La chica del Dragón [TERMINADA]

Capítulo 16. Mi primera lucha.

Capítulo XVI. Mi primera lucha.

Katsa se había olvidado de apagar su alarma antes de dormir, así que a las seis y media de la mañana, ya estaba despierta.

Katsa decidió que lo mejor era despertarse y prepararse ya, por si acaso Selene fuera por la mañana, aunque esperaba que no, ya que si ella iba en aquel momento, Logan no podría ir con Katsa.

En aquel momento, se le ocurrió darle una sorpresa a Logan, para darle los buenos días.

Katsa no se quebró mucho la cabeza pensando qué ponerse, optó por un jersey de lana fina que le llegaba por encima de las rodillas, de color blanco, unos leggins de color marrón oscuro y unos botines a juego con los leggins. Cuando hubo cogido la ropa y el calzado, se dispuso a entrar en el baño para ducharse, vestirse, lavarse la cara y las demás cosas que siempre hacía.

Tras una hora en el baño, salió arreglada, ya sólo le faltaba un pañuelo y una chaqueta, ya que hoy hacía bastante frío.

Katsa escogió un pañuelo sencillo, moteado, de color marrón y blanco y un abrigo de color blanco, cogió su móvil y se dirigió a la puerta de su habitación para salir, pero paró en seco, pues se había acordado de algo importante: ya que estaba despierta, y era la hora del desayuno, lo correcto era que desayunara antes de ir a ver a Logan.

Se acercó a su mesita de noche, abrió el primer cajón, y sacó los folios grapados que formaban la dieta que debía seguir. Miró en el día de hoy, lo que debía desayunar: pan tostado con aceite o margarina, un vaso de leche y cereales integrales.

Katsa bajó rápidamente hacia la cocina para preparase el desayuno, no quería despertar a su madre, aunque, si se iba y no se había levantado aún, le dejaría una nota en su mesita de noche para que no se preocupara. Por su padre no debía preocuparse, ya que había vuelto a trabajar y ya se habría ido.

Cuando terminó de prepararse el desayuno, decidió comérselo en la isla de la cocina, donde se lo tomó tranquilamente.

Como aún tenía tiempo, dejó todos los cubiertos, el plato, el tazón y el vaso limpios, para que su madre no tuviera que limpiarlos al despertarse. Subió a su cuarto de baño, para cepillarse los dientes antes de irse, se dirigió a la habitación de su madre por si acaso estaba despierta pero no había salido aún de la cama, sin embargo, no era así.

Katsa volvió a su habitación, cogió un post it de un paquete que tenía en el escritorio, y le dejó escrito a su madre dónde estaba.

“Buenos días, mamá. Posiblemente, cuando despiertes, no estaré en mi cuarto, pues se me olvidó apagar la alarma del móvil para despertarme y, obviamente, me he despertado, y, ya que estaba despierta, he decidido acompañar a Logan un poco de camino al instituto y así despejarme, y tranquila, también he desayunado. Un beso. Te quiere, Katsa.”

Cogió el post it y, cuidadosamente para no despertar a su madre, entró en su habitación para dejárselo en la mesita pegado, donde sabía que lo vería al despertarse, cerró la puerta cuidadosamente, y bajó las escaleras con cuidado, Logan estaría a punto de llegar.

Al despertarse, Logan se sintió extraño por todo lo ocurrido aquella semana y la anterior, y, sobre todo, por los momentos que vivieron el día anterior, y el momento que tendría que vivir entonces, ir sin Katsa al instituto, momento que el día anterior, jueves, también pasó. Cuando pasó por la puerta de la casa de Katsa, se sintió extraño por no tener que pararse y verla bajar como cada mañana.

Cogió su mochila, se la puso encima de los hombros y salió por la puerta, para así dirigirse hacia el instituto. Para  su sorpresa, cuando paró delante de la casa de Katsa, ella estaba ahí, como cada mañana, esperándolo con una amplia sonrisa.