Narra Josh.-
Me quedé pensando en el regalo de Zoey. Realmente me llegó al alma. No quería que yo la olvidara cuando me mude de ciudad, y eso, simplemente, me dió el valor para hacerlo.
Luego de ella me entregara el regalo, y yo lo viera por unos segundos, no pude aguantarle más. La besé. La besé. Y ella seguió el beso. Y juro que en ese momento, éramos felices. Ambos.
Despues de separarnos, ella me miró, me saludó, y luego se fué a su casa. Han pasado dos días y ella no ha venido a buscarme, como habiamos acordado anteriormente.
Estoy empezando a pensar que talvez no le gustó el beso, y en este momento se siente ofendida. Estoy empezando a pensar sobre el posible gran error que he cometido.
Ya no aguanto más la espera. Iré a buscarla yo. Cruzo la calle tranquilamente y toco su puerta. Me atiende su madre.
-Hola señora, eh...está Zoey?.- pregunté amablemente.-
-Oh, hola Josh. Sí, ella está en su habitación, pasa.- entré a la casa y la madre de mi amiga me dijo que fuera a verla a su habitación. Subo las escaleras y toco a su puerta.
Ella tarda en abrir, pero cuando lo hace, se vé terrible. Unas grandes ojeras rodean la parte de abajo de sus hinchados ojos, y está tan pálida como la nieve. Me llevé un gran susto al verla así.
-Josh..-dijo, y luego me abrazó fuertemente. Yo no entendía un carajo de lo que estaba pasando.
-Zoey...p-pero qué te pasó?.- le pregunté mientras aún seguíamos en nuestro abrazo.-
-Ella....Josh...ella....-
-Eh?- se separó del abrazo y me miró con una mirada aterrada.-
-Pasa.- dijo y entró a su habitación. La seguí.-
Toda su habitación estaba desornada, papeles y basura tirados por todos lados. La cama estaba desordenada, con una gran pirámide de ropa encima. Y entre todo es lío, sólo una cosa me llamó más la atención que todo lo demás: había un tablero de Ouija en el suelo.
-Ella....___...yo....-
-Zoey, cálmate, dilo tranquilamente.- ella sólo asintió mientras miraba al piso. Luego señaló el tablero de Ouija. Y ahí el terror se apoderó de mí.
-Econtré el juego en el sótano. No dudé en jugarlo, sabes que me gustan estas cosas. Lo traje a mi habitación y comencé todo. Pregunté si había alguien además de mí en esta habitación. Respondió que sí. Luego....pregunté su nombre....se llamaba ____, Josh....- me quedé paralizado por lo que Zoey me estaba diciendo.- luego no pregunté más nada, pero el tablero señaló tres palabras más...
-.....cuáles?...
-Déjenme en paz....-
-......
-No debemos ir más a esa casa. Tenemos que dejar de molestarla.-
-Pero.....y el diario?..-
-.....el diario está aquí...pero no podemos volver a entrar ahí..nunca más..- dijo ella, negando con la cabeza.-
- Está bien...oye, cambia esa cara. Has estado aquí encerrada por dos días. Vamos, leamos, eso te levantará el ánimo.- dije, intentando sacarle una sonrisa, pero no funcionó.
-Ok....-ella sacó el diario de un cajón de su cómoda y comenzó a leerlo.-
Narra ___.-
Todo mi cuerpo estaba cubierto de pintura. A lo lejos ví como los nuevos corrían del lugar. La pintura hacía que mi ropa se me pegara al cuerpo y se notara cada curva de mi cuerpo. El ardor en los ojos era insoportable. Mi cabello estaba todo pegado, y de un color entre verde y naranja. Casi no podía respirar por la pintura en mis fosas nasales. Tenía un horrible sabor en la boca, además de intoxicar todo el lugar con ese tremendo olor a pintura. Pero a pesar de todo, eso no era lo peor.
