A Step Forward (Juliantina)

Capítulo XXX

Antes de empezar este capítulo les advertiré que desde acá empieza lo bueno, la acción, el smut fuerte y la trama que va directo al desenlace, si creen que no son capaces de aguantar los invito a pasar a la siguiente historia, los que se quedan besitos en las nalgas. Ahr

(Este capítulo lo escribo borracha así que se calman)

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Canción Sugerida.

I put a spell on you
Because you're mine

You better stop the things you do
I tell ya I ain't lyin'
I ain't lyin'
You know I can't stand it
You're runnin' around
You know better daddy
I can't stand it 'cause you put me down
Oh no
I put a spell on you
Because you're mine.

—I Pull Spell On You

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Nueva York, Cord Villyn

Dos días después.

July Pov

Piso número veintiuno el lugar en que veía toda la ciudad, me resultaba curioso lo exitoso que era mi abuelo, él había creado un mundo en su cabeza que hizo real en la tierra, fue el hombre con más éxito en el mundo, ganó premios y nominaciones que lo condecoraron como el ser más inteligente en los negocios, era un hombre calculador, rencoroso y frío, jamás pude hacer que sintiera lástima por mí, siempre había hecho hasta lo imposible para que fuera como él y ahora lo era.

Flashback.

Orfanato Silvia  McCandlish

—Juliana...tienes que comer—dijo Olger su mejor amigo mostrándole la ensalada.

—...No quiero—hizo un puchero y Olger asintió retirando la comida.

—Si no comes tendrá que venir el hombre malo que te obliga a comer Juls—la morena negó repetidas veces ese hombre era malo, muy malo con ella y con su amiga.

—Él nos golpea, no hagas que venga él, Olger...—le susurró cerca a Howe que la veía preocupado—Por fi—Howe no supo cómo reaccionar.

—¿Las golpea? ¿Él golpea a otra niña?—Juliana a asintió.

—Sí, July es la que recibe más golpes—contó y Howe la miró confundido—Ella dice que es más fuerte y aguanta más para que así no me haga eso a mi—se abrazó a sí misma.

—¿Dónde conoces a esa niña?—Juliana sonrió como si fuera broma y justo cuando Juliana iba a contestar el hombre malo entró a la habitación, y vió la comida aún en mano de Howe.

—¡Tienes que hacer que coma, no jugar con ella!—le gritó y Howe se levantó del suelo.

—No tienes porque gritar...—de su mano fue arrebatada el plato de comida y luego sintió como lo empujaba fuera con mucha fuerza—¡No se te ocurra golpeara!—Luego de eso la puerta se cerró y sus ojos se llenaron de lágrimas, no había podido hacer algo por ella.