Ella no es mejor que yo

30: Reflexión de nuestro ídolo

Todos cometemos errores, pero todos tenemos la oportunidad de enmendarlos. Doy gracias a Dios por la hermosa familia que hemos formado. La tolerancia, el entendimiento y el decir la verdad por mucho miedo que tengamos hace que la vida sea mucho más fácil. Nadie será más importante que tus hijos, no los abandones por nada del mundo.

Al principio fue difícil acostumbrarme a los cambios que la vida me deparó: La muerte de mi esposa, la orientación sexual de mi hija Lucy, la mentira de Imán y la enfermedad que me aqueja, son cosas con las cuales voy lidiando poco a poco. Estuve a punto de rendirme, pero gracias a mis hijas y al espíritu de Ángela, que siempre me acompaña y consuela, estoy vivo y de pie.

A Imán la logré perdonar, de hecho estamos pensando en renovar nuestros votos matrimoniales, ya que el divorcio nunca se concretó decidimos que lo mejor es darnos una segunda oportunidad. Al fin y al cabo, ella es la mujer que me hace feliz y con la cual quiero pasar el resto de mis días. Entendí que todos tenemos derecho a rehacer nuestras vidas y que lo fundamental es poner al amor como principal guía en nuestro camino. Son sabias palabras que jamás borraré de mi mente.

A mi hija Lucy la logré aceptar tal cual es, debo admitir que al principio no fue fácil ceder ante un tema que en mis tiempos era un tabú. Lo que más me importa es la felicidad de mi pequeña, y si ella es feliz yo también lo seré. Eso es lo que vale, porque ver que tu hijo(a) sonríe es el mejor regalo que uno puede recibir.

Esto es lo que soy, esta historia refleja mi lado personal: el de padre, amigo y esposo. Porque a pesar de que soy un artista famoso, soy un humano normal que le ha tocado vivir grandes tragedias, pero a pesar de todo sigo de pie y mi familia es el motor que me permite seguir luchando y avanzando.