Capítulo XXIII (-$)

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"Me gusta el silencio desde que empecé a amarte en el"

—Pablo Neruda.

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Cord Villyn había quebrado.

—¿Cómo fue que sucedió Lauren?—preguntó Juliana muy seria en el escritorio de su oficina, había vuelto esa misma noche para poder arreglar el gran asunto que acababa de salirse de control. Eran las cinco de la mañana del domingo en el que ningún empleado trabajaba, pero aún así Lauren y Juliana se encontraban en ese vacío y solitario lugar.

—La reunión que tuvimos con Van Company, ahí vi por primera vez el terror en persona, Eric Lonson estaba frente a mí con su sonrisa tan habitual—Lauren hablaba muy detallado, Juliana sentía un peso en sus hombros, no tenía dinero, lo que significaba que no podría pagarle a ningún empleado y tantas deudas que en su momento eran poca cosa, pero ahora en donde no disponía de un centavo, solo tenía trescientos dólares en su cartera, no le alcanzaba ni para pagar la luz que consumía su empresa Cord Villyn.

—Cuando lo reconocí me chantajeó en que si decía algo a Valentina o a ti iba a...—no terminó la frase ya que un sollozo desgarrador se había apoderado de su garganta y Juliana intentó sentir lástima pero no podía, tenía tantas ganas de hablar con Eric Lonson que sus sentimientos habían sido suprimidos—Luego cuando intenté que su socio me vendiera parte de su empresa se enteró y me buscó justo cuando estaba cenando con Camila, desde ese momento me empezó a chantajear como nunca nadie lo había hecho, le di contraseñas, direcciones, le di todo lo que necesitaba, nunca me dijo que iba a hacer, solo sé que no es él el jefe de todo eso—Juliana sonrió, sonrió por saber que Eric Lonson no era capaz de dejarla en bancarrota solo.

Quiero que te vayas Lauren, ve a tu casa y descansa. Yo arreglaré todo—le dijo de la manera más seca posible, Lauren tuvo un escalofrío en su cuerpo cuando la mano de Juliana cayó encima de la suya y por primera vez se vieron a los ojos en toda la charla que habían tenido—Cuando arregle esto quiero que retomes tu puesto de co-presidenta y empieces a comportarte como Lauren Lanwer, no como la inútil mujer la cual llora y se lamenta—volvió a decir sin importar que las lágrimas salieran sin control del rostro de la ojiverde.

—Sí, Srta. Villyn—tomó su bolso y salió de la oficina.

Juliana frunció el ceño y entró al baño privado que tenía en su oficina, estaba agotada, no había dormido en todo el viaje que condujo a Nueva York, se lavó el rostro y sacó del closet un traje azul oscuro para ponerselo y dejar atrás los pantalones negros. Tenía que trabajar y lo primero que haría sería buscar a Eric Lonson.

Ya con el traje puesto caminó hacia su escritorio y empezó a revisar las grabaciones de las semanas pasadas, la detuvo justo donde Eric y su socio entraban a su empresa, miró sus zapatos, traje y hasta cabello hasta que por fín lo encontró. El maletín que llevaban decía Sills una marca privado, ellos debían tener el número grabado de sus dos clientes. Buscó por la computadora la marca y llamó el número que salía en la pantalla.

—Sills Interpret en qué puede ayudarle?—dijo una voz femenina.

—Buenos días, soy Juliana Villyn. Quisiera saber si me podrían enviar un traje femenino a la dirección que le acabo de enviar, lo necesito ahora, lo más rápido que pueda—ordenó Juliana.

—Sí señorita Juliana, en veinte minutos un proveedor estará en su dirección.

Y así fue, en treinta minutos ya había un hombre llamando a la recepción la cual abrió Juliana desde su computador, escuchó como entraba a su oficina y empezó.

A Step Forward (Juliantina)Where stories live. Discover now