Ｔｅａｒｓ ｏｆ ｈａｐｐｉｎｅｓｓ【Ｆｉｎａｌｉｚａｄａ】

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Recordaba muy pocas cosas, tenía una memoria demasiado frágil que apenas podía reconocer los rostros de otras personas que veía, pero ahora con sólo ver los ojos de aquel ser que lo privó de su libertad tuvo una especie de "revelación".

Outpost
Dos meses antes

Aquel lugar le daba escalofríos, era como si ahí estuviera atrapado en los restos de un campo de batalla cuya guerra terminó de la peor manera posible, en parte sabia que no podía hacer nada al respecto, pero aún así se sentía culpable al ver como tantas personas que sacrificaron sus propias vidas por el bienestar de los demás terminaron infectados encerrados y condenados a vagar de un lado a otro sin saber a dónde iban.

Ni siquiera era capaz de matar a alguien, solo les daba un pequeño golpe que los dejaba inconscientes, nada más, tenía la esperanza de que podrían curarlos más adelante, aunque actualmente estaba casi seguro de que eso sería imposible.

Cuando se le entregó una zanahoria, pensó que iba a ser algo sencillo, ya que Zizzy se encargaba de los soldados, los cuáles en realidad no eran una amenaza en sí, aún sentía lástima por ellos, ojalá pudiera saber que pasaba por sus mentes en aquel momento.

Hasta que escuchó los gritos extrañamente agudos del policía provenientes del tercer piso, en medio del cruce de ambos lugares que se conectaban entre sí, pensándolo bien, ningún infectado de aquel lugar podría haber llegado demasiado lejos, no dudó en subir aquellas escaleras lo más rápido posible.

Era realmente extraño ver tan espantado a la persona que acabó con más infectados en tan sólo pocos minutos, tuvo que prepararse mentalmente para lo que sea que fuera una amenaza, cuando finalmente llegó y vio de quien se trataba sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo.

¿Cómo rayos iba a detener a esa cosa?

Literalmente desde varios metros de distancia ya sentía que acercarse era prácticamente un suicidio, ha enfrentado a muchos infectados, pero muchos tenían armas que no eran del todo una amenaza, solo tenía que ponerse en frente, noquearlos y listo.

Ahora tendría que lidiar con alguien con un lanzallamas, traje aprueba de fuego, además del hecho de que aquel ser llevaba una máscara algo particular desde su perspectiva, su forma de avanzar ya era en sí amenazante. Pero no podía quedarse con los brazos cruzados, aunque a la vez la idea de ser carbonizado en el acto no lo motivaba.

Aunque toda su desconfianza se fue por el caño cuando vio que el policía escapó por una ventilación y el infectado sólo se quedó en el mismo lugar completamente inmóvil, como si estuviera dormido de pie o algo así.

Así que no perdió tiempo y se acercó lo más sigilosamente posible, aunque ni él mismo se engañaba, caminaba cómo si se tratara de la cosa más normal del mundo ya que creía que no pasaría nada malo.

Y así fue por un momento, cuando ya estaba detrás de la supuesta "amenaza", levantó su espada de madera dispuesto a atacar, aunque ese silencio le hacía creer que era una trampa, hasta que vio como aquellas lentillas de esa máscara lo miraban fijamente, no quería pensar que le iba a suceder si permanecía inmóvil, por lo que cerró los ojos y le dio aquel golpe final que lo dejaría inconsciente por el tiempo suficiente para que todo siga su curso.

Escuchó un golpe sordo seguido de un ruido casi inaudible, como si alguien junto con algo ligero pero a la vez sólido, posiblemente un objeto hubiera impactado contra algo, al abrir los ojos lo primero que logró apreciar fue a un cerdo inconsciente relativamente intacto a diferencia de los otros que había visto salir de los túneles, a lado se encontraba aquella máscara que tanto lo inquietaba junto al arma peligrosa que nunca había visto antes.

El solo verlo le causaba miedo, la sensación de que algo terrible sucedería si permanecía ahí, después de todo ya había hecho su trabajo, no tenía que quedarse ahí, así que cometió el grave error de retirarse de allí.

Los minutos pasaron y finalmente la puerta estaba abierta, iban a acabar con el problema directamente de raíz, todo acabaría, se alegraba de que no tendría que preocuparse por alguna amenaza, ya se encargaron supuestamente de todo.

Aunque la llegada de George arruinó todo el plan que tenían, no podrían llevarlo con ellos, sería arriesgar demasiado y se negaba a dejar que el menor pasara.

Hasta que sintió que estaba siendo observado por alguien más, quizás se olvidaron de acabar con algún soldado, no habría problema, no causaría demasiado daño, pero grande fue su sorpresa cuando su mirada se encontró con un par de ojos turquesas viéndolo fijamente desde una buena distancia, no podía moverse, no podía reaccionar, como si se hubiera perdido en su propia mente, quería advertirles a los demás que tenían un gran problema, pero antes de que pudiera decir algo, aquel ser había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Decidió no decir nada al respecto, creía que sólo era un pequeño inconveniente del que se encargarían fácilmente luego de enfrentar el problema mayor.

Solo fue cuestión de tiempo para que casi estuvieran completamente rodeados por más de catorce soldados los cuales emergieron en puntos exactos en una especie de patrón calculado por un experto, no tenían escapatoria, tuvieron que dividirse, George y el policía irían a enfrentarse a Mr. P, mientras que Zizzy y Pony tratarían de frenar a los Soldiers.

Lo último que logró ver el de espada de madera fue la sonrisa burlona de la persona que vio antes, ya recordaba quien era, y no lo comprendía, lo conocía desde hace mucho tiempo, incluso su mejor amigo Clowny les preparó una presentación planeada hace meses antes de que la infección empezará a salirse de control.

Realmente experimentar una traición no era una sensación agradable, su confianza fue herida pero no rota, aún creía y confiaba en varias personas, Zizzy sería una de esas personas.

Quién diría que todo ha cambiado de un momento para otro sin ni siquiera verlo venir. Su situación ha cambiado de mal a peor y pudo haberlo evitado, pero se confío demasiado, por ello tuvo que pagar las consecuencias.