Capítulo 19

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—Buenos días, chicos- nos estrechó la mano a cada uno—hicimos varios exámenes para ver qué ocurrió...—

David no dejó que continuara—díganos de una vez qué le sucedió a mi primo—sus nudillos se tornaron de un color blanco, mientras apretaba la mano en puños.

—bueno, fue una decaída y al hacer los exámenes nos dimos cuenta de que el Cáncer se está extendiendo—

—no, no, no, no ¡NO!—gritó Isabella.

—ya nos llevamos al señor Abiel al quirófano, vamos a hacerle una cirugía de emergencia—

—hagan lo que tengan que hacer, doctor—dije con firmeza.

El doctor asintió y se retiró.

Isabella soltó en llanto y se sentó llevando sus manos al rostro.

—se lo prometí, le prometí que nada le ocurriría, que se iba a mejorar, y ahora sucede esto—dijo aun sollozando.

—tranquila, todo saldrá bien. Además esto no es culpa tuya, ya es algo que se escapa de nuestras manos—

» Ahora lo que nos toca es orar y pedirle al Señor por él, ese es nuestro deber como sus amigos y familia«

—tienes razón—dijo Isabella levantándose—vamos a orar—

Los tres nos tomamos de las manos e iniciamos una oración.

Al terminar, David y yo nos dirigimos a la cafetería, mientras que Isabella se quedó unos minutos más orando.

—ufff qué día—dijo David mientras se sentaba—no me gusta que él esté pasando por esto— golpeó con su puño la mesa.

—oye, tranquilo—le tomé de las manos—todo va a estar bien, estamos haciendo lo que deberíamos hacer por él, que es orar, de lo demás se encargará Dios, todo va a estar bien, créeme. Hay que tener fe—toma un suspiro profundo.

—¿te acuerdas aquel día de nuestro primer abrazo?—dijo.

—sí, el día del "ataque de locura"—me eché a reír, pero no sabía a qué se debía esa pregunta.

—¿te acuerdas que te traté de muy mala gana?—se borró mi sonrisa y asentí—bueno, la verdadera razón por la que me comporté de esa manera fue...—Isabella llegó a donde estábamos, aún tenía la nariz y los ojos rojos de tanto llorar.

—chicos ¿se puede?—miré a David quien después de asentir, agachó su rostro.

—claro ¿quieres algo de tomar?—le pregunté.

—ay sí, necesito un latte bien recargado—sonreí y me dirigí hacia la cafetería.

Cuando ya tenía el café en mis manos, di media vuelta para marcharme a la mesa, pero al voltearme choqué con alguien, haciendo que el café cayera en toda mi ropa.

El responsable se rió, pero no pude visualizarlo bien ya que tenía la capucha de su suéter puesta.

—perdóname pero no fue mi intención—dijo entre risas, mientras me ayudaba a secarme, pero quité bruscamente sus manos.

—yo puedo sola—dije muy molesta, mientras él seguía riéndose—no da gracia—dije tosca.

—perdón, es que a mí sí—su voz se me hizo conocida.

—¿Ethan?—dejó de reír y se puso en modo serio.

—no me llames de esa manera—dijo con tosquedad—no tienes el derecho de llamarme por mi nombre—

—y tú no tienes el derecho de reírte de mi desgracia y mucho menos si eres el culpable—

—mira, yo me río de lo que a mí me dé la regalada gana ¿oíste?—

—no entiendo cómo puedes ser amigo de David, eres muy diferente—

—y yo no entiendo cómo él puede estar con una cucarachita tan insignificante como tú—¡¿cómo me acaba de llamar?! La gota que derramó el vaso.

Apunté con mis dedos su pecho, dándole varios toques.

—no me vuelvas a llamar más nunca de esa manera, ¿te quedó claro? Serás como serás pero conmigo ¡no!, no permitiré que me trates de esa manera, ¡nunca! Así que si me haces un favor te apartas de mi camino que tengo que irme—dije furiosa. Y por lo visto él también lo estaba, pero aun así se apartó.

Seguí mi camino hacia la mesa.

¿Cómo le puede gustar ese chico a Nani?

David me vio y salió rápido, y con sus manos empezó a inspeccionarme.

—¿qué te ocurrió?—preguntó preocupado, mientras Isabella luchaba para no reírse.

—nada, sólo que una persona de pocas neuronas se tropezó conmigo "accidentalmente"—dije al mismo tiempo que hacía la seña de las comillas con mis dedos—cuando llevaba el café de Isabella—la nombrada estalló en risas y yo la fulminé con la mirada.

—¿se puede saber quién fue?—preguntó David.

—sólo era un desconocido—no le iba a decir que su mejor amigo fue el responsable. Lo conozco, sé que si se le digo va a discutir con él sin importar qué.

—¡David!—lo que me faltaba.

—¡bro! ¿Vienes a ver a Abiel?—los ignoré y me dirigí a la mesa.

—fue Ethan ¿verdad?—Isabella tiene un don para deducir las cosas.

—sí, es un odioso y un grosero—digo mientras tomo un sorbo de mi chocolate caliente.

—pero ese chico grosero y odioso es el mejor amigo de tu amigo especial y el casi novio de Nani— dijo mientras observaba a los chicos.

Estuve a punto de protestar, pero los chicos nos interrumpieron.

—¡hey!—pronunció Ethan, el cual al verme lo que hizo fue reírse—así que te echaron el café encima ¿no?—dijo aun riéndose a carcajadas. El muy ridículo ese.

—sí, una persona con sólo una neurona en su cerebro, se "tropezó" conmigo—

—quizá lo hizo a propósito—dijo con mucha gracia. ¿Así que el señorito quiere jugar? pues juguemos.

—oh créeme que sé que lo hizo a propósito, lástima que no le sirvió de nada porque ante mis palabras se asustó y cedió a darme el paso, ya que estaba atravesado—su sonrisa se borró y ahora sus ojos me miraban desafiante.

—okey, okey. Cálmense—dirigió su mirada a Ethan—supe que Nani vendrá en unos minutos—

Sonreí con malicia y toqué su hombro.

—ya viene, tranquilo, falta poco para que no me soportes más—según oí, a él no le gusta que lo toquen, por eso lo hice, para molestarlo. Éste chico con sus actos sacó una Génesis que no sabía que existía, una Génesis desafiante.

—suelta mi hombro o te va a ir muy mal—me advirtió.

Me reí y lo solté.

—no le hables de esa manera—ahora fue David quien le advirtió a Ethan.

—como sea, me voy a otra mesa—se marchó a una mesa lejos de la nuestra.

Sigo preguntándome ¿cómo es posible que un hombre tan grosero como Ethan, puede ser el mejor amigo de alguien tan dulce y amable como David?

Amando la Luna (EDITANDO)Where stories live. Discover now