Capítulo 40. Ha de ser una broma.

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Capítulo XL. Ha de ser una broma.

Al ver salir del coche a aquellos dos hombres, la sonrisa se borró al instante de los labios de Katsa, pues ambos eran altos, musculados y de espaldas anchas, y, sus sendos rostros, no podían expresar más furia e ira, claramente, dirigida hacia Katsa.

<< Esto te pasa por precipitarte. - fue el primer pensamiento que Katsa tuvo. >>

No obstante, no iba a echarse atrás, no iba a huir de aquellos dos hombres, ya que, si lo hacía, Drake saldría del coche y lucharía con ellos, así como le pediría que arrancara el coche y lo dejara allí, y esto, no entraba entre sus acciones realizadas.

Al cerrar aquellos hombres sus respectivas puertas, comenzaron a caminar hacia Katsa, muy lentamente, regodeándose de la clara diferencia, sólo que, ellos, la veían a ella como la parte débil y, lo cierto, es que era al contrario, ya que, Katsa, contaba con el poder del Dragón. Sin embargo, no lo utilizaría, no quería arriesgarse a no poder controlarlo y causar una desgracia aún mayor de la que ya había provocado.

Al verlos acercarse, su primer impulso fue recular un paso, haciendo así que se chocara contra alguien, Drake, el cual, poniéndole una mano en su hombro derecho, le sonrió y le hizo saber que no se opondría a que luchara, sino que lo haría, pero él lo haría junto a ella.

Katsa, devolviéndole la sonrisa, dirigió su mirada hacia aquellos hombres, de los cuales los separaban no más de tres metros de distancia.

Drake, junto a Katsa, dio un par de pasos hacia delante, en señal de que ninguno de los dos se echaba para atrás, aunque, por dentro, ambos estuvieran temerosos, e incluso, Drake, más temeroso que Katsa. Pero, no por él mismo, sino por ella.

- Danos a la chica y no te pasará nada. - dijo uno de ellos con voz fría y dura mirando a Drake.

Aquello hizo que Katsa se sintiera como un mero objeto, un objeto que Alessia, y esa tal Rowena, usarían como un objeto para librar una batalla contra el mundo. Sin embargo, las palabras de Drake hicieron que olvidara las de aquel hombre.

- Ella no es un objeto como para que yo te lo pueda dar, no obstante, no voy a permitir que os la llevéis. - le respondió Drake poniéndose delante de Katsa.

No eran las palabras que una chica de su edad quería escuchar, y mucho menos estando ella delante, pero sí que le habían agradado, es decir, él simplemente podría haber dicho que no permitiría que se la llevaran o que no se la darían incluso, sin embargo, sus primeras palabras negaban que él la tratara como aquel hombre hacía referencia, un simple objeto más.

- Entonces tendremos que matarte. - habló el otro hombre por primera vez.

- Matarnos. - dijo Katsa saliendo de detrás de Drake y colocándose a su lado izquierdo.

- Podemos adaptarnos. - dijo el primer hombre mirando al otro, el cual asintió.

Diciendo aquello, Drake y Katsa se esperaron que corrieran hacia ellos para atacarlos, sin embargo, lo que ocurrió, ningún de los dos se lo esperó. No obstante, Drake supo reaccionar a tiempo.

El segundo hombre que había hablado, al asentir a su compañero, levantó su brazo derecho y, de él, salieron unas enredaderas dirigidas a toda velocidad hacia Katsa, pero que, gracias a que Drake supo reaccionar a tiempo, no llegaron a tocarla.

Drake se abalanzó sobre Katsa para que aquellas enredaderas no llegaran hasta ella, haciendo así que las enredaderas siguieran hacia delante e hicieran su impacto en el coche de Drake, rompiendo así la luna trasera del coche.

- ¿Qué ha sido eso? - preguntó Katsa desde el suelo observando cómo las enredaderas volvían a su dueño.

- Un Dios de la Naturaleza. - le contestó Drake levantándose y ayudándola a ella a levantarse -. Sé que te da miedo usar tus poderes, pero tendrás que hacerlo.

La chica del Dragón [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora