6."¿Me echabas de menos?"

13 1 0
                                    

Hace ya dos años desde la muerte de mi padre, aún así no le echo de menos, no a él.

Henry Meyer, mi padre, acusado de haber abusado de hasta cuatro mujeres, entre ellas mi madre con la que acabó casándose tras enterarse de su embarazo. La boda tomó lugar en un juzgado poco después de haber cumplido condena. Para entonces yo ya tenía cuatro años.

Todavía puedo recordar los sollozos de mi madre, sus miradas, unas de odio, otras de pena, y todas las veces que había intentado acabar con su vida.
A veces me costaba asimilar que yo era la principal razón por la que se enfrentaba a aquél monstruo todos los días, la razón por la que estaba condenada a permanecer allí.
Por mí culpa.

La noche que lo maté se parecía a esta, tranquila y silenciosa.
La calma antes de la tormenta.
Él abrió la puerta del piso, tambaleante y apestando a whisky barato.

- VERÓNICA- rugió el animal-.

Ella no tardó en aparecer en el umbral.

- ¿Qué ocurre Henry?-.

Su tono era más dócil que de costumbre lo que me asustó aún más que los gritos de mi padre.

Él solo la miró con rabia y en silencio un instante, al siguiente ya se encontraba estrangulándola contra el suelo enmoquetado.

- Me has vuelto a quitar dinero maldita zorra- siseó mientras la sangre le subía al rostro ya colorado a causa de todo el alcohol que había consumido-.

- H-Hen...ry...n-.

- NO INTENTES NEGARLO- la interrumpió pegándola una bofetada- me falta dinero SIEMPRE FALTA ¿Sabes por qué? Porque tengo que alimentarte... a tí y al malnacido que salió de tus entrañas-.

Ella se llevó las manos al cuello intentando soltarse.
En aquél momento yo me encontraba de pie al final del pasillo. Las lágrimas surcaban mis mejillas sin yo darme cuenta, no podía moverme.

- Sabía que fué un error no perseguirte cuando te escapaste, debí haberte enterrado cuando pude, igual que hice con las demás- en la cara del que era mi padre se formó una diabólica sonrisa cuando añadió- tranquila Verónica, no huirás más, no te preocupes, la muerte te hará libre-.

Ella abrió mucho sus ojos, los cuales parecían a punto de explotar.

Entonces me miró y movió los labios formando una palabra.

"Huye".

Algo dentro de mí estalló.
Corrí a la cocina y tomé un cuchillo.
Él no se dió cuenta de lo que pretendía hacer hasta que clavé la hoja en su corva espalda.
Hubo unos segundos de terrorífica quietud.
Escupió un cúmulo de sangre al suelo y se derrumbó sobre mi madre, la cuál me miraba, aterrada e inmóvil.

Con las fuerzas que la quedaban apartó el cadáver, me tomó en brazos y lloró sobre mis hombros por todos las noches en las que había soñado hacer lo que yo.

Huimos de allí a un motel a las afueras de la ciudad contigua. Pero la policía no tardó en encontrar el cadáver, tras eso mandaron patrullas a vigilar cada calle, cada esquina y callejón de la comarca. Hasta que nos encontraron.

Recuerdo bien el día que vinieron a llevársela.

No opuso resistencia, solo pidió unos instantes para despedirse.
Yo no podía parar de llorar.

❝ 𝘈 𝘥𝘦𝘮𝘰𝘯'𝘴 𝘩𝘦𝘢𝘳𝘵 » 𝗝𝗶𝗻𝘆𝗼𝘂𝗻𝗴©Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt