Dangerous Love ||Draco Malfoy

Capítulo 3

El siguiente mes había pasado demasiado rapido, Elena se había casaso y ahora vivía con Dean en su enorme mansión, por lo menos no estaba muy alejada, así podría visitarla.
Cada vez Hermione estaba mas inquieta, todos sus vestidos estaban dentro de un baúl listo para ser llevado a la mansion Malfoy en cuanto llegarán por ellas, la boda de su madre sería esa misma noche, por lo tanto era el último dia de ambas en su casa, ahora serían parte de los Malfoy y vivirían en aquella enorme mansión que tanto le aterraba.
Theodore Nott sería su acompañante esa noche, aunque ella hubiese preferido ir sola, su madre había insistido en que lo hiciera.

-Hermione, ya vinieron por nosotras- dijo su madre entrando a su habitación.

-Bajo en un segundo-

Los empleados que había enviado Lucius Malfoy dejaron la casa vacía demasiado rápido, dolía ver aquel que había sido su hogar quedar tan solo, pero no podían seguir viviendo ahí.
Ambas salieron de la casa con un aire triste, mientras mas lejos quedaba parecía aún más desgarrador.

Hermione por primera vez vio a su madre, parecía nerviosa, sus manos temblaban y no dejaba de temblar.

-Mamá, aún estás a tiempo de...-

-Tonterías, esta noche seré la señora Malfoy- Hermione cerró la boca, su madre podría ser la persona más testaruda que conocía y no quería discutir con ella el día de si boda.

Como buen anfitrión, Lucius esperaba por las dos en la entrada de su enorme casa, todos los empleados se movian de un lado a otro acomodando el jardín para la fiesta de la noche.
-Bienvenidas- dijo saludando a Alice con un beso en la mano.
-Ambas tienen sus habitaciones listas, ahí podrán arreglarse para la fiesta, yo estaré haciendo lo mismo. Si me acompañas, Alice...- tendió su brazo a la joven señora y está lo siguió.

Una empleada se acercó a Hermione.
-Déjeme llevarla a su habitación señorita-

-Oh, no. Solo idiqueme por donde ir, yo puedo ir sola- la empleada le dio claras instrucciones y de inmediato siguió su camino. Subió unas enormes escaleras que la llevaban al piso de arriba, cada detalle parecía extraordinario, los Malfoy eran la familia con mas dinero en aquel pueblo, y si, se notaba.
En su distracción olvidó que puerta era exactamente la que debía abrir, así que solo caminó por el pasillo y abrió la última. Casi resbala del susto al ver que aquella habitación estaba ocupada, Draco Malfoy estaba ahí y justo ahora la estaba viendo con el ceño fruncido.
-Lo siento, pensé que... perdón- Él rodó los ojos.

-Pero si es la altanera-

-¿La qué?- Hermione se quedó en el marco de la puerta al escuchar aquello.

-Me escuchaste- Levantó una ceja -¿qué demonios haces en mi habitación?-

-Me equivoque, lo siento- sabía que debía irse, pero por alguna razón no se movía.

-Tu habitación está del otro lado. Deja de muestro- con cara de pocos amigos, la dirigió a su habitación.
-Es aquí- se hizo a un lado para dejarla pasar.

-Gracias-

-Bien, te dejo para que te arregles. La fiesta será pronto y seguro que quieres estar lista para tu prometido- aquello la desconcertó mucho.

-No es mi prometido- soltó dura.

-¿Ah no? Cierto, en la cena dejaste claro que lo estás pensando- su sonrisa no parecía agradable, era más bien burlona.
-¿Para que darle esperanza al pobre si al final vas a decir que no?-

-¿Qué te hace creer que le diré que no?- Hermione fruncio el ceño.

-Es bastante obvio ¿no te parece? Ya habrías dicho que si hace mucho- Draco se sentó cómodamente el la esquina de la cama.