Narra Zoey.-
-Hoy no tienes excusas Josh, lees tú sí o sí, y sin peros.- le dije a mi amigo, mientras él me miraba con una cara seria.-
-Pero..-
-Sin peros!.- exclamé.
-Ok....pero será la primera y última vez que yo lea.- contestó, al fin decidido a leer aquel viejo diario que encontramos en la famosa casa abandonada de nuestro barrio.-
-No me hagas esperar, Josh.- dije mientras tomaba un poco de mi jugo y miraba a Josh.-
-Aquí voy.-
Narra ___.-
Llegué a mi casa sin ganas de hacer absolutamente nada. Simplemente, los nuevos no me cayeron para nada bien, y por decirlo así, creo que el sentimiento es mutuo. ¿Quién se creen para amenazarme?
Já, en su escuela habrán sido los "chicos malos" pero ahora, en mí colegio, nada de eso ocurrirá. Las reglas son muy estrictas en el lugar. "Si algún chico ofende a otro, sin una buena razón, ya sea física o mentalmente, se citarán a los padres y en el peor caso, se expulsará al alumno y bla bla bla bla.....si nos llegan a poner un dedo encima, ya sea a mí o a Chandler, se las verán con los directivos.
Ya sé que no es la mejor amenaza, pero tampoco quiero meterme en problemas por haberle reventado la nariz "sin querer" a una zorra de mi clase, y por decir zorra, me refiero a Abigayl y a Natalie.
A veces pienso.......algunas personas se merecen un "dame esos cinco". En la cara. Con una silla.
¿Nunca pensaron eso? y creo que esas personas son los nuevos.
Mi hermana Elizabeth, a la que todos le decimos Liz, me sacó de mis pensamientos. Ella es mayor que yo, pero eso no interfiere en nuestra relación ni nada parecido. Más que nada, parecemos mejores amigas.
Ella es alta, tienía ojos marrones y el cabello marrón oscuro y lacio, con las puntas rojas que le quedaban geniales. Yo amaba su estilo, pero sabía que nunca podría ser como ella. Ella ya tenía 19 años, y estudiaba en la universidad para ser escritora.
Para mi mala suerte, ella estaba muy poco tiempo en la casa, ya que cuando no estaba en la universidad, trabajaba para pagarla. ¿Por qué mi padre no podía pagarla? Él era policía, y realmente en estos tiempos ese oficio no tenía muy buenas pagas.
-Hola ___, ¿qué tal tu primer día de clases?.- preguntó ella. Si hay algo que amo de ella, es que siempre le interesa como va mi vida, le interesa que es lo que siento, y ella me entiende. Pero sinceramente, no tenía ganas de nada, menos de descrbir el pésimo día que tuve hoy.-
-Hola Liz, horrible.....- dije sin ganas.-
-¿Qué pasó?.- preguntó.-
-Luego te cuento.- le dije. Subí las escaleras y entré a mi cuarto.
Reboleé la mochila por algún lugar inexacto de mi habitación y me tiré en la cama. Dormí un rato y después el día fué como cualquier otro día de clases: almorzé, hice la tarea, estuve un poco en internet, me bañé, cené y me fuí a dormir.
"Pi, Pi, Pi"-"Pi,Pi,Pi"
Desperté otra vez gracias a aquel irritante despertador, que después de todo el sufrimiento que le hice pasar, aún seguía funcionando como "por arte de magia". Me levanté, higienicé, desayuné y luego salí de mi casa para ir al colegio.
-Hola!.- dijo Chand mientras entraba al auto. Hicimos nuestro típico saludo, que consistía en chocar las manos de una forma extraña que habíamos creado juntos cuando éramos pequeños, y luego mi papá arrancó el auto para seguir adelante.
