Narra Josh.-
-Me siento terrible. Simplemente me cuesta creerlo.- dije, casi llorando a estas instancias.-
-Josh, si no me dices lo que pasa, no podré ayudarte en nada. Por favor, cuéntame.- dijo Zoey, mientras su brazo me rodeaba por la espalda.-
-Ellos volverán.-
-¿Quiénes?.-
-Tus antiguos vecinos, Zoey.-
-¿Y?.-
-Tendré que mudarme, y no será de casa esta vez.-
-No....no entiendo....- noté que sus ojos comenzaban a ponerse llorosos.-
-Mis padres quieren mudarse de ciudad Zoey.- le dije. Este fué el momento en el que ya no pude contener más las lágrimas.
-Pero no....¿por qué?.- ahora, su cara estaba bañada lágrimas, igual que yo..-
-No lo sé, simplemente mis padres quieren irse de Atlanta...- agaché la mirada, no soportaba verla así. Ella me abrazó fuertemente y yo le correspondí el abrazo.
La verdad, cuando mis padres me lo dijeron, sin decir una palabra, subí a mi habitación y comencé a destrozar todo, debía desquitarme con algo. Esto no es justo, simplemente no lo es. Ellos no pueden hacerme esto. No pueden hacernos esto. Tal vez, si sólo nos hubiéramos mudado de casa, sería más aceptable. Pero el caso no es así.
Nos quedamos unos minutos abrazados y luego ella se separó de mí.-
-¿Cuándo se van?.- preguntó pasando su manga por sus ojos para secarlos.-
-En un mes.- le dije.
-Bueno...hay que ver el lado bueno, al menos no te vas mañana..-
-Sí..-
-¿Sabes? Hay que aprovechar el tiempo, Josh. Debemos pasarla genial en estos pocos días que nos quedan juntos...bien?.-
-Bien....-hice una pausa.- bueno, hablando de pasarla bien, ¿qué tal si vamos a leer el diario?.- dije un poco mejor.-
-Claro.- dijo con una sonrisa dibujada en su rostro. Ella se vé hermoza cada vez que sonríe.
Ambos nos dirijimos a la casa abandonada y comenzamos a leer.
Narra ___.-
Después de estar como unos diez minutos encerrada en el baño de la escuela, decidí salir ya con la cara limpia y con la mente un poco más clara, aunque sigo bastante confundida. Realmente no sé si estar feliz, porque ya no tendré que ver ni soportar a los nuevos, o mal porque hice que me expulsaran de la escuela, o furiosa con los nuevos por habernos hecho esto. Ahora mismo mi mente es como un laberinto lleno de obstáculos del que no puedo encontrar una salida.
Pero entre todo este desastre universal que es mi cabeza, tengo algo bastante claro. Las cosas no se quedarían así. Me vengaría de ellos. De los nuevos. Y no sola, Chandler me ayudará en todo, porque a pesar de que no hemos hablado tanto de nuestros sentimientos, ambos sabemos que lo que sentimos hacia los nuevos es lo mismo: ODIO, REPUGNANCIA, RENCOR.
Al salir no veo a Chandler. Volteo hacia ambos lados, como se hace antes de cruzar la calle, pero no hay señales de él. Lo llamo en voz alta, pero no obtengo respuesta. Comienzo a caminar hacia la salida, algo preocupada por Chand ya que temía que le hubiera pasado algo. Le mando un mensaje pero después de unos quince minutos, nuevamente, no responde. Decido llamar a su celular, pero el tono que suena me indica que está apagado. Doy un suspiro y salgo del colegio, dando una última mirada atrás.
