20: Indiferencia

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Ese día y luego de almorzar a duras penas, David cogió su bolso, su chaqueta y sus gafas oscuras para dirigirse a su estudio de grabación. Sentía que tenía que liberar su estrés por medio de la música, así que sin más preámbulos abandonó su edificio para ir con destino a su zona de estabilidad. Durante el trayecto, notó que alguien lo seguía, se dio la vuelta y vio a la misma Imán de pie a escasos metros de donde estaba. La mujer lo miraba con tristeza y sin dudar se acercó a él para darle una explicación.

_ Mi amor, ¿cómo estás? - le saludó ella con naturalidad.

_ No me digas mi amor - le respondió él con frialdad - .Me imagino que como persona bien adulta sabrás que no estoy muy bien. Me siento pésimo y no quiero ver tu cara otra vez, así que por favor, si tienes un poco de respeto hacia mí, te pido que te vayas y me dejes ir.

_ Pero, David, yo necesito hablar contigo. Al menos, déjame darte una explicación, por favor. Escúchame, te lo ruego - suplicó la mujer, bloqueándole el paso.

_ Yo no tengo nada que hablar contigo, déjame solo - le ordenó apartándola bruscamente.

_ Por favor, David, tenemos que conversar. Todo fue un simple malentendido. Perdóname y déjame volver contigo. Yo te amo - le insistió nuevamente esta vez sujetándole el brazo.

David se soltó de una sacudida, no sin antes decirle a su ex.

_ Dos cosas, primero saca de tu mente la idea de que te voy a perdonar. Y segundo, no te creo nada. Eres una traidora, mentirosa y falsa. Quiero que salgas de mi vida. Te quiero lejos. No quiero volver a saber de ti, no quiero tenerte a mi lado y sobretodo mantente lejos de mi familia. ¿Me escuchaste?

_ Pero, yo sólo quería...

_ ¡Basta! - le gritó furioso - ¡Déjame en paz! Apártate de mi vista y no me toques. Porque todo lo que tocas se pudre y vives rodeada de mentiras, de hecho debo confesarte algo: todo se pudrió el día en que llegaste a mi estudio a trabajar para mí. Maldigo el momento en que te cruzaste en mi camino. 

La mujer se echó a llorar.

_ No vengas ahora con lágrimas falsas. Olvídate del día en que me conociste y del día en que nos casamos. Olvídate de todo y déjame en paz.

Tras decir estas fuertes y estruendosas palabras que resonaron violentamente en los oídos de aquella mujer, David se alejó a toda velocidad, para olvidar todo lo vivido con la mujer que alguna vez robó su corazón.


Ella no es mejor que yoWhere stories live. Discover now