Capítulo 44: Te lo advertí

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Antes de que entráramos podía ver como la sonrisa en la cara de Lucy no se borraba, puede que esto se deba a que ella va a pasar toda la sesión conmigo o por lo que vaya a decir Bianca o pues también es valido pensar que ambas cosas la hacen feliz.

Una vez que entramos se siente extraño, veo todo diferente o más bien por primera vez desde hace mucho tiempo lo contemplaba curiosa de lo que fuera a pasar.

Sin darme cuenta en unos segundos ya estaba frente a la puerta que se encuentra al lado de mi oficina. Doménico se quedó parado esperando instrucciones.

—Bueno guapo, Bianca ya está ahí esperando por ti así que solamente tienes que entrar y preguntarle todo lo que quieras saber—dijo Lucy mientras le tomaba el hombro para darle ánimos.

—¿Cuánto tiempo tendré para hablar con ella?—preguntó él con una mirada seria.

—El que necesites, no habrá limite. ¿Alguna otra pregunta?

—No, son todas—dijo Doménico de la misma forma.

—Bueno Charlotte y yo estaremos en el cuarto de al lado por si nos necesitas—dijo ella tomándome por la mano y con su mano libre abriendo la puerta.

Antes de entrar completamente a la habitación me voltee hacia Doménico y le dije “Suerte” y él ante esto me mandó una sonrisa que realmente me tranquilizó.

Una vez adentro contemplé aquel sillón verde, recuerdo que la primera vez que lo vi me causo gracia el hecho de que fuera para dos personas, pero ahora me daba miedo.

Lucy pareció darse cuenta porque dio un golpesito en el sillón para indicarme que me sentara a su lado y yo para no ser grosera me senté, pero lo más cerca posible de la orilla para alejarme de Lucy lo más que pudiera.

Entonces ella encendió el monitor y la pantalla comenzó a adquirir forma hasta mostrarnos claramente a Bianca sentada en frente de Doménico. Ambos se veían incomodos y tensos pero esto no impidió hablar a Doménico.

—Hola—fue todo lo que salió de su boca, sin expresión ni de forma amigable.

—Hola—dijo Bianca mirándolo detenidamente.

—¿Cómo estás?—dijo Doménico y la cara de Bianca cambió radicalmente.

Ella comenzó a llorar, las lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Doménico en cuanto vio eso se levantó de su silla y comenzó a abrazarla.

—Todo está bien—murmuró Doménico a su oído. La verdad me sorprende lo bien que se escucha todo en la pantalla.

—No lo está—dijo ella sollozando todavía.

—Lo que hayas hecho ya no importa—dijo él mientras continuaba abrazándola.

—Cuando lo sepas me vas a odiar— dijo ella mientras hundía la cara en el pecho de Doménico.

—No te puedo odiar aunque intente—dijo él mientras seguía abrazándola.

—Pero… te engañé—dijo ella un poco más tranquila.

—Lo sé, pero eso no importa ya.

—Eso no es todo lo que hice—dijo ella mientras salía del abrazo

—Pues cuéntame, ya yo entenderé—dijo Doménico mientras retiraba una lágrima de la cara de Bianca.

—Es una historia complicada.

—Tengo tiempo. Además dudo que tengas algo mejor que hacer—dijo Doménico con una sonrisa tierna.

Al verlos no pude evitar sentir como mi estomago se revolvía y algo muy dentro de mí se sentía preocupado.

Cae Nieve en el InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora