Capítulo 31

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Escuché tantos golpes, tantas cosas rotas y disparos, que solo pude pensar en esconderme. Miré a mi alrededor, solo una cama, corrí a meterme debajo y continué escuchando golpes y disparos. Escuché la voz de Luke y mi cuerpo se paralizó, no podía dejar de llorar y de temblar como una niña. Recordé las películas de terror en donde los niños se escondían bajo la cama temblando cuando algo sucedía, exactamente así estaba yo; aterrada, como nunca antes.

-¡Brooke! -escuché la voz de mi hermano-. ¡Brooke! ¡Estas a salvo, dime dónde estás! -continuaba gritando.

-Aquí -intenté gritar, pero solo emití un hilo de voz-. Aquí estoy -repetí, explotando en llanto.

No podía controlar las lágrimas, ni tampoco podía gritar más fuerte. Escuchaba a mi hermano buscándome por todas partes pero no tenía la fuerza suficiente para gritar. Hasta que finalmente escuché la puerta de la habitación en donde yo estaba y me arrastré por el suelo para salir, en cuanto Luke me vió se lanzó al suelo a ayudarme, me tomó entre sus brazos y me abrazó fuertemente.

-¿Estás bien? -me preguntó de inmediato, yo solo continuaba llorando-. Brooke, dime que estás bien, por favor dime que estás bien -suplicó.

-Sácame de aquí -le dije entre lágrimas.

Tomó mi mano y me guió fuera de la casa, abrió un auto y me metió dentro sentándose a mi lado.

-¿Dónde está? -le pregunté.

-¿Justin? -me miró a los ojos y asentí-. Lo siguió, ese tipo huyó y se fue tras él. ¿Te hizo algo?

La pregunta de Luke trajo a mi mente todos los recuerdos; cuando me oriné en la ropa porque ni siquiera me permitieron ir a un baño, los golpes, los manoseos de ese hombre hacía a mí. Lloré descontrolada, mi hermano me abrazó con fuerza y la puerta del auto se abrió. La mirada de Justin chocó con la mía, "Se escapó", dijo él y yo cerré los ojos con fuerza, Luke se alejó y bajó del auto, Justin se sentó a mi lado.

-¿Cómo estás? -me susurró.

Y entonces me calmé un segundo, lo miré a los ojos y aunque las lágrimas continuaban cayendo por mis mejillas yo estaba respirando un poco más tranquila.

-¿Cómo estoy? ¿Me estás preguntando cómo estoy? ¡¿Cómo mierda crees que estoy?! -le grité-. Ese maldito enfermo me obligó a orinarme en la ropa y me hizo permanecer así por horas, me golpeo, me tocó, me obligó a bañarme mientras me veía desnuda y además quería que le hiciera sexo oral justo cuando ustedes entraron. ¿De verdad me preguntas como estoy?

-Brooke, te busqué desde el primer minuto, te juro que....

-¡Lo conoces! -le grité otra vez-. Es un maldito violador, ¿y piensas que conmigo pudo haber sido bueno?

-Jamás hubiera querido que te pasara esto, lo sabes -me dijo desesperado.

-¡Sabías que si continuabas con toda tu maldita venganza él iba a llegar a mí! -le grité entre lágrimas.

Vi sus ojos llenándose de lágrimas también y asintió levemente con la cabeza, una lagrima cayó por su mejilla y salió del auto. Luke se sentó a mi lado en absoluto silencio y Justin se sentó en el asiento del conductor, encendió el auto y por fin nos fuimos.

-Tranquila -me susurró Luke-. Ya vamos a casa.

-Es el único lugar en donde quiero estar, en nuestra casa. Fue el peor error del mundo buscar una maldiga universidad lejos.

Luke no dijo nada, solo me abrazó con fuerza y pude ver en su rostro la frustración que había sentido durante todas las horas que estuve desaparecida. Lo abrace fuerte y me hundí en su pecho, sentir su aroma me tranquilizó y me hizo ver que realmente estaba a salvo por un momento y pude respirar sin miedo. Sentí el viaje demasiado largo y no recordaba haber descansado ni un poco, por eso no fue difícil que cayera dormida en cuanto pude.

Falling ©Where stories live. Discover now