza y siguió concentrado en la agujeta de su zapatilla.

Jungkook le dirigió una mirada a Jihyo.

— Él es mudo, Jungkook. — Explicó ella y Hyunjin le sonrió en asentimiento — Aun así puede escucharte a la perfección... es muy tímido a decir verdad. Si te sabes el lenguaje de señas te podrás comunicar tranquilamente, o si no...

Jihyo le hizo un gesto de manos a Hyunjin y él sacó de su mochila un parlante y lo conectó por Bluetooth a su celular (un impresionante iPhone dorado) luego comenzó a escribir y finalmente el parlante dijo:

— ¡Me alegra que alguien te haya hablado de mí, Jungkook! ¿Quién es ese amigo tuyo? — preguntó la voz robótica.

Jungkook le sonrió.

—Park Jimin.

Hyunjin volvió a escribir con una sonrisa y el parlante habló otra vez:

— Es mi hermano adoptivo. ¡Qué pequeño es el mundo!

— Así parece. — le contestó Jungkook con otra sonrisa.

Seguramente Jimin estaba al tanto de que Hyunjin era muy solitario. No le haría mal tener otro amigo.

Jungkook se sentó a su lado y los miró a todos, en ese momento Taehyung habló con algo de rabia.

—El mundo no es pequeño, genio. Estamos en la misma escuela.

—Cara de sapo — dijo la voz robótica del parlante de Hyunjin.

Todos contuvieron una risa, menos Jungkook.

—Hyunjin, serás mi mejor amigo. — dijo Jungkook. — Podrás decirle cara de sapo todas las veces que quieras y yo te cuidaré para que él no te pueda aventar una lata de coca cola en los pantalones.

— ¡Eres mi salvador del cara de sapo!

Y ahora sí, todos rieron, menos Taehyung, que no tenía los huevos suficientes como para devolverle el insulto a Hyunjin ni la paliza a Jungkook, al menos no por ahora.