El Hombre De La Eterna Sonrisa [BNHA X OC]

ALIANZAS INESPERADAS

Katsuro despertó en una camilla de hospital, este no era el público, si no que era el hospital que fundó para que los villanos recibieran atención médica.
La impresión tan fuerte que le generó el no estar muerto lo hizo despertar agitado.

- ¡Fue un sueño! - dijo esperanzado de que ese asalto desafortunado fuera una pesadilla pero la realidad lo golpeó al ver en las camas de al lado a Fang y Azami que lo vieron con tristeza.
En el sitio otros doctores revisando villanos en varios estados, había tipos con brazos rotos, otros con cortadas como era habitual, sin embargo por alguna razón había más que de costumbre en terapia intensiva, era un visión extraña de varias personas con rostros deformados, otras que les pulverizaron la columna, gente que había perdido extremidades, personas con quemaduras por choques eléctricos y otros con mordidas de perros en el cuerpo, todos esos cuerpos marchitos en dónde la eutanasia podría ser la opción más piadosa volvían ese pabellón en una visión parecida a los hospitales de la segunda guerra mundial.

Y eso le extraño pero pronto le darían respuesta.
- Nos están buscando y eso le pasa a la gente que no sabe dónde estamos, aunque la mitad son personas con las que Mordred se desquitó - Azami seguía temblando, su miedo crecía cada vez que pasaba por ahí o alguien nuevo llegaba, lo que más la asustaba era un chico que llegó hace poco, era carterista y tuvo la mala suerte de encontrar a Mordred, el villano golpeó frenéticamente la cara de ese chico contra la esquina de una pared, dejándolo en un charco de dientes y sangre, pero no conforme lo piso en él suelo con su suela de titanio.
Katsuro también vio a ese carterista y al acercarse pudo ver la razón de ese trato tan violento.

Ese carterista se parecía a él.

- Chicos necesito hablar con ustedes - Katsuro se hundió en su dolor al darse cuenta de que todo salió de la horrible manera en que recordaba y que las cosas iban en serio ahora.

Luego de ponerse su ropa en lugar de la bata de hospital.
Se reunió con lo que quedó de su equipo, si de por sí se sintió horrible al perder a un compañero ahora que cuatro de ellos habían desaparecido de este mundo su dolor era punzante y constante.

- ¡SOY UN IDIOTA! ¡POR MI CULPA TODOS ESTÁN MUERTOS Y SEGURAMENTE NOS ESTÁN PERSIGUIENDO! - grito sin freno y con lágrimas, en un vistazo rápido pudo ver a sus amigos que igualmente estaban tristes, sus amigos habían perecido cruelmente y eso era lo que importaba, Katsuro ni siquiera pudo pensar en preguntar cómo rayos escapó de la muerte o cuál era la situación actual, solo quería desahogarse y dejar salir todo lo que sentía, la imagen que siempre proyectaba de arrogancia y seguridad estaba destruida, quebrada y pulverizada.

Ahora mismo el solo creía que su suerte era solo por enfrentar gente débil y estúpida, ya que ahora que atacó a enemigos de talla alta solo experimento perdida.

Su consuelo fue sentir el calor de sus compañeros, todos ellos se unieron en un abrazo, todos estaban llorando, la tristeza y el miedo eran lo que había calado en su corazón, los deseos de buscar una venganza mayor eran frágiles, esa sensación de que terminarán perdiendo más de lo que ganen los frenaba, así que solo pudieron juntar sus calores para darse apoyo entre todos.
Matusalén estaba muy afectado, por su parte siempre odiaba la muerte de los jóvenes por lo que la partida de Hopper y Dreamer le tenían particularmente triste, eran tan jóvenes, tenían tanto por lo cual vivir que sus muertes eran un crimen imperdonable.
Fang igualmente se sintió insuficiente el era un gran lobo y al final tuvieron que sacarlo a rastras del sitio, patético ¿No creen?

Frank también sentía culpa "Si hubiera nacido con un mejor poder, ellos seguirían aquí".
Calígula y Grim sentían una impotencia que no los dejaba dormir y las ojeras en sus ojos eran prueba de ello, el albino juraba venganza y el rubio pedía perdón por no haber podido vencer al viejo, si lo hubiera derrotado en su pelea probablemente pudieron ganar sin bajas.
Azami solo sentía terror, el recuerdo de lo vivido y su cercanía a la muerte la perseguían tanto en los sueños como en la vigilia.