Revelaciones

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— Espero que ahora si tenga tiempo para nuestra charla general — Siblanok había sorprendido a un general Celastro, que si bien caminaba un poco despertarse, aún se encontraba mas dormido que despierto.

— En cuanto me despierte completamente, y coma algo estaré listo — El general, aún no lograba asimilar la gran cantidad de información que había obtenido el día anterior y le daba largas a la conversación con el silfo, pues de seguro sería "bombardeado" nuevamente con más información difícil de aceptar de buenas a primeras.

— Puede ir despertando camino a la tienda central — El tono del silfo sonó bastante autoritario, Frederick pensó que, al ser Siblanok de la realeza, su  límite de cortesía estaba llegando a su fin y procedería a dar órdenes en cualquier momento— Y en cuanto al desayuno, los elfos se encargaron de cazar algo esta mañana— Siblanok había continuado hablando mientras Frederick se dirigía al lugar de la reunión casi por inercia.

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La tienda principal del claro era mucho más grande de lo que se veía por fuera, dentro de ella lo esperaban, ya sentados alrededor de una mesa un grupo de elfos y su esposa.

Quedaban dos puestos en dicha mesa: una silla vacía, junto a Danna, para él y un puesto para Siblanok, ante el cual tuvo que hacer un esfuerzo por no reír, pues la silla del anciano del tamaño de un juguete, se encontraba encima la mesa recordándole a Frederick el modo en que Nathy colocaba las sillas de sus muñecas para que "desayunen" con ellos.

Lo que sorprendió al general, fue la "normalidad" de la comida para desayunar, los elfos habían cazado algunas aves, y la carne de estas, asadas seguramente en las brasas, se servía junto al jugo de alguna fruta del bosque, recolectada por la mañana y un poco de pan casero. Quizá le apreció extraña esta comida, porque subconscientemente, esperaba algo más "mágico", como carne de unicornio, piernas de hipogrifo asadas o algo por el estilo.

— Bienvenido general — en una muestra de respeto Dhariam se había levantado para tenderle la mano, al tiempo que sus hombres, posiblemente elfos de alto rango, lo saludaban marcialmente.

— Buenos días a todos — Frederick apretó cordialmente la mano de Dhariam, después de la charla con Danna el día anterior, no había razón para que la presencia del elfo le moleste— Buenos días amor — Frederick saludo con un beso en los labios a su esposa— "por si acaso" —Pensó al tiempo de besarla.

— Bien, creo que podemos comenzar esta reunión — Siblanok había hablado solemnemente tan pronto como Frederick tomó la asiento. — Dhariam, ¿haces los honores?

— Como diga Siblanok — Dhariam tomó la palabra —como Danna le contó cuando nos reunimos en la cocina de su casa yo soy, más bien dicho, era el rey encargado de gobernar un pueblo lastimado por la guerra y con el orgullo sumamente herido. La reconstrucción, cultural, económica y social tomó mucho más de lo que esperaba, cientos de años más… lo cual trajo una serie de problemas serios.

— ¿Qué clase de problemas? —Frederick, acostumbrado a los informes concisos del cuerpo policial, empezaba a hastiarse de los relatos élficos, llenos de adornos literarios siempre con un toque de leyenda.

— En seguida llegaré a ese punto — Dhariam, respondió molesto con el general, pues había presenciado cómo, evidentemente, Danna había escogido a un simple humano, sobre él un rey elfo.

— Simplemente, creo yo, sería más efectivo si me informaran los hechos trascendentales y punto. Por ejemplo, con toda esa palabrería que iniciabas se que solo llegarías un punto importante pero predecible— Frederick respondió hostilmente ante el mal humor de Dhariam.

— ¿Sí? — Los ánimos se caldeaban cada vez más ante un estupefacto grupo de espectadores — entonces quizá puedas decirme a donde quería llegar —Respondió altaneramente Dhariam.

Nathalie y los Portadores de los ElementosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora