Razón 1: El heterosexualismo al parecer es un mal necesario.

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El sol hacía que su piel se enrojeciera y el sudor escurriera por su espalda generando la sensación de irritación y molestia que caracterizaban su humor, porque Byun Baekhyun era un pequeño castaño malhumorado, grosero y poco sociable, y a pesar de todo, había salido ese sábado temprano exclusivamente para buscar el pastel de cumpleaños de uno de sus pocos amigos.

La campaña sonó una vez la puerta de cristal fue abierta y el aire acondicionado del lugar se le hizo el mismísimo paraíso debido al calor experimentado en las calles de Seúl.

- Buenos días, ¿en que le podemos colaborar? - el tono meloso de la chica y algo agudo lo hizo fruncir los labios, pero no hizo ademán de dar a conocer el desprecio que le generaba, porque no era culpa de la encargada tener que sufrir por los desagradables olores del tren, ni por sus pocos deseos de salir de su cómoda cama.

- Buenos día, vengo a recoger un pastel a nombre de Kim Jongin - la chica se quedó mirándolo más tiempo de lo necesario y su carraspeo la sacó de sus pensamientos haciéndola sonrojar y disculparse torpemente - El pastel - Baekhyun recalcó el punto por el que se encontraba en ese lugar, porque exactamente él no quería coquetear con la chica, por dos simples razones. La primera era homosexual, y la segunda, la chica no era tan linda para ser sinceros, y tal vez su tono arisco fue lo que hizo que la joven con demasiado maquillaje cambiara por completo su actitud.

- Necesitamos el permiso de quien hizo la reserva. Políticas de la tienda - la mirada burlona y el tono que ahora se volvía molesto lo hizo cerrar sus puños, porque tenía que llamar al imbecil de su primo, el cual probablemente estaría aún en su práctica de baile.

- Cuando se realizó el pedido, fueron muy claros en que cualquiera podría venir a buscar el pastel.

- Señor, no se quien le atendió en aquel momento pero nosotros trabajamos con ciertas normas que estamos obligados a seguir. Y ciertamente no podemos entregar un pedido sin confirmar que llegará a manos de su dueño, porque tal vez, más adelante el inconveniente sea para nosotros - Baekhyun maldijo en su mente de todas las maneras posibles en su idioma, y alguno que otro que sabía de otras lenguas a la pelinegra. Mientras sacaba su celular y marcaba al número de Jongin, el cual como predijo se fue a buzón de voz, al igual que las siguientes tres veces. Se giró para ver como la chica con fingida inocencia y de manera completamente hipócrita le sonreía.

- Podemos esperar, o tal vez decirle al señor Kim Jongin que vuelva más tarde a buscar el mismo su pedido - no le contestó y nuevamente se giró para marcar al celular que tendría al final del día cincuenta llamadas suyas, porque definitivamente el no se iba a largar de ese sitio sin el jodido pastel, a Byun Baekhyun no lo despiertan un sábado a las ocho de la mañana diciéndole que por favor vaya a recoger el pedido en vano. Con una convicción fuerte guardó el teléfono en su bolsillo trasero y apoyó los brazos sobre la vitrina que los separaba quedando frente a la pelinegra cuyo nombre venía escrito en una etiqueta blanca a un lado de su camisa.

- Así que por políticas de la tienda no me pueden dar el pastel, lo entiendo. Pero espero que usted como encargada del lugar también entienda que si uno de los trabajadores le dice algo al cliente debe cumplirlo - Chaeyong hizo el amago de hablar pero no dejo que las palabras salieran de su boca - Al final del día el cliente tiene la razón, ¿o no es ese el lema que está escrito en la entrada?

- Señor ...

- También puedo decirle esto a su jefe, y estoy completamente seguro que él me dará la razón, así que Chaeyong porque no te ahorras tu altanería, nacida del hecho de que un chico no te prestara la atención necesaria y haces bien tu trabajo yendo a buscar mi maldito pastel - y con una cínica sonrisa el castaño vio a la pelinegra irse a la parte trasera de la pastelería.

El lugar decorado con diversos pasteles en vitrinas, de diferentes tamaños, colores y sabores era lo que lo acompañaba a las once de la mañana, y mientras esperaba se recostó sobre una de las superficies golpeando sus dedos contra el metal y rompiendo el silencio, hasta que la campanilla sonó nuevamente y una nueva persona ingresara al local.

- Buenos días - ojos grandes y de color miel, cabello con rizos suaves de un castaño más claro que el suyo, piel bronceada, cuerpo musculoso y solo unos centímetros más alto, eran la imagen del hermoso Adonis extranjero que acaba de ingresar a la pastelería.

- Buenos días - ciertamente no era la persona más expresiva, y estaba lejos de ser el tipo de chico interesado en una relación amorosa, pero tenía ojos, y los ojos fueran hechos para ver, por tal razón no se privaba a sí mismo de la posibilidad de regocijarse con aquella imagen. El tiempo que duraron solos no fue mucho porque nuevamente Chaeyong regresaba y para un disgusto mayor, con las manos vacías - ¿y el pastel?

- Lo están empacando - y al igual que la vez en la que él había ingresado los ojos café de la chica se iluminaron con el desconocido, aunque no la culpaba esta vez - Buenos días, ¿en qué le puedo colaborar?

- Vengo a recoger un pedido a nombre de Mark Jones.

- Un momento por favor - y aquello le hizo rodar los ojos, porque aquel lindo Adonis era heterosexual dada la manera en la que le sonreía y le hacía uno que otro cumplido a la odiosa encargada, que no sabía tener una actitud profesional. Y él jamás sería así con una chica, él no podía obtener ventajas al coquetearle a una mujer, porque nunca en la vida le funcionaría, y al parecer debía seguir lidiando con eso. Ser heterosexual seguía siendo un mal necesario, para la reproducción y para sacar ventajas de las poco profesionales jovencitas de las pastelerías. 



Razones para NO enamorarse ♡ Chanbaek.Where stories live. Discover now