Capítulo 31. Mala espina.

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Capítulo XXXI. Mala espina.

Tras salir Logan de la habitación en la que Katsa se encontraba, no sólo dejó salir las lágrimas de impotencia por no poder impedir que Alessia lo matara, puesto que, sus últimas palabras, sí habían conseguido atemorizarla, sino que la confusión y el miedo invadieron su cuerpo. ¿Y si la mejor opción era rendirse?, o quizás unirse a ella.

<<¡¿Estás loca?, antes prefiero morir?! – pensó para sí misma.>>

Y era cierto, antes prefería tener que arrebatarse ella misma la vida que unirse a Alessia. Jamás ocurriría eso.

Katsa llevaba casi hora y media despierta y, aparte de Logan, nadie había ido a visitarla. Eso sin contar que éste mismo se había ido sin decir palabra alguna y aún no había vuelto. Sintió rabia en aquel momento, pensando que la había dejado sola, que la había abandonado.

Cada minuto que transcurría se le hacía eterno, haciendo así que le pareciera que habían transcurrido al menos cinco minutos, pero no era así. El tiempo transcurría lentamente para ella.

Mientras intentaba distraerse mirando a la pared, en la cual encontraba formas sin siquiera buscarlas, lo que en psicología se conoce como pareidolias, un trastorno perceptivo de la ilusión, que consiste en dar una estructura formal a algo que no la tiene, que es vago o difuso, como por ejemplo, <<ver>> figuras más o menos definidas en una pared o en las nubes. Ambas cosas le ocurrían a Katsa, y muchas veces, le hacían pasar el tiempo, como en aquel momento.

- ¿Puedo pasar? - preguntó Marcus entreabriendo la puerta.

- Sí, pasa. - dijo Katsa saliendo de aquellas imágenes en la pared.

- ¿Cómo te encuentras? - preguntó cerrando la puerta tras de sí.

- He estado mejor. - contestó Katsa sonriendo tristemente.

- ¿Qué te ha pasado? - preguntó mientras, finalmente, se acercaba a la camilla, le dejó una rosa negra en la mesita que tenía a su lado izquierdo y se sentó en la camilla, intentando no molestarla demasiado.

- ¿Cómo lo has sabido? - preguntó Katsa sin dejar de mirar la rosa que le había dejado.

- ¿Perdona?

- La rosa negra. - dijo aún sin apartar la mirada de ella -. ¿Cómo has sabido que es mi favorita?

- Oh, eso - dijo con una risa nerviosa - Selene me lo dijo.

- Selene no sabe que son mis rosas favoritas. - dijo presionándolo con la mirada a que le contestara la verdad.

- No, Logan se lo dijo a Selene y ella a mí, un círculo todo. - dijo haciendo un círculo con el dedo índice.

- Y, ¿si me dices la verdad? - preguntó Katsa incorporándose para estar más cómoda y verle mejor mientras hablaban.

- ¿Por qué crees que miento? - preguntó Marcus seriamente.

- Porque sé cuando alguien me dice una mentira, ya sea traída de casa o en el momento. - dijo acompañándolo con un levantamiento de cejas.

- ¿Qué viste ayer cuando me estrechaste la mano? - le preguntó como si hubiera ignorado lo que ella le había contestado.

- No ignores lo que te he dicho. - dijo firme y rápidamente, casi se podría decir que fue un acto reflejo.

- No lo ignoro, sólo quiero saber qué viste, que es obvio que es por lo que me tratas así. - dijo Marcus mirándola directamente a los ojos.

- ¿De verdad quieres saber lo que vi? - preguntó Katsa acercándose un poco más a él. Marcus asintió -. A ti con Alessia. Eran muchas imágenes y muy rápidas, pero la distinguí bien, y no estabas triste precisamente. - dijo acusándolo -. ¿Qué explicación tienes a eso?

La chica del Dragón [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora