CAPÍTULO 10 LIDIA PARTE II

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Lidia había vivido varios años en medio de esa familia, se llevaba bien con todos, porque no era su naturaleza discutir, por el contrario era dócil y obedecía sin replicar a su suegra, aunque eso lo hacían todos, era una mujer de carácter fuerte, altanera y prepotente, su esposo a pesar de ser quien era y de la fama de hombre fiero y desalmado que tenía, generalmente la dejaba hacer lo que quería, siempre y cuando no le afectara a él ni a sus intereses, sin embargo, a su muerte y después de que su hijo Santiago tomará el mando, ella se topó con una enorme barrera, él no era como su padre y a pesar de que esa mujer había influido toda su vida en su hijo, el no toleraba las injusticias y cuando se enteraba de alguna cometida por ella, le ponía un alto. Esto la molestaba, pero era muy hábil y sabía cómo manejarlo para tenerlo contento, sabía que él tenía el poder para cortar todos los excesos que su familia cometía si se enteraba.

Todo había estado bien, hasta que él se enamoró y se casó. Este fue un golpe muy terrible para esa mujer, porque prácticamente perdió el control que ejercía sobre él, lo sabía, aunque él no lo supiera aún, ella sabía, que a causa de su esposa Elizabeth, él podía abrir los ojos y enterarse de muchas cosas, que ahora no veía. Ahora pasaba mucho tiempo en casa. Ella junto con toda la familia no podían actuar libremente como estaban acostumbrados durante sus largas ausencias y para colmo, aunque Elizabeth parecía frágil y dócil, tenía carácter, era maestra y se enfrentó en varias ocasiones a ella, antes de casarse con Santiago. Eso aunado a lo otro selló su sentencia.

Su suegra era una mala persona, con muchas influencias y sobre todo, que tenía cegado a Santiago haciéndolo creer que no era capaz de hacer daño a nadie.

No tardó en tenderle una trampa a Elizabeth, se deshizo de ella mandándola asesinar y lo convenció a él de que era una mala mujer y que lo engañaba con otro hombre, luego se quedó con su pequeño hijo, a quien Santiago dejó a su cuidado, era tanta su crueldad que desquitaba su rabia con el pequeño y nadie podía hacer nada por temor.

Era algo de lo que ella se arrepentiría toda su vida, de ver el maltrato de que ese pequeño era objeto y no haber hecho nada. Su justificación era el pavor que le tenía a esa mujer, era una asesina y no dudaba en castigar a quien se revelara a sus órdenes, el único que escapaba a sus arranques era Santiago, pero a él lo tenía doblegado de otra forma. Aunque a su vez Santiago era el único que la ponía en su lugar.

Si bien ella jamás contribuyó en el maltrato hacia ese pequeño, no fue capaz de defenderlo y lo único que logró hacer era mantenerlo alejado de esa arpía lo más que le fuera posible ayudada por Nicolás el hijo de la hermana mayor de Santiago y darle el amor que nadie le daba cuando no había quien la viera.

Sin embargo, todo tiene su principio y su fin y el fin de todo esto llegó el día en que Santiago se enteró de la verdad, cuando supo lo de su hijo, se puso furioso con todos y tomó medidas duras contra toda la familia, excepto con quien debía, esa mujer una vez más se lavó las manos, culpó a los demás y le hizo creer a Santiago que ella no estaba enterada de lo que sucedía con su nieto.

Él le creyó, pero tiempo después descubrió quien era en realidad su madre y estalló.

Jamás en su vida había visto a Santiago en esas condiciones, estaba vuelto loco.

Ese día había llegado gritando, y golpeando a quien tuviera enfrente, incluso a su propia madre a quien tenía en un pedestal, la había aferrado por los brazos, reclamándole a gritos incluso había estado a punto de golpearla, pero no lo había hecho, solo la había soltado con brusquedad, lo que ocaciono que casi cayera

Ese día todo había terminado para ellos Santiago los echó de su propiedad, les canceló sus tarjetas de crédito y solo les dejó una en donde les depositaria lo indispensable para que no murieran de hambre y se sostuvieran mientras encontraban trabajo.

Todo fue un caos porque ninguno de sus hermanos trabajaba, ni siquiera los esposos de sus hermanas, todos habían vivido siempre a su costa, incluida ella que dependía de Alfonso.

Recordó como vagaron por algún tiempo hasta que no pudieron más y no les quedó más remedio que buscar a su hermana. Alfonso se lo había sugerido. Ella podría darles alojamiento, <<después de todo, sus tíos quienes le habían heredado esa casa también lo eran de ella y en cierto modo tenía derecho>> le había dicho Alfonso.

Ella no lo creía así, sin embargo, accedió a pedir ayuda mientras podían conseguir otro lugar, porque lo necesitaban.

Laura había accedido, pero después de la muerte de su suegra y de que las hermanas de Santiago quedaran sin hogar de nuevo llegaron con sus familias y Laura no fue capaz de negarles la ayuda.

Y era hasta el día de hoy que todos estaban aún en esa casa a expensas de ella y por desgracia Laura ahora la necesitaba a ella, no podía fallarle, era su hermana, la amaba y no podía pensar que alguien le hiciese daño, haría todo lo que fuese necesario para que ella regresara, incluso humillarse como lo había hecho, pidiendo ayuda a su cuñado, sabiendo que no era bienvenida y lo haría aún ante Santiago si era necesario, aunque él no quería saber nada de su familia ni de quien tuviera que ver con ellos, pero rogaría, si con eso tenía a su hermana de vuelta.

CORAZÓN ATORMENTADO. No.8️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Where stories live. Discover now