Capítulo 11

1.2K 103 3
                                    

Entre las risas y las felicitaciones, Hermione solo podía escuchar el latido de su corazón. Era tan abrumador que se sentía asfixiada entre el tumulto de gente dandole abrazos por su compromiso.
Aquel chico rubio ya no estaba en la habitación, pero todo lo que hacía era imaginarse su rostro en todos lados.

-Vamos a bailar- susurró Theo con la boca en su oido. Hermione lo siguió y dejó que dirigiera el baile, aunque en realidad ella no estaba presente a lo que ocurría.
-¿A donde fuiste mientras desapareciste?- Theo sonreía a todos pero era notable que estaba molesto con Hermione.

-Salí a tomar aire-

-Los jardines estan vigilados- la hizo girar con cierta brusquedad y siguieron bailando -¿Qué estabas haciendo? Dime la verdad-

-Theo ya te dije que...-

-¿Y con quién estabas bebiendo?-

-Yo sola- los dos trataban de hablar entre susurros para que las demás parejas bailando no los escucharan.
Theo continuó con el baile pero parecía tenso, al menos ya no mencionó nada de lo ocurrido, y que bueno, porque Hermione no tenía cabeza para más excusas.
Unos cuantos bailes más con Theo fueron suficientes para tenerla harta de aquella fiesta. Para nada se sentía como suya, nadie parecía notar lo mal que la estaba pasando, ni siquiera su propio novio.
Elena la llevó a dar unas cuantas vueltas por la mesa de bocadillos para hablar de "cosas de hermanas" que en realidad no tenía nada que ver con una platica de hermanas, eran más comentarios alegría por su boda y todo lo que tenían que planear.
Cuando Luna se les unió el ambiente para Hermione mejoró un poco, las tres hablaban de los chismes del pueblo, y aunque a Hermione no le interesaba mucho lo que le pasaba a la gente de por ahí, era al menos relajante hablar de algo que no fuese el compromiso o la bendita boda.
Theo la había presentado con unos hombres que no tenía idea de quien eran, pero igual sonrió como la muñequita que todos esperaban que fuera. Desde ahora todo sería así, sería la señora de Nott y tendría que poner en práctica todas esas reglas y modales de los que le había hablado su madre, aquellos que nunca le habían gustado ni había seguido.

Los invitados finalmente se habían ido, la madre de Theo y Alice no dejaban de hablar de la organización de la boda y todo lo que debían hacer. El humor parecía haber mejorado en Theo, se reunió con ella en el Jardín para despedirse y prometer que la visitaría al siguiente día en la mansión Malfoy.
Al subir a los carruajes todos se preguntaron donde estaba Draco.

-Seguro está por ahí haciendo una de sus tonterías- dijo Lucius subiendo al carruaje.

-Pero no podemos dejarlo, es tarde- Lucius torció la boca.

Uno de los guardias se acercó a ellos con rapidez.
-El señor Draco se fue hace una hora, se fue caminando, señorita-

-Gracias- contestó Hermione y subió al carruaje. Draco se había ido quien sabe a donde y parecía que a su padre no le importaba.
¿Cómo iba a importarle? Por lo que se veía tenía una relación horrible con él.

-Querida ¿Cómo quieres que sea tu vestido?- preguntó Alice a mitad del camino.
-Madre, ¿no crees que es un poco tarde para hablar de eso? Estoy cansada-
-¡Es que parece que quien se casa soy yo! Estoy tan emocionada. Quiero que te involucres en todo, la cena, el vestido, todo- la castaña miró por la ventana escuchando el parloteo de su madre, nunca había estado tan ansiosa de llegar a la mansión.
Cuando el carruaje se detuvo fue la primera en bajar y no dudó por un segundo en correr a su habitación, lejos de todo el desastre.
Como era de esperarse, la mayor parte del personal ya estaba durmiendo y la casa estaba en silencio, solo podía escuchar su respiración agitada entre tanta calma.
Cerró la puerta de su habitación detrás de ella y soltó la bocanada de aire que se estaba aguantando.
Entre la oscuridad alcanzó a ver una larga figura moviendose, se giró y pegó un brinco al ver que Draco Malfoy estaba de pie en la esquina de la habitación.
-¿Qué haces aquí?- podía sentir de lejos la electricidad que le provocaba la presencia de Draco, le venía a la cabeza el beso de hace unas horas y lo mucho que había deseado que terminara la fiesta para poder tirarse a su cama a recordar aquello.

-Tenemos que hablar- su voz era sombría y con poco volumen.

-No, tu y yo no tenemos nada de que hablar. Esto es tan inapropiado. Por favor sal-

-¿Entonces vas a hacer como que no pasó? ¿vas a fingir que no nos besamos?-
El rubio dio dos pasos que la hicieron retroceder.

-¿Para qué quieres que hablemos de eso? ¡fue un error! ¡no volverá a pasar!- el pecho de Hermione subía y bajaba con fuerza -sal de aquí antes de que alguien nos escuche- dos pasos más y finalmente pudo ver la cara de Draco, ahora estaba sonriendo, parecía que disfrutaba lo que estaba pasando.

-¿Y vas a decirle a tu prometido?-

-¿Estás loco? ¿Cómo insinúas que voy a contarle algo así?- Draco se acercó más -¡y tu! ¿te parece todo divertido? ¿qué es lo que tratas de hacer? Es esto acaso un, un.. uno de tus jueguitos-

-¿Uno de mis jueguitos?- Hermione retrocedió más.

-¡Sabes de lo que hablo! ¡cualquier mujer que se te pone enfrente la engatuzas y les arruinas la vida- se preguntaba si debía salir corriendo de la habitación y dejarlo solo, pero sus pies se aferraron al suelo.

-¿Cómo se supone que les arruino la vida, querida?- solo los separaba un metro de distancia.
-Porque ninguna se ha quejado de nada de lo que yo haya hecho con ellas, y puedes decir lo que quieras, pero yo no te obligué a besarme y tu lo disfrutaste-

-No sabes que dices-

-Dime que no te gustó aquel beso, dime lo mucho que te arrepientes. Pero mirame a los ojos, de otra manera no voy a poder creerte- Hermione se pegó a la pared mientras lo tenía cada vez más cerca -dimelo Hermione y me iré, no volveré a molestarte- ¿Cómo quería que se concentrara si decía su nombre con aquel tono tan tentador?

-Vete por favor- susurró mientras trataba de detenerlo con las manos.

-Dime que me detenga y lo haré-

-Vete- Draco tomó con una mano su cara que estaba a centímetros de él.

-Dímelo viéndome a los ojos- Hermione lo miró a los ojos pero no pudo decir una sola palabra. El rubio tomó aquello como una invitación y con su gran mano tiró de su cara para besarla. Ambas manos de Hermione se aferraron a la camisa en su pecho, su otra mano jugaba con la cintura de la chica mientras la otra impedía que se alejara del beso.
Mordió sus labios con ganas y desesperación, sabía tan bien y no quería dejar de comer aquella boca ni por un segundo.
-La próxima vez que veas a tu prometido, piensa en lo bien que te hace sentir esto- Hermione soltó un jadeo al sentir su aliento chocando en su cuello.
La figura alta de Draco se alejó con un hábil movimiento de ella, salió por la puerta desapareciendo de su vista y dejandola con la piel herizada. De nuevo había dejado que la besara, de nuevo había faltado a su promesa de compromiso.

Dangerous Love ||Draco MalfoyWhere stories live. Discover now