Narra Zoey.-
Quedan dos semanas para que Josh abandone la ciudad. Estoy muy mal. No puedo creer que falte tan poco. Han sido ocho años de idioteces juntos, y ahora todo eso se acabará de un portazo.
Siempre he pensado que mi vida es como cualquier otra. Pero a veces es muy peculiar, en algunos sentidos. Por ejemplo, no a todos les atrapa la historia que recita del diario de una chica muerta. No a todos se les aparece el fantasma de esa chica muerta en su casa. No a todos le es fácil aceptarlo. Y no todos están acompañados de un gran compañero. Agradezco lo último.
Al grano, mi vida ya no es muy común que digamos. He cambiado bastante, e incluso creo que Josh también. Él cambiado mucho más que yo, y para mi gusto, me gusta más el nuevo Josh. Lástima que pronto ya no lo veré más...
Olvido todo eso gracias al tono de mi celular. Lo tomo de la mesa, me fijo quien es y es nada más y nada menos que Josh. Lo atiendo alegremente:
-Hola.-
-Hola, te falta mucho?.- pregunta.-
-No se suponía que eras tú el que vendrías aquí?.-
-Pero ayer me dijiste que vendrías tú.-
-.....estás seguro?.-
-Sí.-
-Pero no tengo ganas de ir.-
-Oh, que lástima, entonces te perderás mi sorpresa.-
-Ya voy.- XD corté la llamada. Es probable que sólo sea un vago y lo dijo para que valla yo, pero bueno. Tal vez es verdad y me tiene una sorpresa.
Salgo de mi casa, observando el diario en mis manos, y comienzo a cruzar la calle.
Escucho una bocina.
Y eso es todo lo que recuerdo.
Comencé a despertar lentamente. Una luz bñanca y cegadora se hizo presente en mi vista, haciéndome parpadear por unos segundos. Un gran dolor en mi espalda y cabeza no tarda en llegar. Gimo de dolor. De la nada, una mujer entra en la habitación. Está vestida de blanco.
Y ahora caigo en cuenta de todo.
Me encuentro dentro de una habitación de hospital. La razón: una camioneta me golpeó fuertemente mientras cruzaba la calle para ir a la casa de Josh.
-Veo que has despertado, querida.- dijo la mujer, mientras desempaquetaba unas vendas. Su voz era suave y tranquila. Se notaba que yo era la única mala de salud en el cuartio, ya que sonría todo el tiempo.-
-Mhmhm...-
-Recuerdas algo de lo que pasó?.-
-S...s...- un fuerte y más intenso dolor atravesó mi cabeza. Mis ojos comenzaron a serme pesados. Y en ese momento deseé desmayarme pronto, no podía aguantar el dolor. No escuchaba nada, sólo podía oír un pitido agudo. Mi cuerpo comenzó a sudar y yo comencé a gritar. No podía pensar claramente.
Por lo que logré ver, la mujer me intectó algo en la intravenosa. Y gracias a Dios, quedé sedada.
Volví a despertar en la misma cama donde antes me encontraba. Ya no sentía el dolor anterior, pero me molestaba el moverme o cambiar de posicion.
Todo seguía igual, exceptuando la imagen de un chico dormido en un sofá del cuarto, con un ramo de rosas en sus brasos. Era Josh. Realmente no sabía si estaba dormido, porque hacía muecas raras. Tal vez estaba teniendo una pesadilla. Tal vez no. Yo sólo me alegré de que él estuviera ahí.
Pasaron unos dies minutos, y él despertó. Al verme, una gran sonrisa se formó en su cara.
-Hola.- dijo sonriente. Luego la sonrisa se desvaneció. Una lágrima cayó de sus ojos.- Zoey..-
