Capítulo 46: La fisura.

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— Maldita sea. Ya se los he dicho dijo Rick convencido—. No puedo entregarles a los niños antes, debe ser el mismo día que ejecutemos el plan Exterminio. De lo contrario Tony desconfiará de mí. Y con la cabeza separada de mi cuerpo... el plan no funcionaria.

— ¿Exterminio? —Jane lo miró perdida en esa fantasía: la cabeza separada del cuerpo, no sonaba del todo mal.

—Sí —dijo Rick con obviedad— Exterminamos la plaga que es Tony, extermínanos nuestra sed de venganza y al mismo tiempo extermínanos nuestra maldita pobreza. Libertad, es lo que tendremos.

Julián se acercó a Jane y le susurró al oído— ¿De verdad vamos a confiar en este idiota?

Ella levantó ligeramente una ceja y le respondió del mismo modo. —Sé lidear con este idiota. Me encargaré.

Si alguien podía manejar la situación era Jane, conocía a Rick, ese hombre tuvo sus buenos momentos, pero ahora, era un hombre manipulable, su alianza con Tony lo corroboraba. Bastaba con ejercer cierta presión y cedería. Todos tenían un punto de quiebre.

—Sólo nos uniremos a tu plan si nos entregas a los niños antes —Le exigió Jane encogiéndose de hombros — Danos la ubicación e iremos por ellos.

— ¿No lo entiendes? ¡Están bajo mi custodia! —exasperado, Rick encendió un cigarrillo y aspiró con profundidad— Tony no es imbécil. Sabrá que estoy implicado.

—No necesariamente. —Jane se le acerco detallándole el rostro— No cuando vea lo que te ocurrió mientras rescatábamos a los niños.

Los ojos de Noah orbitaron y contuvo la risa pillando el asunto. Rick, por otra parte, no parecía convencido.

—¿A qué te refieres? ¿Qué es lo que podría ocurrirme?

—No lo sé. —Jane pretendió pensar y dio leves toques con su dedo índice a su barbilla— Algo que le haga pensar a Tony que realmente te esforzaste porque no se llevaran a sus pequeños rehenes... Yo diría que con un ojo es suficiente. Pero vamos, hay un mundo de posibilidades... Quizás una pierna. Tú decides. ¿Qué estás dispuesto a perder para que tu plan funcione?

Rick se horrorizó.

—¡No voy a perder un ojo! ¡Menos una pierna, por Dios! No puedes estar hablando en serio — pero él también conocía al menos un poco a Jane y raramente parloteaba. Su ex compañera era sanguinaria, cosa que había visto con sus propios ojos.

—Supongo que cuando ya no estés en la maldita pobreza puedes mandarte a reemplazar cualquier parte del cuerpo con titanio, vibranium o lo que te dé la gana —explico Jane inflexible. Su tono era severo y su mirada determinada. Algunas cosas simplemente no eran negociables.

Observó a un Julián impaciente, a punto de sacarle sangre y respuestas a Rick. Jane negó levemente con la cabeza, haciéndole señas para que se contralara. Alguna vez él le había dicho que amaba tener en control, especialmente en la cama, cosa que le constaba, pero que también era capaz de cederlo ante una mujer como ella, y eso era precisamente lo que esperaba de él.

—¡Esto es increíble! De ninguna puta manera... ¡No voy a hacerlo! —Rick se negó en banda y ya no quería negociar. Desde la muerte de Elisa anhelaba venganza. Y quizá, solo quizá pudiese redimir parte de sus pecados eliminando a la escoria de Tony de la faz de la tierra. El costo era demasiado alto. Pensó en sus alternativas. ¿Qué opción tenía? Sin la ayuda de Jane iba a morir de igual modo, ya estaba muriendo lentamente al servicio de Tony.

—Quisiera que hubiese otro modo —Jane le tocó el hombro con dudosa empatía— ¿Quieres que arriesguemos la vida por tu plan? Entonces debes estar dispuesto a arriesgar exactamente lo mismo. Es todo o nada. Pero no te preocupes... tengo una puntería de puta madre y lo sabes. No te haré más daño del necesario.

Mi Chica RudaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora