Capítulo 1

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Esa era yo, en el lobby de la iglesia viendo mi teléfono, pero no prestándole mucha atención, ya que estaba pensando, ¡Dios! estaba pensando demasiado, en aquel chico hermoso, inteligente y... el ahora novio de quien menos podría esperar. Se trataba de Daniela, mi "amiga" desde que éramos a penas unas niñas.

Formalizaron su relación en mi fiesta de cumpleaños número diecisiete hace una semana.

Me estaba sumergiendo en mis pesamientos, cuando una voz aterciopelada llegó a mis oídos.

—¡Gene!— ¿cómo se sabía mi nombre? No tengo idea—Esoooo, vi que tu fiesta de cumpleaños estuvo ¡brutal!— lo miré extrañada, yo no sabía su nombre, nunca habíamos interactuado.

—¡Hey! Ammm ¿cómo sabes de mi fiesta?

—Es de lo único que hablan aquí últimamente, además vi las fotos en los estados y perfiles de los demás—sí, definitivamente en ese momento me sentí mal por no haberlo invitado, pero en mi defensa nunca habíamos entablado conversación alguna.

—Oh, bueno no sabía que eso era de lo que hablaban—respondí con timidez.

—Sí, por cierto— hizo una pausa y vi algo diferente en su mirada, era ¿nervios?—sabes, siempre te busco por las redes sociales pero nunca te encuentro, traté por medio de amigos en común y no lo logré, y como no me sé tu apellido, pues no te pude encontrar—créanme eso me hizo sentir extraña, nunca en mi vida un chico había hecho tanto para encontrarme, menos uno tan bello. Él continuó—sé que tu nombre es Génesis, pero tu apellido...

—Cardozo—le respondí—Génesis Cardozo, si quieres dame tu teléfono y busco mi perfil de Facebook— okey, sé que eso fue algo apresurado de mi parte, pero no lo hice para insinuar nada, además era mayor, evidentemente.

—Por favor también en Instagram—eso me hizo sentir aún más extraña, me hizo sentir buscada y eso me agradó.

Así que nos seguimos ese día, hablamos sin parar, mientras yo esperaba a mis padres quienes estaban comprando cosas en el mercado que todos los domingos ponen en frente de la iglesia.

No fue hasta que me acosté, esa noche, que me di cuenta, que el resto del día no pensé en Steve-el chico en el que estaba pensando esa mañana-

De alguna manera ese chico que me habló hoy me hizo sentir diferente.

¡No, no, no! ¡Génesis no!

Él es mayor que

Sólo estaba siendo amable y caballeroso

Un sentimiento no desaparece de la noche a la mañana

Sentía algo por Steve desde hace unos meses, no puedo negar que desde que lo conocí-hace nueve años-me sentía atraída por él.

Como suelo decir: un sentimiento no desaparece de la noche a la mañana. Sin duda todavía sentía algo por Steve, pero el chico de hoy... me ha confundido, él sabía mi nombre y yo, a pesar de que hablamos prácticamente todo el día no me sabía el suyo, cuando le di a aceptar en mis redes sociales, no me fijé.

¡que tonta soy!

¿cómo no revisé su nombre?

Y hasta este punto, no iba a revisar mi teléfono para averiguarlo, yo tenía mucha pereza y sueño para levantarme a buscar mi teléfono, el cual dejé cargando.

**

Sonó la alarma, hice mi rutina semanal: levantarme a las 5:30am, cepillarme, cambiarme, guardar los cuadernos y sentarme en el carro a ver el infinito y más allá.

Era lunes y no tenía ánimo, y por si fuera poco, se me había olvidado la tarea de Castellano, la profesora era un dolor de cabeza cuando se trataba de las tareas, así que me esperaba un día fatal.

Amando la Luna (EDITANDO)Where stories live. Discover now