Candente (Juliantina)

Hogar Juliantina.

"Tener una familia no era simplemente compartir sangre, se tratraba de algo mas fuerte, un vínculo, unas sonrisas y conexiones diferentes. Elegir quien es parte de ella solo lo logra el alma y el corazón"

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Años después.

--Tenemos que hablar--dijo Juliana delante de su esposa e hijos.

--¿Amor? ¿Está todo bien?--replicó Valentina mirándola un poco recelosa, dejó el tenedor a un lado del plato y miró a sus hijos.

Sí, hijos, las dos bellas mujeres no habían perdido el tiempo, ahora su familia era de cuatro puestos en la mesa, Mateo, un apuesto niño de ojos azules, había sorprendido a Valentina cuando su mujer, sin decir alguna palabra al respecto, decidió inseminarse. Ahora aquel niño de 10 años las miraba un poco asustado por el repentino cambio del ambiente a algo más serio.

--Hmm--emitió Alex para romper el silencio incómodo que llenó el lugar--Pues...si desean hablar a solas--miró a su hermano--el mocoso y yo nos vamos.

--Absolutamente no--la miró con el ceño fruncido la morena--Es de tí de lo que quiero hablar, Srta.

--No llames mocoso a tu hermano--dijo Valentina, mirando a su hija de quince.

--¿De...de mí?--Alex habló nerviosa--Y..yo no he hecho nada...--Juliana la miró acusadoramente.

--Tu hermano, Mateo, me contó algo que me hizo reemplantearme mi papel de madre, Ale--de inmediato la hermana miró al hermano que simplemente agachó la mirada.

--Me lo sacó a la fuerza, lo juro, hermanita bella--él dijo muy apenado.

--Antonia...--Alex sintió sus ojos arder por las lágrimas que amenazaban por salir en solo segundos.

--Mamá...yo--Juliana hizo un ademán para que se callara.

--La has invitado a casa repetidas veces, durmieron en la misma habitación y me vengo a enterar que...--tragó seco.

--¡Oh!--Valentina había acabado de entender a qué se refería su esposa--¡Tu novia!--todos en la mesa la miraron por lo que acababa de decir.

--¡¿Qué!? Ya lo sabías, mujer traicionera--Juliana miró su plato a medias y se levantó de la mesa--Estoy muy decepcionada de ti Ale, ni siquiera me tuviste un poquitico de confianza--dijo en voz un poco baja. Su hija, que para ese momento lloraba sin detenerse, decidió callar.

--Pero, cielo--Juliana la miró con aquellos ojos café, pero ese color diatinto, era la mirada de "cállate, en la noche hablamos"

--Sí, mi vida, debiste confiar en tu mami, ella siempre confía en nosotros--volvió a decir Valentina.

--Y se besaron en su cuarto...--susurró Mateo con esa voz llena de malicia.

--¿¡Qué!?--Juliana gritó mirando a Valentina, como si le pidiera una explicación--Tienes quince, eres un bebé--casí sonaba como si esas palabras fueran para ella misma--No puedo con esto, siento que me va dar un ataque--Alex negó rapidamente.

--Pero no es tan malo July, Antonia es como de la familia, Verónica es su mamá, recuerda--Valentina dijo con ánimos que calmarla.

--¡Mucho peor! ¡Su madre es un malandra, no me quiero imaginar el futuro de Antonia!--Juliana hablaba sin razón importante--Y además, han durmido juntas! No me parece que mi hija esté haciendo este tipo de cosas. Estoy segura que fue influencia de Verónica--decía sin pensar--¡No! Esto lo hizo Lauren, oh si. Esas dos, ni hablar que mi hija va estar con...

--¡Cállate!--gritó Valentina y Juliana asintió sentándose en la mesa rápidamente.

--Si la tía Vero estuviera aquí diría, Goberna..

--¡Tú también Mateo, cierra la boca!--él asintió e hizo lo mismo que su madre.

--Antonia es una niña con valores y es educada, estoy segura que Ale va llevar una relación sana. Así que asunto terminado--las miró a las dos con aquella mirada azulada--ahora, dense un beso y un abrazo, los tres, luego a la cama--cada uno asintió haciendo lo que fue mandado.

--Sí, la niña es educadita--susurro la morena mientras caminaba de la mano con Mateo.

--Gracias, mami--dijo Alex dándole un sonoro beso y yéndose.

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--Quiero otro hijo--susurró a Juliana mientras abrazaba a Valentina por detrás, en aquella cama que tanto adoraban.

--Oh, no--replicó en un susurro--lo tendrás tú, mi amor, si no, no--dijo dándole un punto final.

--Entonces no quiero nada--aquella había sonada a un berrinche y Valentina no se contuvo por girarse y besar aquellos labios que tanto amaba.

Por un momento pensó en hacer ahí mismo el amor, pero luego recordó el dolor con el que amanecería de hacerlo tres noches seguidas.

Disfrutó de sus labios como si fuera la última noche.

--Te amo, con mi vida entera--Valentina susurró.

--Cuando te ví por primera vez jamás imaginé pasar mi resto de vida contigo--confesó--para ser sincera imaginé más casarme con Megan Fox o algo así, pero cada vez que lo pienso, nunca cambiaría mi futuro, amo cada segundo contigo, cada instante en que simplemente disfruto de tu presencia--besó su mano--y envejecer a tu lado es algo que ni el oro puede pagar, tu solo necesitas decirme que nunca te irás y yo corro, corro mi tiempo por ti, hago lo que sea por nosotras, por nuestro hogar.

--Te has vuelto tan romántica--Juliana la miró entre la oscuridad y soltó una carcajada.

--Mata momentos, ahora duerme, mañana es tu turno de llevar a los juliantinitos a la escuela.

Valentina asintió y sonrió, su vida no era perfecta, sería imposible decir que nunca había discutido con Juliana, o que sus hijos y ellas jamás habían discutiso, hasta podría decir que a veces se preocupaba por su trabajo.

Pero eso estaba bien, porque era completamente normal sentirse abrumada a veces, tal vez cansada o triste en algunos momentos.

No podía estar feliz toda su vida, pero a pesar de cada uno de esos problemas, que hacían su vida una aventura, tenía a su lado a una mujer que le había enseñado a vivir, a sentir, y amar en todo el sentido, unos hijos que le mostraron lo paciente que se puede llegar a ser, lo estresada que puede estar y lo orgullosa que siempre es cuando veía sus logros, ellos eran una familia, un hogar, un equipo.

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Losleo