Narra Zoey.-
Estoy avergonzada. Realmente desearía no haber estado drogada en el momento en que Josh vino a visitarme. Imagino que dije de todo, cualquier locura o disparate que se me haya ocurrido en la cabeza. Sinceramente nunca me imaginé drogada a esta edad, ni a ninguna, pero si sabía que debía ser horrible, y lo es. Todos tus pensamientos se desacomodan, es imposible concentrarse en algo a una misma vez y hasta el más mínimo objeto o acción te distrae por completo. Además, no tienes conciencia de lo que dices, y eso es lo que más me inquieta. La enfermera me dijo que Josh me visitó ayer, mientras estaba bajo los efectos de las drogas que el médico me dio, y me sentí morir por dentro. ¿Quién sabe que idioteces habré dicho?
Bueno, de todas formas, Josh sabía que yo en ese momento no sabía todo lo que decía o hacía, él entenderá.
Cambiando el tema, pedí que sacaran el retrato de la mujer, aquel que tanto me perturbaba con su mirada inquietante. Al principio el hospital no quería retirarlo, porque se trataba de una doctora muy reconocida por la institución y bla, bla bla, pero con un par de ruegos logré convencerlos. Y ya podía dormir tranquila, no tener tantas pesadillas como antes y finalmente estar más tranquila.
Hoy es martes. Quedan tres días para que Josh se mude de ciudad, lo que significa que ya no vendrá a visitarme todos los días, lo que significa que ya no podremos reírnos juntos, los que significa tardes enteras de aburrimiento y soledad sin él. No quiero que se valla. La vida es tan injusta, qué hice yo para merecer esto? qué hicimos ambos para merecer esto? Que yo sepa, nada.
Dicen que el destino no existe, que sólo tú puedes elegir tu futuro. Yo ni siquiera tengo opción para elegir aquí.
La enfermera entra, sonriente como siempre. Lleva la vestimenta verde claro de siempre, mientras que las lapiceras sobresalen de sus bolsillos.
-Hola Zoey, cómo te encuentras?.- preguntó la mujer, abriendo un poco las largas cortinas que cubrían las ventanas.-
-Un poco mejor, gracias. Sabes si Josh ya llegó?.- pregunté, deseando que la respuesta fuera afirmativa. Por favor, di que sí.
-No lo sé preciosa, no me han informado nada. Pero en cuanto lo sepa serás la primera persona a la que se lo diré, okey?.- dijo, disimulando una mirada triste con una sonrisa.-
-Okey.- dije, frustrada y desanimada. Quería que llegara ya. Quería verlo de nuevo, quería seguir escuchando la historia.
Y como si Dios hubiera escuchado mis plegarias de sufrimiento, Josh entró por la puerta, esta vez sin tocar, lo cual me pareció raro pero me dio igual. Yo sólo sonreí, esperando que él también lo hiciera.
-Hola.- dije, animada del todo. No se imaginan cuan feliz me encontraba de verlo otra vez.
-Hola, cómo estás?.- preguntó, con la sonrisa de siempre. Ah, verlo sonreír me pone tan asasdadsdfsdfdsd.
-Bien, gracias.-dije. Él se sentó en la silla junto a mí, donde siempre lo hace.- dime que no dije nada vergonzoso ayer.- pregunté, deseando esta vez que la respuesta fuera negativa.-
-Sólo un par de cosas.- dijo con una sonrisa en su rostro. Maldita sea. Por qué rayos me tuvo que atropellar un tipo? Porqué? Idiota! Si no fuera por él yo no estaría aquí, estaría divirtiéndome con Josh, leyendo el diario en mi casa, feliz de la vida, PERO NOOO viene el hombre y me pasa por arriba con su 4x4. Sabes qué? Metete la 4x4 en el medio del.- era broma.- ah. Bueno, igual.
-Oye, al final pudiste escuchar la historia ayer? Estabas tan….distraída que no sé si me escuchaste siquiera.- preguntó riendo.-
-Sólo un poco, pero lo suficiente para continuar. Sabes? Ya puedo leer yo, dame eso.- le quité el libro de las manos y lo abrí..- em…en donde te habías quedado?.- pregunté.-
