Capítulo 15

92 15 1
                                    

Al llegar a la supuesta casa que Shawn dijo. Quedé sin aliento con lo que ocurrió.

Shawn dejó a Génesis en su camita tranquila y durmiendo, y luego me acorraló hasta un cuarto sin ventanas.

—ahora, ya que estás aquí, ¿recuerdas lo que tienes qué hacer?—la confusión y el miedo por su agresividad me invadieron.

—¿de qué hablas?—me acorraló contra la pared.

—de servirme como siempre—

—no entiendo— él se lame el labio inferior y observa los míos.

—¿a caso se te olvidó cómo obtuvimos a Génesis?—no recuerdo absolutamente nada.

—recuerda mi pérdida de memoria—él chasqueó con su lengua y empezó a acariciar mis labios.

—bueno, tendré que recordarte lo—y sin previo aviso, abusó de mi, cuando me resistía, me golpeaba, no podía aguantar más esto, necesitaba salir, necesitaba mi otra vida.

Así transcurrieron dos días. Envuelta en este sufrimiento, discutí con Dios muchas veces, ¿por qué hacía que pasara por algo así? ¿por qué me mostró una vida adecuada y feliz, aunque no perfecta pero sí mejor que esta? En medio de mis quejas y discusiones con él, vino un recuerdo a mi mente.

—lo que voy a decir suena, de alguna manera egoísta. Pero a Dios no hay que entenderlo, hay que obedecerlo. Sé que piensas que esas palabras las digo, porque no soy yo la que pasa por el dolor, pero si él lo permitió es porque tiene un propósito con tu dolor. ¿No ves yo? A través de mí, llegaste hasta él, así como tú también puedes ser de ejemplo y de inspiración a otros y hasta puede que lleguen a Cristo por ti—

Si él hizo que estuviera pasando por esto, es por un propósito, nada dura para siempre, esta situación iba a terminar tarde o temprano.

Ahora me encuentro sentada contra la pared del cuarto sin ventanas, escucho pasos y el temor me invade, porque sé qué vendrá.

—¡¿dónde está el desayuno?!—no es Shawn sólo el que me maltrata, sino también mi supuesto padre, él es el que está reclamando el desayuno.

Yo no respondo, me limito a estar en silencio y eso lo enojó; me tomó del brazo y me alzó, y su fuerte mano impactó contra mi mejilla.

Otra vez blanco, el dolor de cabeza, el zumbido en mis oídos y el lugar dando vueltas.

Quería que esta situación terminara.

Abro los ojos y afortunadamente, ya no estaba sufriendo.

Escucho la hermosa voz de David, al leer algo que reconozco perfectamente.

Un abismo, no hay salida, mi respiración está defectuosa, mis manos tiemblan.

Cuando llego al final de aquel abismo, veo dos gemelas pequeñas jugar.

Tenían el cabello castaño, sus ojos grises, eran realmente hermosas.

Veo como sus vidas pasan, sus problemas, sus momentos tristes y felices.

Me volteo y me encuentro con un espejo, pero lo que veo en él, es a aquella mujer de ojos cafés, un poco pasada de peso, pequeña de estatura y de cabello castaño.

Veo toda mi vida pasar a través de ella, hasta el futuro, pero a medida de que ésta va avanzando la veo sumergida en tristeza y depresión.

Sin lograr cada objetivo que se proponía y dejándose influenciar por los demás, saliendo lastimada.

Caigo de rodillas sollozando sin parar.

Cuando alzo mi vista, una frase aparece, que cuando la recuerdo lágrimas caen sobre mis mejillas

"Valora lo que tienes"

David notó mi despertar y lágrimas caían sobre su rostro, tenía los ojos hinchados y rojos, sus labios temblaban y tenía la nariz congestionada.

—perdón por revisar tus escritos, pero es que los doctores me recomendaron leerte algo con lo que te identificaras—sonreí ante su acción, la cual no me molestó para nada, más bien me pareció dulce de su parte.

—ahora ese escrito cobra mucho más sentido y tomó otro significado para mi—dije con la vista borrosa por las lágrimas.

—te extrañé mi Damisela Cachetona—se acercó sollozando mientras acariciaba mis cachetes.

—no tienes idea de cuánto yo te extrañé a ti—tragué duro—gracias por todo, te necesitaba de vuelta—noté la confusión en sus ojos—yo tampoco entiendo lo que acaba de pasar, pero tranquilo, ya estoy de vuelta—sonreímos los dos.

Nos encontramos en el hospital.

Él me comentó todo lo que había pasado, me refrescó la memoria.

Resulta que estuve inconsciente durante dos días, hicieron unas pruebas, gracias a Dios no tengo ningún daño, sólo un fuerte golpe en la cabeza que me causa migraña.

Mis padres ya estaban por llegar, no podía esperar a verlos, los necesitaba.

Creo que Dios me hizo pasar por ese sueño para que me diera cuenta de lo mucho que tengo y que lo tengo que valorar.

—¿hi... hija?—la voz de mi madre llegó a mis oídos. Al verme despierta soltó en llanto y los dos corrieron a abrazarme—estás bien, gracias a Dios estás bien, oh hija, perdónanos por todo—

—¿por qué mamá? Si todo lo que tengo y lo que soy es debido a Dios y a ustedes, son los mejores del mundo, más bien ustedes perdónenme por no apreciarlo ni agradecerles—los tres soltamos en llanto.

—te amamos—mi papá habla entre lágrimas.

—yo también los amo—no quería que este momento terminara.

Siento en mi Espíritu como llega una frase a mi.

¿Ves? Nunca me he olvidado de ti, escuché cada una de tus súplicas cuando llorabas mientras discutías conmigo.

Aunque no lo puedas ver en el momento, yo estoy obrando para que no sufras más.

Cada cosa por la que pasé durante mi sueño, fue por un propósito: para que valorara lo que tenía.

Mi apariencia. A pesar de no ser la mujer más hermosa del mundo, sé que no me debo avergonzar de ella, Dios me hizo así, no tengo porqué rechazar su obra, además los cercanos a mí me aman por como soy, no por mi apariencia.

Tengo que valorar mi vida, la cual no es perfecta pero es maravillosa, tengo unos padres que me aman con todo el corazón, tengo a mi familia cerca, tengo a David, a Isabella, Abiel y Nani.

Y por sobre todo tengo a Dios, quien me ama y que a pesar de todo y de que no pueda ver nada, sólo oscuridad.

Él está rompiendo las puertas de esa oscuridad para sacarme a la luz pronto.

Y eso ya está ocurriendo, al ver a mis padres junto a mi.

Estar en estos momentos de intimidad en familia, no lo cambiaría por nada en el mundo.

Amando la Luna (EDITANDO)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt