Capítulo 1

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Brooke.

Finalmente llegó el momento.
Junto a Luke llegamos a la ciudad de San Francisco dejando atrás nuestro hogar en las cálidas playas de Santa Mónica, estado de California. Tenía una mezcla de emociones difícil de explicar; ansiaba crecer, anhelaba salir de Santa Mónica y vivir aventuras, pero también extrañaría de manera inexplicable a mi padre. Estar junto a Luke me ayudaba, siempre fuimos inseparables y no logro imaginar vivir la etapa universitaria sin él. Pero alejarme de mi padre era lo más difícil de todo.

Al llegar al campus de nuestra nueva universidad se nos explicó lo que ya nos habían explicado mil veces antes, pero que de acuerdo al protocolo debían hacerlo por última vez: La universidad contaba con residencias en sus alrededores para los alumnos que llegaban desde fuera de la ciudad, cada residencia era como una casa de acogida y contaba con una mujer que estuviera a cargo de ella, cumpliendo la labor de "madre postiza" o en simples palabras ser la mujer que ponía las reglas. En cada residencia vivirían cinco personas las cuales podían ser trasladadas o suspendidas en cualquier rompimiento de regla y/o problema según el criterio de la mujer a cargo de la residencia.

-Todo está claro -habló Luke agobiado, jugando con el piercing de su labio y pasando la mano por su cabello despeinado-. ¿Podemos ir ya a conocer nuestra residencia y poder ubicarnos?

-Sí, ahora pueden hacerlo -asintió el hombre que había explicado todo-. ¿Apellidos?

-Hemmings -respondió Luke enseguida-. Brooke y Luke Hemmings.

El hombre revisó una lista detenidamente, en cuanto encontró los nombres les marcó un ticket a la derecha y nos entregó una llave a cada uno.

-Residencia 115 -informó el hombre y solo sonreí.

Ambos salimos de la oficina informativa y nos detuvimos en la calle principal a esperar un taxi, las residencias estaban alrededor del campus a una distancia razonable, pero las inmensas maletas nos obligaban a no poder caminar hasta allá.

-Ya sabes que el pacto continúa aquí -advirtió Luke y yo puse los ojos en blanco.

-Me lo haz repetido más veces de las que nos explicaron todo eso de las residencias.

-Es solo para que lo recuerdes -él se encogió de hombros.

-No estoy desesperada por ligar con tus amigos y ni siquiera tienes amigos aún -reí.

-No estoy diciendo que estés desesperada pero debo advertirte por ellos, no porque no confíe en ti, son los chicos los peligrosos.

-Siempre dices lo mismo y ninguno se fija en mí.

-Deja de decir eso, eres hermosa Brooke, no sé por qué siempre lo dudas. Nuestro pacto es importante para nuestra relación de hermanos.

-No me lo sigas repitiendo, me está doliendo la cabeza -hice parar un taxi y subimos.

-¿Crees que la señora esa que se va a creer madre de todos sea muy estricta? -siguió hablando Luke durante el camino.

-No sé, no veo el futuro -respondí mientras observaba por la ventana.

-Tienes que cumplir las reglas, no quiero que te trasladen a otra residencia, debemos estar juntos.

-Lo sé.

-Y si te gusta alguien debes decírmelo para investigarlo y darte el visto bueno o malo -Luke hablaba en serio y lo miré riendo.

-¿Cuándo le haz dado el visto bueno a alguien que te menciono?

-Nunca han sido demasiado buenos para ti -él se encogió de hombros.

-No soy ninguna diosa ni nada por el estilo, no sé que tipo de hombre esperas que encuentre.

Falling ©Where stories live. Discover now