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|Un nuevo Jedi|
𝚂𝙾𝙿𝙷𝙸𝙴
Pasaron las horas hasta que el sheriff pudo dejar la comisaría. Fuimos de vuelta a casa y cenamos los tres juntos. No hablamos mucho en la comida. Stiles le pidió perdón a su padre y eso me hizo ponerme de buen humor más fácilmente. Cuando acabamos, recogimos la cocina y subimos al piso de arriba mientras Noah acababa de hacer un par de cosas del trabajo.
Fui a mi habitación y agarré mi libreta y mi libro de Inglés. Caminé hacia la puerta de Stiles y me senté en su cama después de que me abriera. Me puse a hacer los deberes mientras él miraba algo en el ordenador.
—¿Qué estás buscando? —pregunté con curiosidad.
—Criaturas mitológicas con el poder de la telequinesis —contestó concentrado.
—Déjalo ya —dije negando—. Estás obsesionado.
—No, estoy preocupado por ti, que es diferente —dijo sin apartar los ojos de la pantalla.
Decidí guardar silencio y seguir con mi redacción sobre el libro que estábamos leyendo en clase. Me equivoqué en una palabra y no quería hacer tachones. Levanté la vista y vi el corrector en la mesa de Stiles, que estaba bastante lejos. Me daba pereza levantarme con todos los folios que tenía encima. Así que se lo pedí de la mejor manera posible.
—Stiles...
—Es que no tiene sentido —dijo sin escucharme.
—Stiles —volví a llamarle.
—¿Por qué no tiene sentido?
—¿Me puedes pasar el corrector? —insistí.
—Agua, fuego, tierra... Pero nada de mente.
Respiré hondo para no perder la paciencia. Miré con atención el objeto que estaba encima de la mesa, esta vez no tardé tanto en conseguir que el aura morada apareciera de nuevo. Lo acerqué hacia mí con rapidez y sonreí en el acto.
—Es magnífico —dijo Stiles observándome.
—¿Ahora sí que me haces caso? —dije ofendida.
—¿Sabes la de cosas que puedes hacer con eso? —dijo Stiles alzando una ceja.
